Si alguien conoce lo que se está implementando para conseguir una policía más igualitaria es ella. Lo avala el hecho de ser miembro del Grupo motor por la Igualdad creado en el seno del cuerpo.
¿Qué es el Grupo motor?
—Forma parte del I Plan de igualdad de mujeres y hombres de Policía Municipal. Somos un grupo diverso de compañeros o compañeras que tenemos que determinar acciones concretas del propio Plan.
¿Por ejemplo?
—Hemos analizado con perspectiva de género la uniformidad de las compañeras, si se adaptaba a la fisionomía femenina, y a partir de ahí hemos propuesto cambios que se concretarán en los próximos uniformes. También analizamos el porqué, aún cumpliendo los requisitos, hay mujeres que no se presentan a ascensos.
Hay pocos mandos femeninos.
—Somos tres mujeres de 16 subcomisarios. Pero ser mando no implica ser líder. En una organización basada en roles masculinos se debe evitar que las mujeres nos adaptemos a ese escenario. Tenemos que aportar un liderazgo propio, con nuestra particularidad singular.
“Espero que en un futuro no muy lejano tengamos una jefa de Policía Municipal, hay que romper esos techos de cristal que aún tenemos”
Eso suena complicado.
—No, es importante que seamos conscientes e identifiquemos esos miedos que tenemos a la hora de no responder frente a estereotipos que vienen vinculados. Cuando identifiquemos ese miedo, va a permitir que nosotras seamos como somos y nos permita aportar liderazgo femenino.
¿Y el masculino?
—Son complementarios, suman, no restan.
¿Y en cualquier área policial?
—En cualquiera y no es solo de mujeres al mando, sino de cualquier agente. Una actuación policial es una suma de cómo la gestionaría una mujer y un hombre. Eso no significa que el liderazgo femenino vaya a resolver un problema, simplemente se pueden hacer las cosas de otra manera.
¿Cómo admite la ciudadanía ver patrullando a una compañera suya?
—Hay parte que lo ha normalizado y entiende que la calidad del servicio va a ser la misma, pero sigue habiendo quien cree que la mujer policía no desempeña el trabajo en la misma forma.
En la próxima promoción que se incorporará hay un 30% de candidatas de forma natural sin aplicar ningún tipo de discriminación positiva”
¿Siempre habrá gente que piense que una mujer no tiene suficiente nivel para resolver un escenario de violencia en la calle?
—Sí, pero hay que saber si en esa actuación policial, la intervención de una mujer previamente, desde la cercanía y la comunicación, hubiese podido evitar llegar a ejercer la fuerza. Y que conste que no estoy diciendo que una mujer no puede emplear la fuerza, pero hay otros pasos intermedios para rebajar la tensión.
¿Y no teméis que ese estilo os encasille en ciertas labores policiales?
—Es un error estereotipar. No puedes vincular la empatía única y excluida al género femenino y pensar que los hombres no son empáticos. Hay que romper de base con esos roles. En la profesión policial no hay especialidades vinculadas a un género u otro.
¿Qué es necesario para que haya más candidatas a policías?
—Hay que verlo desde distintos planos. El social, que como sociedad avancemos en la corresponsabilidad, que las mujeres participemos y tomemos decisiones en el ámbito más público, y por parte de las administraciones que sigan impulsando cambios legislativos con las medidas de acción positiva, acompañadas de educación y campañas de sensibilización.
¿Y está funcionando?
—En la próxima promoción que se incorporará hay un 30% de candidatas de forma natural sin aplicar ningún tipo de discriminación positiva.
Algo esta cambiando porque ahora en el cuerpo solo dos de cada diez miembros son mujeres
—Sí, se visualiza más el trabajo de la mujer policía con campañas de comunicación. Estar en la calle, lógicamente, incentiva el querer ser policía.
De esas candidatas ¿cuántas hay por vocación y cuántas quieren asegurar un empleo?
—Es una combinación de ambas. Mayoritariamente cualquier persona tiene la vocación de servicio público como bandera, aún reconociendo que contamos con unas condiciones laborales de estabilidad, que quizás en otros sectores no se dan.
¿Para cuándo una jefa de Policía Municipal de Bilbao?
—Espero que un futuro no muy lejano, que nosotras seamos las que abramos las puertas para esas compañeras que están ya y las que vendrán. Tenemos que romper esos techos de cristal que hoy aún tenemos.