Adivinar el número de museos enclavados en el territorio vizcaino podría ser pregunta de Trivial. Así se ha demostrado este domingo, durante el Día Internacional de los Museos, en el que estos centros culturales han sacado pecho para darse a conocer, porque más allá de las pinacotecas más populares de Bilbao, el Antzasti Museoa de Dima, la Torre Loizaga en Galdames, el Museo Memorial del Cinturón de Hierro o el Txakolingune de Bakio también se suman a la gran variedad de opciones. “¿Sabías que en Bizkaia tenemos 45 museos? La gente se sorprende mucho, ni yo mismo sabía que en realidad había tantos”, asevera Unai Montero, uno de los jóvenes que ha repartido panfletos este domingo en el Muelle Evaristo Churruca.
Amelia Bautista y Ernesto Polo, albaceteños afincados en Bilbao, pueden dar cuenta de esa variedad al haber conocido más museos del territorio que muchos locales. “Hemos estado en La Encartada en Balmaseda o en el Euskal Herria de Gernika. Y hoy hemos estado en el museo de Vista Alegre después de haber conocido el Marítimo el año pasado. Aún nos faltan los del Casco Viejo”, ha revelado esta pareja a que le encanta conocer nuevos centros, a su salida del Museo Guggenheim Bilbao, donde decenas de personas protestaban en contra de la apertura de un nuevo centro en Urdaibai.
Con motivo de la celebración, la Diputación Foral ha organizado una jornada especial, bajo el lema Bizkaia es de museo, por eso tenemos tantos, en la que ha ofrecido diferentes talleres para el público infantil. “Consiste en hacer un barco, yo les doy las pautas de lo que tienen que ir haciendo”, ha indicado Eneritz Posada, guía del Museo Marítimo, que ha orientado a niños de hasta 4 años en la confección de una embarcación mientras trasladaba conceptos básicos de navegación. “Esta habiendo mucha participación”, ha afirmado a media mañana bajo una de las carpas que protegía a los jóvenes participantes del sol.
A escasa distancia, Julene Martínez ha supervisado la obra de su hija Nur, de 5 años, que ha puesto en práctica el frottage, una técnica inventada por Max Ernst para crear texturas a través de los colores. “Nos hemos enterado de que había estos talleres porque mi hermana trabaja en un museo”, ha revelado antes de reconocer que han aprovechado para informarse de otras actividades que se celebran en los museos vizcainos a lo largo del año. “¿Es para coser?”, ha preguntado un menor en otras de las carpas. “Es para tejer”, ha matizado el monitor en Txikitelares, una de las actividades con más éxito a lo largo de la jornada.
EN EL BELLAS ARTES
La invitación a redescubrir los museos vizcainos ha sido recibida de buen agrado. Los bilbainos Fernando Del Moral y Yolanda Polo tuvieron conocimiento de la jornada a través de los medios. “Seguramente sea la última vez que vengamos al Museo de Bellas Artes antes de que finalicen su renovación”, han confesado estos amantes del arte, que han puesto en valor la ampliación que está capitaneando Foster. Con todo, son conscientes de que la pinacoteca actualmente no ofrece todo lo que podría. “Falta todo el tenebrismo... Y el arte contemporáneo que había en la parte de arriba”, ha aseverado Del Moral, que menciona algunas obras como El profeta de Gargallo entre las joyas del museo.