Una vez más los amantes del baile de Bizkaia se han dado cita en la estación de Abando para dar rienda suelta a sus pies y durante dos horas bailar una gran variedad de bailes de salón. Y es que la 28° edición de los Bailes del Vermut se ha puesto en marcha este domingo. 

Decenas de personas se han reunido allí para disfrutar de una pasión que "cura el alma". Y es que no solo disfrutan quienes bailan, también quienes se acercan a ver bailar. Es el caso de Maricruz López, que no dudó en acercarse para ver, por primera vez, los Bailes del Vermut. "No había venido nunca y escuché en la radio que empezaba hoy la nueva edición y no he dudado en venir. Me encanta el baile, es una cura para los males. Antes iba a clases pero después de la pandemia desaparecieron los grupos y volver a tener contacto con ello es muy agradable", señala sin poder evitar mover los pies al ritmo de la música.

Hace seis años llegó de Cantabria y asegura que desde el primer momento disfruto de bailar porque según señala, "en Bilbao hay mucha cultura de baile". "Es muy bonito, el baile te emociona, te hace vivir y te da mucho subidón", cuenta.

Así lo aseguran, y también demuestran Eduardo Villegas y María Jesús Artesero, que llevan 40 años bailando. Según relatan el baile, para ellos, es "una droga natural". "Tuve una rotura en el fémur y en veinte días ya estaba bailando. El médico me dijo que me había recuperado tan bien gracias al baile", cuenta. 

Respecto a las nuevas generaciones, estos apasionados del baile aseguran que aunque de una sensación diferente, muchos jóvenes se animan a bailar y se apuntan a clases de baile. "Quizás son un poco más vergonzosos, pero les gusta mucho, se les ve con pasión", señalan.

Quizás, en las próximas ediciones de los Bailes del Vermut veamos a más jóvenes, algo a lo que les animan esta pareja de baile.