De marinero, de vaquero, de pirata, de bombero, de jugador del Athletic, de vampiro, de payaso y hasta de Sherlock Holmes. De haber cobrado vida, las sardinas del cartel que ha anunciado el Carnaval este año en Bilbao se habrían despojado este martes de todos estos disfraces, al igual que la ciudadanía, para ver caer a su compañera, la sardina con mayúsculas, quemada en acto de servicio.
Tras dar sus últimos coletazos, con el concierto de la Banda municipal de txistularis que se celebró a mediodía en la Plaza Nueva, los carnavales tocaron a su fin en la tarde noche de este martes con la tradicional quema de la sardina en la Plaza Arriaga de la mano de Zirkozaurre y su espectáculo Sardinari Kantu Bat!. Previamente, en torno a las siete de la tarde, se había procedido en la Plaza Nueva al reparto de sardinas de chocolate y velas entre los apesadumbrados asistentes, que enfilaron media hora después rumbo a la Plaza del Arriaga para enterrar al pescado más carnavalero de Bilbao.