El viaducto de Miraflores será ya una infraestructura amortizada y veterana cuando se inauguren sus dos hermanos mayores. Miraflores forma parte de la Variante Este de Bilbao, la solución viaria diseñada el siglo pasado para evitar el tráfico por las zonas urbanas de Santutxu y Bolueta y que serviría para cerrar el anillo de los accesos a la villa. El diseño de esta vía, que sigue incluida en todos los planes urbanísticos y viarios de la metrópoli, prevé continuar la autovía de cuatro carriles desde el alto de Miraflores pasando por encima del cauce con un segundo viaducto a la ladera de Montefuerte y desde aqui, mediante otro largo puente alcanzar la actual rotonda de Ibarsusi para empalmar con el otro tramo de la Variante Este, el que evita Txurdinaga y Otxarkoaga, hasta llegar al alto de Santo Domingo.
Los dos puentes previstos en los planos de la Diputación Foral son de mucha más envergadura que el de Miraflores. El que va a continuación, bautizado como de Ollargan, se prevé diseñarlo con un arco similar de hormigón pero con una longitud de tablero más larga, en torno a 500 metros, y una altura sobre el cauce del río de algo menos de cuarenta metros.
El segundo hermano no será tan estético y alto pero sí mucho más largo, un kilómetro de longitud para evitar no solo el cauce fluvial de nuevo, también el trazado del metro, la tubería del Consorcio de Aguas y sobrevolará el polígono industrial de Bolueta. En esta ocasión el viaducto se asentará en un total de 14 pilares de distintos grosores y alturas en función del irregular terreno sobre el que se asentará. Estos dos nuevos viaductos solo están dibujados en un anteproyecto inicial que sigue en el cajón ya que, de momento, la Diputación no tiene previsto en su plan de inversiones acometer esta legislatura el cierre de la Variante Este.