El comercio local no solo sostiene la economía de la ciudad: también le da carácter. A la hora de estudiar las claves del comercio local, la hiperespecialización es una de ellas y Miguel López es claro ejemplo de ello.

Miguel López Uriarte estudió sociología, pero encontró su lugar rodeado de rosas. "Me fui especializando y es todo un universo", confiesa. En 1996 trabajó en la franquicia, Mil Rosas, pero el tiempo, la dedicación y el conocimiento le hizo persistir y acabó convirtiéndose en una floristería independiente.

La tienda es un auténtico jardín del que poder elegir la decoración para eventos especiales. Markel Fernández

Se especializó en rosa fresca y seca y convirtió su tienda en un templo floral único. “Especializarnos en un nicho tan concreto nos mantiene vivos”, asegura. Miguel no vende flores: cultiva un oficio y una rutina cuidadosa que se valora mucho en la ciudad. "Tenemos que tener mucha precisión muy y un trato muy personalizado", detalla.