El edificio de la calle Cortes es un perita en dulce, urbanística y socialmente hablando. De base ocupa toda una manzana bordeada por las calles Cortes, La Cantera, Gimnasio y Arnotegi, y su planta, aunque está en pendiente por la ladera donde se asienta, ocupa más de 1.700 metros cuadrados de superficie. Desde la calle se observa que cuenta solo con tres plantas, baja más dos, aunque en vertical equivale a un edificio de planta baja más cinco alturas ya que la medida de los pisos del edificio de instalaciones es mucho más elevada de lo habitual debido a que tenía que albergar centralitas de gran envergadura.

A pesar de la pendiente sobre la que se asienta, la altura del bloque se mantiene igual tanto en su frente de la calle Cortes como en la paralela calle Gimnasio. Por ello, la utilidad que tendrá el interior el pesado bloque, levantado con ladrillo caravista y grandes ventanales, todos ellos enrejados en la primera planta, se antoja de gran versatilidad con el correspondiente proyecto que diseñará el Ayuntamiento cuando el inmueble sea de su propiedad.

Además de acoger dispositivos y centralitas necesarias para la atención telefónica en la época en la que el cable de cobre era la única tecnología, el edificio albergó también durante años la sede del servicio de comunicación por radio con las embarcaciones de pesca y mercantes que surcaban los mares de todo el mundo. Por ello, era el centro neurálgico de muchas familias con arrantzales que querían ponerse en contacto con sus seres queridos que faenaban o trabajaban lejos de casa.

Cuando esté escriturado el bloque y sea de propiedad municipal, permitirá al Consistorio tener la oportunidad de contar con un espacio en un barrio, el de Cortes y San Francisco, donde los solares escasean y los que existen son de pequeño tamaño. Por contra, en el amplio bloque se podrán implementar multitud de actividades y servicios en beneficio de uno de los distritos en el que más empeño está poniendo el Ayuntamiento para su regeneración.