Las dependencias de Santo Domingo volvieron a tener uso puramente militar en la Guerra Civil y la defensa que llevaron a cabo hasta 10 batallones de gudaris del Ejercito de Euskadi para evitar la toma de Bilbao. En junio de 1937, la plaza de la estación de radio fue fortificada especialmente por el Gobierno vasco al igual que otras zonas cercanas de Santo Domingo ante el empuje de las tropas de Franco con numerosa artillería, aviación y carros de combate.
Tras diferentes avances y contrataques fascistas y una defensa extenuante por parte de las fuerzas jeltzales y republicanas, rechazaron hasta cuatro ataques de infantería apoyados por 12 carros de combate, en la madrugada del 17 al 18 de junio se peleó la batalla final teniendo las dependencias radioléctricas como último bastión.
A las once de la noche del 17 hasta tres compañías del ejercito sublevado tomaron ya de una manera definitiva el Casino de Artxanda el cual en los días precedentes había cambiado de manos entre los dos bandos en varias ocasiones. Y eso que a la cuatro de la mañana las tropas vascas intentaron por última vez su reconquista pero no pudieran conseguirla. Con la posición de la zona del cordal Artxanda-Banderas ya en sus manos, el ejercito sublevado atacó de forma definitiva una hora después la estación radioléctrica convertida en bastión que finalmente cayó a pesar de la defensa a ultranza de los gudaris. Según algunos informes de la época, como resultado de la dureza de los combates fueron recuperados los cadáveres de once miembros del Ejercito Vasco dentro de la estación de radio. Con el alto de Santo Domingo tomado, la entrada en Bilbao de las tropas franquistas era un hecho que se concreto en la tarde del día después 19 de junio.