Eso de que lo bueno se hace esperar ha sido una expresión muy manida durante estos últimos tiempos. Aún así, este domingo en Bilbao más de uno la llevaría dentro de la cabeza. Tres años han pasado para que esta romería, celebrada por primera vez en 2019 con motivo de la celebración de los 500 años de la Confradía de Nuestra Señora de Begoña, volviera a las aguas del Nervión. Y, cerca de 45 minutos se ha retrasado la entrada de la Virgen .Eso sí, ni la demora, ni los 31 grados han importado mucho a la treintena de fieles que a ambos márgenes de la ría, arrimados a la barandilla y bajo el puente de La Salve, han recibido a la embarcación que portaba la imagen de la Virgen Peregrina con aplausos y con el móvil en la mano.
La nave, que es la misma que cada año traslada la imagen de la Virgen del Camen por Santurzi, ha llevado a bordo a 40 arrantzales con pañoleta al cuello y, alguno, con abanico en la mano. A esta le han seguido el ‘Ibai Eder’, que transportaba a 76 peregrinos. y hasta otras 10 embarcaciones que se han sumado al trayecto. “El recorrido ha empezado en la Casa Torre, luego hemos bajado a la iglesia de San Jorge y allí se han saludado las dos Vírgenes”, detallaba Isidro Elezgarai, hermano mayor honorario de la Cofradía de Nuestra Señora de Begoña. “Hemos embarcado y pueblito a pueblito hemos llegado hasta aquí con gente en todas las orillas para saludar a la Amatxu”, añadía.
En 2019, esta actividad se celebró el día 14 de agosto, víspera del día de la Asunción, pero este año la fecha se ha desplazado debido a la pleamar. Poco después de la entrada, las embarcaciones han frenado bajo el puente para entonar el ‘Salve Regina’ frente al Guggenheim."Es una forma de dejar que toda la provincia se sienta cercana a la Virgen de Begoña, mientras tenemos presentes, in memoriam, a todos aquellos que han fallecido durante este tiempo por Covid”, apuntaba Sergio Buiza, vicario de la Diócesis de Bilbao, que en representación del Obispo, ha oficiado el acto.
Conforme la travesía avanzaba hacia el Ayuntamiento, la comitiva ganaba adeptos, como Mariví y Charo quienes se han encontrado con la procesión “por casualidad” en el muelle de Uribitarte. “Habíamos estado ya en el 2019 y hoy nos quedamos por el cariño a la Amatxu, que es sagrada y eso no tiene vuelta de hoja”, insistían.

Cerca de la una del mediodía y con un txistu de fondo, se ha llevado a cabo el desembarco de la imagen para dar inicio a la procesión. Entre 12 y 15 fieles han cargado el paso a sus espaldas con el ritmo marcado por el golpe de las varas contra el suelo hasta la puerta de la iglesia de San Nicolás, donde la romería se ha detenido un momento para dedicarle un aurresku a la Amatxu.
Sensaciones
“Es un acto que se consolida y, a partir de ahora, será una celebración anual”, afirmaba Javier Diago, vicepresidente de la Cofradía. “Había un montón de gente en los embarcaderos, en el de Erandio especialmente, en la zona del Guggenheim… Se veía a gente por toda la ría.Tenemos una sensación magnífica”, concluía. Asimismo, ha desvelado que al año que viene se prevé contar con “un tercer barco de capacidad para 70 u 80 personas”. Por el momento, la imagen de la Virgen Peregrina se queda en el Museo de Pasos de Iturribide.