Cuando el jueves Guruzeta marcaba en San Mamés el tanto que les daba a los leones el billete definitivo a La Cartuja, miles de aficionados rojiblancos comenzaron a mirar precios de vuelos, hoteles y calendarios para acudir a Sevilla el próximo seis de abril. Sin embargo, uno de ellos celebraba el pase a la final de Copa con el alojamiento ya reservado. Y es que desde la primera semana de enero Eduardo Eguskiza sabía que el Athletic iba a llegar a jugar en la capital andaluza. Tanto es así, que desde primeros de año colgó en el bar Ereaga de Bilbao tres carteles que decían: "6 de abril cerramos. Final de Copa. Volvemos por el recibimiento día 8".

"Muchos me decían que estaba loco, que soy un fantasma, cuando venían guipuzcoanos vacilaban, pero todos se hacían una foto con el cartel", recuerda. Cuenta que es necesario tener ilusión para sí poder disfrutar a lo grande la llegada a la final, aunque eso no evita los nervios de cada encuentro en los que asegura ha perdido gran parte de sus uñas. "Todas las finales tengo la misma sensación, la de que vamos a ganar", reconoce, aunque en esta ocasión más que una sensación, es muy probable que sea una realidad ya que el Athletic parte como favorito ante el Mallorca.

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La semifinal de Copa, Athletic-Atlético, en imágenes Borja Guerrero

Sobre las pasadas finales jugadas, afirma que "ha sido muy duro perderlas", aunque "asumibles, excepto la jugada en Donostia". Ahora, en esta nueva final de Copa, confiesa que ve al Athletic como claro ganador. Ya tiene los apartamentos turísticos reservados en Sevilla desde hace tiempo y cuenta que acudirá allí en coche y con amigos. "Ya lo tenemos todo prácticamente organizado", indica. "Iremos el día antes, dormiremos allí, pasaremos el día lo más tranquilos que podamos, comeremos y por la noche, el día 6, iremos a ver el partido, ganaremos y al día siguiente nos volveremos", relata.

Aunque vivirá la euforia de ver jugar a su equipo del alma en La Cartuja, si ganan, no podrá volver a vivir la emoción de La Gabarra, ya que "será día laborable y tocará trabajar". "Me da pena no verlo con mis hijos porque estarán viéndolo y yo trabajando", reconoce. Sin embargo, ya conoce la sensación de ver al Athletic celebrar sobre la ría ser campeón de Copa. "Con 18 años vi ganar a los leones y salir La Gabarra, la sensación fue espectacular. El primer año nos pilló en canicas, pero el segundo año estábamos preparados y fue espectacular, hay que vivirlo para sentirlo", cuenta.

"Muchos que han nacido después de 85 no han visto nada y además, tampoco esperaban verlo", indica. Eduardo está convencido que esté año cuatro goles de Paredes, Iñaki Williams, Unai Gómez y Lekue traerán el triunfo a casa. Pero no en lo único en lo que confía. "En agosto, tras el sorteo de la UEFA, colgaré el cartel de que cerramos por la final porque esa también nos la vamos a llevar", reconoce.