“Hay que prevenir estos casos y darles la garantía a las víctimas de que la sociedad va a ayudarles”, defiende Jone Valdueza, autora del informe sobre los abusos cometidos en la Misericordia.
¿Qué secuelas han sufrido las víctimas de abusos sexuales con las que se ha entrevistado?
Mayoritariamente han sentido culpabilidad por lo sucedido, junto con rabia y resentimiento, que se ha visto aumentado con el pasar de los años. También se puede hablar de consecuencias psicológicas como sentirse ninguneado, corrompido o humillado, además de sufrir ansiedad a la hora de contar o pensar en lo sucedido. No obstante, no todas han padecido todas estas consecuencias, cada caso es único.
¿Reviven aquellos hechos hoy día? Si es así, ¿en qué situaciones?
Sí, en determinadas situaciones sí que reviven algunas secuelas. Por ejemplo, cuando se tenía que mantener el confinamiento por covid, a una víctima le venían recuerdos de la Misericordia y tenía pesadillas debido al hecho de sentirse encerrado, atrapado. También hay otros casos en los que al hablar de ello o al mentalizarse para contarlo se sienten con ansiedad. Depende de algunos estímulos concretos, pero si se dan, las víctimas reviven los hechos sucedidos y sufren.
Algunos no habían hablado hasta iniciarse esta investigación y otros aún callan. ¿Por qué?
Cada víctima tiene sus propias razones para no querer contar lo sucedido. Aun así, se puede hablar de la desconfianza, del hecho de querer olvidar lo sucedido, el no querer reconocer haber ido a la Misericordia porque eran considerados como los más pobres y desgraciados, etc. Hay una amplia variedad de causas por las que no han querido contar lo sucedido.
¿Qué le piden la mayoría a la Iglesia como institución?
Mayoritariamente piden que se reconozca lo que les han hecho, que se reconozca que son víctimas de abuso sexual infantil y que se hable de ello. Asimismo quieren que se hable de los casos de suicidio que hubo y que a partir de ahora haya tolerancia cero ante estos hechos y que se trabaje para prevenirlos. Quieren que se sepa lo que sucedió.
¿Cómo se podría reparar el daño? ¿El acto oracional que presidirá el obispo de Bilbao en la Catedral de Santiago para pedir perdón será suficiente?
Esto ya depende de las medidas que tome el Obispado de Bilbao. Yo creo que con ese acto se va a poder ayudar, ya que las víctimas van a poder asistir y es un acto para ellas donde vamos a hablar de lo que les ha sucedido y vamos a reconocer y hablar del daño que han sufrido. Más allá de ello, se les tendría que brindar un apoyo incondicional y hacen falta más medidas de prevención para que sus deseos de que no vuelva a suceder se cumplan.
El sacerdote que cometió los abusos ha fallecido. ¿La imposibilidad de hacer justicia contribuye a que no puedan cerrar la herida?
El victimario ha fallecido, por lo que nunca podremos saber qué se podría haber hecho si las víctimas pudieran tener ese reconocimiento por su parte. No obstante, la mayoría no quieren ningún tipo de compensación económica, quieren que se reconozca lo que se ha hecho y lo que han tenido que sufrir.
¿Qué le impactó más de los encuentros que mantuvo?
Me quedo con la gratitud que expresan. Las gracias que me dan por escucharles, por querer hablar de ellos y ayudarles, aunque sea con mi pequeño grano de arena. Las víctimas están llenas de bondad y quieren el bien. No digo que me resultase una sorpresa, pero recibir las gracias de su parte me impactó de una manera que no se puede describir. Les estoy agradecida por su gratitud.
¿Quiere destacar alguna otra conclusión de su informe?
Me gustaría destacar que todas las víctimas son personas y, como tales, tienen sus sentimientos propios, sus diferencias y sus deseos, por lo que hay que tratarlas con aprecio, respeto y atendiendo sus necesidades. Son personas que han sufrido y por fin se les está dando la oportunidad de soltar su dolor. Quiero resaltarlas a ellas.