Inma Valle, lleva 17 años viviendo en la Plaza del Gas y ha vivido de primera mano las consecuencias que generan las aglomeraciones y los botellones durante las fiestas de Bilbao.
PREGUNTA: ¿Cuándo comienza Aste Nagusia se multiplica el ruido y el ambiente?
RESPUESTA: —Hay ruido, mucho ruido, durante los nueve días de fiesta. Pero son nueve días de fiesta, tampoco es que todo el año haya aquí gente hasta las cinco de la mañana. Yo he tenido dos hijos que han sido adolescentes y también han estado en la plaza. Esos nueve días se pueden aguantar perfectamente. Lo único es que lo dejan muy sucio. Pero el Ayuntamiento hace una gran labor, porque a las cinco y media de la mañana ya están aquí las máquinas limpiando todo y regando. En ese aspecto, pues bueno, nueve días se aguantan perfectamente. Yo creo que si has tenido hijos, lo ves claramente. Es una plaza que congrega a muchos, muchos jóvenes.
P: ¿Es común que se realice botellón en la plaza?
R: —Claro, el ruido lo genera el botellón. Este año ha habido bastante menos gente. No te sé decir cuántas personas, pero la plaza está absolutamente llena todos los años de chicos y chicas bebiendo, pero al fin y al cabo están divirtiéndose. Todo eso dura hasta las cinco y media de la mañana, que es cuando suelen entrar las barredoras y la gente se suele marchar a las txosnas.
P: ¿Qué aspectos cree que preocupan más a los vecinos de la zona como usted?
R: —Aquí vivimos mucha gente joven con niños y del ruido nadie se queja. Todos pensamos que es lo normal durante estos nueve días de fiesta. Pero si esto fuera a diario no se podría soportar. En general, todo el mundo sí que se queja de la suciedad y de cómo dejan la plaza. Porque hay muchos containers pero no solucionan nada. Luego lo de la orina, eso es terrible. Suelen orinar en las esquinas, tano en el suelo como en la puerta de tu portal. Este problema el Ayuntamiento tiene que valorarlo.
P: ¿Qué medidas han tomado los vecinos para afrontar la ausencia de baños públicos en la plaza?
R: —Nos dijeron desde el Ayuntamiento que este año no iba a ver teatro en la plaza y por eso no estaba previsto que pusieran baños. Esta plaza es subida y bajada a las barracas subida y bajada a la virgen de Begoña y pasa muchísima gente. Hemos tenido meadas incluso dentro del portal. Si tú les dices, mira, la puerta de al lado que son oficinas, no molestáis a nadie, aquí molestáis a los vecinos para entrar y salir, la gente siempre responde bien, se mueven a la puerta de al lado. En ese sentido, les hemos llegado a advertir pero nunca hemos tenido ninguna discusión. Volveremos a solicitar que haya baños en la plaza pero no solamente los nueve días de fiesta, durante todo el año. En el momento en el que se inauguran las barracas tiene que haber baños.
P: ¿Ha notado si estos ruidos han afectado a su calidad de vida?
R: —Respecto al ruido no, porque las ventanas aíslan muchísimo. Pero con la suciedad, pues hombre molesta salir de casa o asomarte a la ventana y ver todo lleno de bolsas o botellas. Pero es inevitable.
P: ¿La aglomeración de gente ha producido otros problemas como peleas o vandalismo?
R: —No suele ser común. Hubo un día que a última hora, a eso de las cinco de la mañana o así, uno se puso ahí a romper botellas de cristal, pero ha sido un día y un chico. No es habitual que haya peleas.
P: Lleva 17 años viviendo en la plaza del gas. ¿Cómo ha evolucionado el ambiente, las aglomeraciones y el ruido?
R: Yo no creo que haya cambiado mucho. Esta plaza siempre ha sido un imán para la juventud. Todos los años que llevo aquí, todos los años ha sido un punto de encuentro.
P: ¿Considera que es posible encontrar un equilibrio entre el disfrute de las fiestas y el respeto al descanso de los vecinos?
R: Es muy difícil porque no van a controlar la entrada y la salida a la plaza, eso es imposible. En mi opinión hay muchas cosas más que controlar los días de fiesta.