Arrancada del calendario la página de abril, hoy se nos presenta con todo su esplendor mayo. El mes de las flores. El cénit de la primavera. Y una época en la que las floristerías hacen su agosto. Este sector del comercio se la juega en un mes clave para su cuenta de resultados. Con una fecha especialmente marcada en rojo en el calendario: el Día de la Madre. Una jornada a la que fían buena parte de sus ingresos.

Las floristerías bilbainas coinciden al señalar este primer domingo de mayo como uno de los días de mayores ventas de todo el año. “Es el más importante, más que San Valentín o de Todos los Santos, que va a menos. No falla. Y es que madre no hay más que una”, señala José Aral, trabajador de la floristería Bilbao Gandarias

Ayer era un día de mucho trajín en este comercio ubicado en plena Plaza del Ensanche, ya que recibían un voluminoso pedido con la vista puesta en el domingo que viene. Ya tienen la agenda repleta de encargos. “La mayoría los hemos recibido online”, apunta su compañera, Ane Puente. Ella ve la plataforma web de venta como “un punto a favor” que les ayuda en un mundo cada vez más digitalizado: “Tenemos la competencia de grandes empresas que lo pueden hacer más barato, pero si quieres algo artesano, bonito y bueno, te vas a la tienda de siempre, aunque sea a través de su página web”.

Escaparate de Mil Rosas, establecimiento situado en la céntrica calle Ercilla J. F.

No tiene esa visión tan positiva del comercio virtual Esther Sainz, dueña de Mil Rosas: “Entro en las tiendas online y las rosas que venden a la mitad de precio no son como las que vendemos aquí, nada que ver en calidad. Nos hace daño”. Para esta floristería situada en la calle Ercilla y especializada en rosas, el Día de la Madre y San Valentín sobresalen respecto al resto del año: “Todos los Santos está a la baja porque ya se va menos a los cementerios, son tradiciones que en unos años se van a olvidar”.

Un empleado de la floristería Ruiz de Ocenda coloca flores en un jarrón. Oskar Gonzalez

Para Vicky Fernández, mayo marca “el inicio de la temporada”. Ella es copropietaria de la floristería Ruiz de Ocenda, que hace cuatro años se trasladó a la calle Heros. “Esta es una época muy bonita porque hay mucha flor y mucho colorido. Llega la peonía, una flor que solo despachamos durante tres meses, pero que es muy apreciada. Es, junto a la rosa, la que más se vende para el Día de la Madre”, dice. La peonía está en auge, frente al declive del clavel. “Se ha usado mal. Como es una flor más barata, se ha utilizado mucho para funerales y la gente la identifica ya con eso”, explica. Fernández resalta su apuesta por el kilómetro 0: “Tenemos un caserío en Azkoitia que en esta época sobre todo nos sirve tulipanes, ranúnculos y, un poco más tarde, también dalias, flores muy especiales”.

Mikel Zuazua, comercio centenario ubicado en la calle Ronda del Casco Viejo J. F.

Mayo es doblemente importante para Mikel Zuazua, quien regenta un comercio centenario del Casco Viejo de Bilbao que lleva su mismo nombre y en el que, además de flores, vende semillas y plantas. “Ahora es la época en la que se ponen en activo huertas, jardines, balcones... La flor, sobre todo hoy en día con la globalización, se puede trabajar durante todo el año, pero lo fuerte de la huerta llega ahora”. Con todo, el Día de la Madre es para Zuazua una fecha de mucho movimiento. “Vendemos mucho ramo y flor de jardín, aunque para nosotros San Valentín es más potente. Hay más enamorado...”, remata Mikel.

Tradicionalmente, mayo ha sido también el mes de las comuniones, pero todas las floristerías lo señalan, al igual que en el caso de las bodas, como un mercado en decadencia. “Todo lo clásico va a menos. Para esas ceremonias se llevan cosas más simples o ni siquiera se lleva flor”, asegura Ane, de Bilbao Gandarias, quien vislumbra una tendencia a comprar flores “por distintos motivos: aniversarios, cumpleaños o porque sí...”. No obstante, para Vicky, de la floristería Ruiz de Ocenda, queda camino por recorrer: “Aquí no hay costumbre de comprar flores semanalmente, como en otros países. Intentamos introducir la flor como algo esencial en casa para decorar, pero todavía se ve como algo básicamente para regalo”.