Estamos a 5 de julio. Nos advierte de ello la hoja del calendario, porque el otro tiempo, el meteorológico, se ha empeñado en disfrazar de otoño las dos semanas que llevamos desde que entráramos oficialmente en el verano. Y cuando, al fin, este parece querer asomarse, buena parte de los habitantes de Bilbao se siguen preguntando cómo se las van a apañar para pegarse un chapuzón con las piscinas municipales fuera de funcionamiento. Entre ellas están las exteriores de Artxanda, Txurdinaga y El Fango, auténticas atracciones estivales, cuya apertura es esperada con ansiedad por muchas familias como la opción más próxima y asequible para refrescarse cuando la canícula aprieta.
Pero, esta vez, llegó el 1 de junio, fecha marcada para poder empezar a recibir bañistas en Txurdinaga –en las otras dos, el día 8– y las piscinas aparecían tal y como siguen hoy: cerradas. El motivo es la huelga que, desde el 20 de mayo, desarrollan los trabajadores de mantenimiento y a la que, posteriormente, se sumó la plantilla de socorristas y monitores pertenecientes a la empresa Emtesport, que presta dicho servicio en los polideportivos gestionados por la sociedad municipal Bilbao Kirolak. Sí están accesibles, no obstante, las zonas de solarium de dichas instalaciones, pero la climatología no ha invitado demasiado hasta ahora a disfrutar de ellas.
Por ello, con todas las piletas gestionadas por dicha entidad cerradas, tanto las personas que recurren a las exteriores para combatir el calor del verano como los asiduos durante todo el año a las interiores se ven obligados a buscar alternativas. A día de hoy, la única piscina disponible en la villa de acceso gratuito para los abonados de Bilbao Kirolak es la del Centro de Actividad Física de Azkuna Zentroa. Su gestión no depende del instituto de deportes, pero existe un convenio para que sus usuarios pueden acceder a ella en las mismas condiciones que a la de cualquier polideportivo municipal.
“Desde que empezó la huelga, está saturada”, comenta Javier García, un abonado de Bilbao Kirolak que asiduamente nada en las piscinas de Txurdinaga y San Mamés y que ahora recurre a la de la Alhóndiga para hacerse unos largos. “Debido a las aglomeraciones, especialmente en hora punta, el servicio se degrada”, añade. “Además, están los cursillos de menores, que ocupan hasta tres de las ocho calles de la piscina grande, con lo que las restantes están atestadas”, explica.
Javier entiende los problemas que genera esta situación a familias con pequeños para las que las piscinas exteriores son uno de los divertimentos estrella del verano. No obstante, recalca que el perjuicio es mayor para quienes, como es su caso, “vamos a nadar por cuestiones de salud, para aliviar dolencias de espalda, huesos, artritis...”.
Otra opción de la que está echando mano Javier es la de la KirolTxartela. Se trata de una app con una tarjeta virtual que permite a las personas abonadas a los servicios de deportes de su respectivo municipio acceder sin coste alguno añadido a las instalaciones de multitud de localidades de la Comunidad Autónoma de Euskadi. “A veces me muevo a municipios colindantes, como Arrigorriaga, Galdakao o Basauri”, apunta. No obstante, hay limitaciones a fin de dar prioridad a los usuarios locales. “Por ejemplo, a la piscina de Artunduaga, en Basauri, con la KirolTxartela solo se puede acceder de 7 a 9.30 horas por la mañana y de 19.30 a 22.00 horas”, explica Javier, tras consultar su teléfono móvil.
ACUERDO EN DERIO
Son ya 17 meses los meses con diversas movilizaciones y el problema en Bilbao parece que va para largo. No en vano, el sindicato ELA anunció recientemente que la huelga se mantendría durante el mes de julio. Con todo, no es el único municipio de Bizkaia que se ve afectado por este conflicto. También se mantienen en huelga los trabajadores de los polideportivos de Barakaldo, Leioa y Sopela. En cambio, la situación se normaliza en Derio, donde la plantilla del centro deportivo acaba de alcanzar un acuerdo con la UTE concesionaria del servicio.