El próximo jueves día 27. Es la fecha para la que han sido convocados los socios que integran Anboto Dorrea, la cooperativa que está construyendo la quinta torre de la operación urbanística de Garellano y que desde el pasado mes de febrero se encuentra paralizada tras la salida de la constructora Urrutia. Una reunión vital donde el grupo Arrasate, la gestora encargada de sacar adelante la construcción del rascacielos residencial más alto de Euskadi, planteará a los 163 cooperativistas las propuestas de las empresas que se han postulado para retomar las obras.

Según ha podido saber este periódico, dos grandes constructoras a nivel estatal, Sacyr y Dragados, están ultimando sus propuestas tras estudiar la obra que queda pendiente para presentar a los gestores su oferta final bajo la modalidad de llave en mano, la misma con la que firmaron el contrato con Construcciones Urrutia. Esta fórmula implica que el contrato se firma con una cantidad fija a pagar por entregar el edificio y entrar a vivir sean cuales sean los cambios o modificaciones que puedan ocurrir en el tiempo intermedio y de las que se hace cargo la empresa constructora. Una circunstancia que no pudo asumir la empresa saliente y que supuso la resolución del contrato por parte de Anboto Dorrea.

También trabajan con diferentes opciones de compromiso dos empresas locales. Una de ellas es VUSA, una veterana constructora de Galdakao, que iría con una gestión del proyecto con valoración por parte de las ingenierías All Global y Sener.

La otra es la cooperativa Krean, del grupo Mondragon, que dejaría en su firma de ingeniería y arquitectura, LKS, la labor íntegra de contrata principal y la gestión del proyecto.

Según la información facilitada a los socios de Anboto Dorrea por parte de la gestora Arrasate, tras la salida de Urrutia, la obra pendiente por ejecutar por parte de la cooperativa suma algo más de 27,89 millones de euros. Es una cantidad importante si tenemos en cuenta que el contrato firmado con la empresa perteneciente al grupo financiero Urbas fue de 36 millones de euros.

La convocatoria a la reunión fue enviada hace una semana después de que se desconvocara una cita prevista para finales del mes de marzo, una demora basada, precisamente, en el estudio de todas las ofertas sobre la mesa. En la cita del próximo jueves se informará a los futuros propietarios ya de todos los detalles de cada una de las propuestas que analiza la gestora Arrasate.

De hecho, si lo normal es que en la convocatoria de la asamblea se incluyera la documentación de las ofertas que se barajan para que cada socio las estudiara a fondo previamente y tuviera así una opinión formada para votar en consecuencia, esta vez no ha sido así.

Los responsables del grupo Arrasate le han explicado a cada futuro vecino del rascacielos que han tomado esta decisión porque todavía creen posible obtener mejoras respecto de las ofertas presentadas, sobre todo en lo que respecta al precio final que se acuerde con las distintas empresas ofertantes. De todas formas, se han comprometido a aportar la documentación ya con las ofertas cerradas 48 horas antes de la asamblea.

Aunque muchos de los cooperativistas opinan que la empresa por la que se opte va a suponer más desembolso de dinero, esperan que no sea tanto como los 5,10 millones de euros últimos que les pidió Urrutia para retomar el proyecto, que se paró después de que dejaran de trabajar las contratas ante la falta de pago por parte de la constructora.

Según ha podido saber DEIA, el primer planteamiento de VUSA incluso era menor por 160.000 euros que los 27,89 millones referidos, pero hay que tener en cuenta que esta era una primera oferta y que esta opción no es llave en mano, con lo que el precio final podría variar hasta el final de la construcción.

Empresas locales VUSA y Krean muestran interés

La firma asentada en Galdakao y la cooperativa del grupo Mondragon trabajan propuestas que no implican la fórmula de llave en mano, con lo que podría aumentar el precio de la obra en función de las circunstancias futuras.

La cifra: 27,89

Según los datos recibidos por los cooperativistas, la obra pendiente por ejecutar asciende, una vez que se marchó la anterior constructora, a 27,89 millones de euros, una cantidad importante si tenemos en cuenta que se firmó por 36 millones en anterior contrato.