Esta esquina de Concha con Fernández del Campo firma con su conversión en residencia de mayores la última página de una historia muy prolija en propietarios y usos para los bilbainos.

De estilo arquitectónico racionalista, el bloque inicia su historia hace más de un siglo en un Bilbao en expansión donde los farmacéuticos de la ciudad necesitaban un centro para elaborar pócimas, medicinas y productos de droguería para la cada vez mayor población en la villa y alrededores. Primero fue un inmueble sencillo con una planta baja que albergó los laboratorios y almacenes para después crecer en plantas durante los 40 del siglo pasado hasta alcanzar su altura actual. El edificio data de 1925 y los arquitectos firmantes fueron Tomás Bilbao e Hilario Imaz que dejaron impresos en palabras, que hoy se mantienen ambas fachadas, como el bloque estaba destinado a ser Centro farmacéutico vizcaino.

Con una sólida estructura de hormigón, el edificio cubre un solar en esquina que tiene cierta altura sobre las calles General Concha y Fernández del Campo que la bordean.

Tras mantener su uso científico durante décadas, en los años 90 el edificio fue adquirido por el Gobierno vasco. Posteriormente en diciembre de 2003, el consistorio bilbaino se hizo con el inmueble en una permuta patrimonial suscrita con Lakua.

Mientras fue municipal su principal uso fue como Conservatorio de Música mientras se construía su sede en Ibarrekolanda. En 2007 quedó vacío hasta que fue adquirido dos años más tarde por la sociedad pública Naturgás para asentar su sede. El nuevo propietario llevó a cabo el vaciado integral del edificio para conseguir unas oficinas con la eficiencia energética por bandera. Fue en 2012, terminada la restauración, cuando entraron los empleados de Naturgas, empresa que se fue privatizando, primero con el nombre de EDP y luego de Total Energies, firma está última que procedió a la venta del edificio que a partir del próximo año será residencia de mayores.