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La actualización del Plan de Movilidad de Bilbao dará voz a la ciudadanía

Las nuevas normativas y la puesta en marcha de la ZBE obligan a revisar las medidas y objetivos del PMUS de 2018

La actualización del Plan de Movilidad de Bilbao dará voz a la ciudadaníaPankra Nieto

En junio de 2018, el Ayuntamiento de Bilbao aprobaba su Plan de Movilidad Urbana Sostenible, conocido como PMUS. Con una vigencia hasta 2030 y 322 páginas, el documento planteaba 45 medidas concretas y dos generales, desde la implantación del límite de velocidad a 30 kilómetros por hora a la habilitación de aparcamientos seguros para bicicletas. Pero han pasado seis años desde entonces, hay normativas nuevas que han entrado en vigor y una zona de bajas emisiones que ha modificado radicalmente la movilidad en el centro de la ciudad; es hora de revisar la hoja de ruta. El Consistorio ya ha sacado a concurso una actualización que, como ya ocurrió cuando se elaboró, tendrá en cuenta la opinión y propuestas de los ciudadanos.

El pleno municipal aprobó el pasado mes de abril someter el documento a un proceso de revisión y actualización. Primero, porque la propia ley exige hacerlo cada cinco años, pero también porque desde 2018 se ha aprobado legislación que incluye obligaciones respecto a los planes de movilidad urbana que es preciso incorporar y se ha puesto en marcha la zona de bajas emisiones, con un impacto más que notable en la movilidad. Por todo ello, toca poner al día el plan, incluyendo todos los requerimientos establecidos en la legislación vigente y adaptar los objetivos, indicadores y medidas para adecuarlos a los resultados que se han ido obteniendo estos años. “Algunas medidas se descartarán y otras se modificarán”, reconocía la concejala de Movilidad y Sostenibilidad, Nora Abete, en aquella sesión.

La participación ciudadana será uno de los ejes centrales del proceso, con la que se pretende “dar voz y a la vez corresponsabilizar a la ciudadanía sobre el modelo de movilidad que demandan”. Para ello se organizarán encuestas, concursos y mesas de trabajo en dos ámbitos: la elaboración del diagnóstico actualizado y la propia revisión del PMUS. Ya en la propia elaboración del plan se tuvo en cuenta la opinión de los distintos agentes implicado en las políticas de movilidad –personal técnico del Ayuntamiento, grupos municipales, ciudadanía, grupos de interés, jóvenes, mayores, distritos...– durante toda las etapas de su ejecución e implementación.

Para actualizar el diagnóstico se analizarán tanto la demanda como la oferta actual para moverse por Bilbao. Es decir, saber por un lado por qué, cómo y cuándo se producen los desplazamientos, con apartados específicos sobre los aparcamientos –dónde, por cuánto tiempo y por qué se utilizan–, la distribución de mercancías y el efecto de la implantación de la ZBE. Y, por otro, qué oferta existe para peatones, ciclistas, transporte público, vehículos privados o servicios discrecionales de turismo. Además, se identificarán todos los núcleos poblacionales de la ciudad, sus datos demográficos y sus hábitos de movilidad: dónde van para trabajar, estudiar o en su tiempo de ocio; cuántos desplazamientos de ese tipo realizan cada día, a qué horas...

El plan, por último, incorporará un apartado de evaluación, con el fin de hacer un seguimiento de su impacto y su nivel de ejecución. Para ello, se identificarán los objetivos del seguimiento, se establecerán indicadores de los objetivos del plan que evalúen el impacto y la consecución de las medidas, se realizará un cronograma de medición de indicadores y se definirán los responsables de cada medida a implantar.

La cifra

Impacto de género. La evaluación del PMUS desde una perspectiva de género tendrá una importancia crucial en la revisión del documento de 2018. El plan se redactará teniendo en cuenta los diferentes usos de la ciudad y del espacio que realizan hombres y mujeres, e incluirán propuestas para disminuir las posibles brechas de género, con la finalidad de avanzar hacia el diseño de una ciudad integradora y corresponsable.