Las ciudades evolucionan y van cambiando inevitablemente a un ritmo desenfrenado, al igual que los gustos y las costumbres de sus habitantes. Bilbao no es una excepción en esta realidad y un claro ejemplo es la transformación que ha experimentado en la última década el Ensanche bilbaino.

Pescaderías, tiendas de complementos, de textil, zapaterías, librerías y una amplia variedad de locales de hostelería completan, de manera ordenada, el entramado de calles que conforman el Ensanche bilbaino. "Es un espacio estupendo de la ciudad, cercano, con buenas comunicaciones", explica el concejal de Comercio y Turismo del Ayuntamiento de Bilbao, Xabier Ochandiano.

Según aclara el edil bilbaino, zonas como el Casco Viejo o Indautxu van a continuar siendo espacios de referencia comercial y de hostelería, pero la zona del entorno de la plaza del Ensanche ha resurgido silenciosamente. "El Casco Viejo es una zona que está cambiando mucho, hace relativamente poco era de comercio minorista local, donde se complementaba muy bien con el Mercado de la Ribera, pero desde hace un tiempo la hostelería ha pasado a jugar otro rol importante, junto a las actividades también vinculadas al ocio, al turismo... En el Casco Viejo hay más gente de la que había en los años 80 y 90. El modelo ha cambiando y ante los futuros cambios debemos estar preparados", apunta.

Es a la zona del Ensanche hacía donde se ha expandido la actividad y donde se concentra el tirón de la hostelería y también del comercio de la ciudad. Una combinación "perfecta", asegura el propio sector, y donde la villa ha ganado un nuevo espacio para "socializar y disfrutar". "Las calles van cambiando, el desarrollo que está teniendo el Ensanche es espectacular", insiste Ochandiano. El presidente de Bilbao Dendak, Rafa Gardeazabal confirma el resurgimiento positivo de esta zona donde apenas hay locales vacios. "Los que se libran se vuelven a ocupar. Es una arteria perfecta con comercio y hostelería, ambas actividades están cerca, pero no mezcladas, como si de un centro comercial al aire libre se tratara", describe Gardeazabal .

En estos giros que da la ciudad al igual que los nuevos hábitos de consumo, el Consistorio bilbaino busca herramientas con las que no solo adelantarse a esos posibles cambios si no de diseñar, de la mano del propio sector, el futuro Bilbao comercial. Para ello, el Consistorio bilbaino tiene previsto implantar este año una plataforma pionera con la que integrar datos y pautas de consumo de los clientes que compran en la villa. "Los datos por sí solos no sirven para mucho, pero cuando se interpretan, se analizan... de sus conclusiones se puede captar cuáles serán las nuevas zonas de oportunidad en la ciudad".

El objetivo es intentar entender cómo está cambiando el comportamiento de la gente en el consumo diario y de esa manera coger el pulso a una ciudad que vive muy rápido. "La plataforma que pondremos en marcha lo que pretende es meter datos objetivos de registros de IAE, de consumo con tarjetas de crédito, de flujos de personas que nos visitan. Con ello sabremos hacía dónde va el consumo, cuáles son los productos más demandados, cómo se compran y las zonas de mayor actividad", relata Ochandiano.

DIGITALIZACIÓN

No cabe duda que la erupción de las nuevas tecnologías e implantación del comercio on liney eso ha llevado a que las transacciones ya no se desarrollan en el local comercial y que las compras sean de otra manera. "Para que el comercio siga siendo competitivo es importante saber cómo se está comportando", apunta Ochandiano. Con esta nueva herramienta el Ayuntamiento pretende dirigir, orientar y acompañar a un sector comercial que lleva años arrastrando los coletazos de una dura crisis y a la que la pandemia no le ha beneficiado.

En este sentido, Ochandiano considera clave ayudar a los comerciantes a ese cambio a facilitarles que puedan seguir siendo competitivos, pero de esta herramienta se pretende obtener nuevas oportunidades que no las dejen escapar y puedan aprovecharlas para la continuidad de sus negocios. "El comerciante tiene que seguir vendiendo y lo tiene que hacer sabiendo cuál es su cliente potencial y sus gustos. No tiene ningún sentido seguir anclado en el pasado. "Lo interesante de esta plataforma es que vamos a objetivar un conjunto importante de datos que nos ayudará a tener una medición, un pilotaje temporal de la nueva era comercial", concluye.