El restaurante Kirol se despide: "Está siendo una locura, hemos tenido colas desde primera hora"
El mítico establecimiento, ubicado en la calle Bertendona, bajará la persiana este miércoles
Uno de los restaurantes más emblemáticos de Bilbao se despide este miércoles por jubilación tras setenta años de actividad. Kirol, que se ha hecho un importante hueco entre los paladares bilbainos desde el año 1955, bajará la persiana de su local en la calle Bertendona, al que se trasladaron en 2014 desde Ercilla.
A primera hora de la mañana de este martes la cola de clientes esperando para probar sus emblemáticas tortillas llegaba hasta final de la calle. "Está siendo una locura, llevamos así desde que hemos abierto y tenemos más de cuarenta minutos de espera para poder pedir un pintxo", ha comentado Gorka Zugazagoitia, uno de los propietarios del restaurante, mientras repartía platos y tazas por las mesas abarrotadas sin descanso.
Clientes habituales
Gorka, junto a su hermano Andoni, ha llevado las riendas de este mítico establecimiento desde que su padre lo fundara a mediados de la década de los cincuenta. "Su comida se hizo muy conocida en Bilbao gracias a su excelente calidad. Tenían una tía, que era la que cocinaba, y elaboraba una merluza frita y una menestra espectaculares", ha recordado Ángel Zugazaga, cliente habitual del Kirol.
Acompañado por dos amigos y sentados bajo un mural repleto de fotografías de antiguos deportistas célebres, Zugazaga ha confesado que llevan quince años yendo todos los días y que incluso tienen una mesa reservada para ellos. "Pasamos aquí toda la mañana, hasta la una del mediodía, empezamos con los cafés y seguimos con los claros. Hace tiempo sabíamos que iban a cerrar, es algo normal. Se merecen descansar", ha apuntado.
Nieves Ortúzar y Javier Garaizabal disfrutaban, en una mesa cercana, de sus respectivos pintxos de tortilla. "Venimos aquí todos los martes desde Gernika desde hace muchísimos años. Primero íbamos a la calle Ercilla y después a este local, cuando se trasladaron. En cuanto nos enteramos que cerraban esta semana hemos venido a modo de despedida", han relatado.
El olor a colonia Nenuco que procede del baño cada vez que se abre la puerta, un sello inconfundible de esta casa, sus recuerdos y el sabor de sus elaboraciones se quedarán grabados en la retina de aquellos a los que los hermanos Zugazagoitia hicieron tan felices desde el otro lado de la barra. "Ahora nos toca descansar y pasear mucho", han afirmado mientras atendían a algunos de sus últimos clientes.