Bilbao quiere que su Semana Santa sea reconocida por el valor que tiene y que va más allá del ámbito religioso. El Ayuntamiento pedirá al Gobierno vasco que declare esta celebración como bien de interés cultural inmaterial de Euskadi, con el nivel de protección especial.

Así lo ha aprobado este jueves el pleno municipal, a propuesta del PP y con la abstención de EH Bildu y Elkarrekin Podemos. No es la primera vez que esta petición hasta la sesión municipal; ya salió adelante en 2013, pero en aquel momento la normativa no recogía un marco de protección para el patrimonio inmaterial. Esta calificación, si el Gobierno vasco decide finalmente concederla, permitirá a la Semana Santa bilbaina garantizar su salvaguarda y transmisión, a través de las medidas que sean necesarias para ello, para su identificación, documentación en distintos soportes, investigación, preservación, revitalización y promoción.

"No pretendemos quedarnos solo en las creencias", ha destacado el concejal de Cultura, Gonzalo Olabarria, quien ha recordado que, si bien las procesiones tuvieron un origen religioso, ahora su legado va más allá, suponiendo ya un importante atractivo turístico en muchas ciudades, sin contar con su valor cultural e histórico. "Las procesiones nunca han sido únicamente una muestra de fervor religioso; se han convertido también en un reclamo turístico y cultural", ha insistido. "Tienen muchos seguidores que ahondan lo religioso con lo cultural y patrimonial. Hay muchas personas que disfrutan de las procesiones de Bilbao sin tener ninguna vinculación con lo religioso".

Durante el debate se ha producido una de las situaciones más divertidas de la jornada, al invitar el concejal del PP Gabriel Rodrigo a la edil de Elkarrekin Podemos Ana Viñals, a unirse a una de las cofradías bilbainas. "Tiene todo lo que le puede llenar de satisfacción: no contaminan, se hacen caminando, saca vehículos de la ciudad, hace deporte... Debería hacerse cofrade", ha provocado las carcajadas de gran parte del pleno municipal.