¿Bilbao es una ciudad segura?
Los datos son reflejo de lo que está pasando y siempre damos datos conjuntos de Policía Municipal y Ertzaintza, sobre todo de delitos estratégicos que son aquellos que más alarma generan en la sociedad. Cuando los datos que se publican desde el Estado hablan de que Bilbao es la ciudad más segura en las áreas metropolitanas de un millón de habitantes, y en las de 500.000 y 300.000 cuando no se tienen en cuenta los hurtos, nos deja en un buen en un buen lugar. Evidentemente, al que le han robado el teléfono la estadística no le importa. En Bilbao casi el 80% de los delitos son hurtos.
¿Entonces?
Los datos objetivos nos permiten decir que somos una ciudad segura. Si no lo fuéramos, ¿la gente querría venir de turismo? Tampoco se entendería que grandes eventos como la final de la Champions femenina se celebraran en Bilbao.
¿Los hurtos empañan más de la cuenta esa imagen de Bilbao como ciudad segura?
Nadie nos tiene que quitar nada, pero también tenemos que intentar ser cautos y no dar facilidades. Si estoy en una terraza y me voy al baño, no dejo el teléfono encima de la mesa. La gente que se dedica a esto son verdaderos expertos y están al acecho. En Aste Nagusia, por ejemplo, cuando trasladamos al ayuntamiento la oficina de pérdidas y hallazgos, pueden aparecer 20 o 30 teléfonos. Esos teléfonos no te los han robado, se te han perdido.
¿Qué porcentaje de los delitos de hurtos son resueltos?
“Evidentemente, al que le han robado el teléfono la estadística no le importa. En Bilbao casi el 80% de los delitos son hurtos”
Hay mucha gente que piensa “para qué que voy a denunciar”, pero cuando los agentes identifican a una persona en la calle, muchísimas veces, tiene dos o tres móviles, lo que te hace sospechar. Y miramos el IMEI y si nos consta como denunciado, se le vuelve a su legítimo propietario. No ocurre todos los días, pero sí más de una, más de dos y tres veces. Intentamos también buscar al receptador, al que recoge los móviles para venderlos. Suele haber campañas conjuntas, muchas veces como sale del término municipal de Bilbao, tenemos que trabajar con la Ertzaintza u otras policías.
A pesar de la preocupación, el estudio de percepción revelaba que el 54% de los bilbainos que ha sufrido un delito en los últimos meses no lo había denunciado.
Los hechos más graves se denuncian siempre. Y los menos graves se denuncian menos. Así y todo, en Bilbao se denuncia más que en otras ciudades. Nosotros siempre decimos que hay que denunciar para saber lo que está pasando y para tener datos, con eso trabajamos. Si están hurtando en un sitio concreto y nadie denuncia, policialmente no existe, salvo que el policía haya visto justo al alguien haciéndolo.
¿Tiene ejemplos de ello?
En la plaza Indautxu había unos jóvenes que se dedicaban a robar a chavalitos. Ante la Policía Municipal no se presentaron denuncias, y algún padre interpuso una denuncia en la Ertzaintza... Hasta que se hizo una bola, porque en las redes sociales decían que era una pasada. Cuando nos pusimos a investigar comprobamos lo que estaba pasando, pero no teníamos datos con denuncias que lo corroboraran.
Los puntos de inseguridad fueron uno de los compromisos del Pacto de Seguridad 2018-2023 que ahora se ha renovado, pero sin la presencia del Partido Popular.
Es una pena, creo que si de verdad estamos todos preocupados por la seguridad y por su percepción, podemos trabajar en un ámbito fuera de los altavoces. Puede haber partidos que quieran más cámaras y otros que digan que más cámaras ni soñar. Pero tenemos que ser capaces de llegar a mínimos comunes. Las propuestas que se hicieron para incluir eran unas y luego en los plenos se oyen otras que no se habían planteado.
¿Se valoran las propuestas de todos los partidos?
“Lo mejor es prevenir, pero no existe el delito cero, es una utopía. Tenemos que reforzar la prevención estando en la calle”
Se incluyeron aportaciones de todos los partidos. Yo no estaba cuando se firmó el primer pacto, pero siempre lo he puesto en valor, fue un hito importante. Todo el mundo se dejó pelos en la gatera. Hubo grupos que se lo trabajaron mucho y ahora también es de agradecer las aportaciones que han hecho las portavoces tanto de Elkarrekin Bilbao como de EH Bildu. Siempre decimos que el pacto está vivo y nos tenemos que ir amoldando a lo que vaya pasando en la sociedad.
Una de las nuevas prioridades va a ser el trabajo preventivo, lo que tiene que ver con la presencia de la policía en la calle.
Lo mejor es prevenir, pero no existe el delito cero, es una utopía. Tenemos que reforzar la prevención estando en la calle, atentos en los talleres de seguridad, siendo proactivos... En Aste Nagusia, con toda la gente que tenemos en la calle, se evitan muchísimos hurtos y robos porque los agentes están ahí, vestidos de fiesta, pero trabajando. El modelo de policía comunitaria por el cual estamos apostando está dando sus frutos. Yo creo que la ciudadanía lo empieza a percibir, aunque todavía hay sectores a los cuales les da un poco de alergia el uniforme.
¿Cómo se adaptan los agentes a ese modelo?
La reacción de algunos agentes era “sí, hombre, yo soy poli”; la policía de proximidad no quiere decir que no vayas a seguir siéndolo. “Si ya estoy cerca de la ciudadanía”, decían. Pero te tienen que percibir cerca y para eso tenemos que trabajar codo con codo con los ciudadanos, para que así nos vean.
El relevo generacional que ha permitido rejuvenecer la plantilla y que entren más mujeres, ¿se está percibiendo en la forma de obrar de la Policía Municipal?
En la escala, según vas subiendo arriba, hay muchos más hombres todavía. Y la edad también es mayor. Pero es verdad que está entrando mucha gente joven, también mujeres. Claro que se nota. Nos complementamos. Lo bueno del nuevo es que le falta la experiencia, pero se puede adaptar más fácil al concepto de policía de proximidad. En cambio, los cambios cuestan más en la gente que lleva muchos años porque dice que siempre se ha hecho así.
¿Hay previstas nuevas OPE en los próximos años?
Sí, tiene que haberlas porque tenemos que mantener la plantilla de casi 900 agentes. Con el cambio de ley, a los 60 años se jubilan con el 100%. Hay agentes que optan por jubilarse y otros que no. El jefe de la Policía Municipal se jubila en marzo con 65 años. La primera medida de la extensión del pacto es mantener todo lo conseguido en con el primero. l