El término neandertal, que define a una especie de homínidos anterior a la nuestra, la del homo sapiens, ha adquirido en el habla cotidiana un sentido peyorativo, sinónimo de persona inculta y dominada por los impulsos primarios. Sin embargo, la exposición que hasta enero de 2025 albergará Arkeologi Museoa pretende derribar esos prejuicios y viejos esquemas. Los 150 objetos originales de la muestra ‘Neandertales. La historia de la otra humanidad en los Pirineos occidentales’ presentada este viernes por la directora general de Cultura de la Diputación Foral de Bizkaia, Begoña de Ibarra, nos retrata una sociedad más avanzada de lo que hasta no hace muchos años se daba por sentado. 

Andere, la neandertal cuyos restos, hallados en la sima de El Polvorín, en Karrantza, fueron presentados recientemente también en Arkeologi Museoa, tiene un protagonismo importante en esta reseñable exposición. Ella representa el arranque de un recorrido por la presencia de esta especie en lo que ahora conocemos como Euskal Herria, hace más de 150.000 años, y que nos conduce hasta la irrupción, hace unos 44.000 años, de los últimos neandertales, los pertenecientes a la cultura Chatelperroniense.

“Queremos romper con la idea de los neandertales como una sociedad atrasada, embrutecida y poco desarrollada”, aseguraba Joseba Ríos, investigador del Departamento de Patrimonio Cultural de la Diputación Foral de Bizkaia. Él ejerce de comisario de la muestra junto con Asier Gómez Olivencia, paleontólogo y miembro del Departamento de Geología de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), quien destacaba que esta exposición “tiene un carácter didáctico para todos los públicos” y asegura que todo lo relacionado con estos antepasados nuestros “genera interés porque son un espejo en el que nos podemos mirar”.

Ríos, por su parte, subrayaba que quieren hacer ver a la sociedad actual que “tenemos un patrimonio increíble” en torno a esta especie y que en Bizkaia “contamos con un gran equipo de investigadores y se están logrando resultados espectaculares”.

Vitrina con útiles de piedra. DEIA

Las piezas, muchas expuestas al público por primera vez y procedentes de los fondos arqueológicos de las diputaciones de Gipuzkoa y Araba, así como del Gobierno de Navarra y del propio Arkeologi Museoa, revelan muchos aspectos de la forma vivir de los neandertales. Así, algunas piezas de sílex evidencian que tuvieron que ser transportadas desde otros lugares lejanos, a distancias de hasta 120 kilómetros. “Ello nos da idea de que los territorios en los que se movían eran amplios”, apostilla Ríos, uniendo partes de la actual Aquitania francesa con otras del norte de la meseta castellana. 

Del mismo modo, la exposición deja patente una evolución importante en la tecnología de la talla de herramientas, desde algunos útiles pesados y toscos hasta puntas de lanza finas y ligeras, que rompen el mito de que los neandertales carecían de un armamento para poder cazar a distancia. Del mismo modo, se observa una interacción de materiales como la piedra, el hueso y la madera. 

Algunas piezas dentarias muestran marcas de palillos que apuntan a que tenían hábitos de higiene bucal. Pero, sin duda, entre lo más curioso de la exposición se hallan los objetos, sin una utilidad práctica pero de formas curiosas, como anillos naturales de piedra, fósiles marinos o trazados con líneas entrecruzadas, que invitan a pensar que los neandertales habían desarrollado ciertas formas de pensamiento simbólico.

La exposición, que “nace con el espíritu de itinerar hacia otros centros”, como ha apuntado el director de Arkeologi Museoa, Etor Telleria, se complementará con visitas guiadas, talleres familiares y actividades lúdicas.