Los bajos de la catedral de Santiago en Bilbao permanecen cerrados a cal y canto, llenos de grafitis en sus fachadas y con roña en sus persianas desde hace al menos dos años. Ahora, un proyecto liderado por Surbisa (Sociedad Urbanística de Rehabilitación de Bilbao S.A.) se va a encargar de la rehabilitación de este espacio que languidece ante la mirada de quienes a diario pasan por la zona y solo ven locales vacíos y deteriorados.

El objetivo que contempla este proyecto es sacar del abandono a esta pequeña galería a los pies de un edificio que es monumento artístico en el corazón de la capital vizcaina, en pleno Casco Viejo. Ya tiene el visto bueno de la Diputación Foral de Bizkaia para recuperar esta zona que cuenta con protección monumental. "Ver este espacio así me da mucha pena. Es un lugar precioso al que se le podría sacar mucho provecho, pero ha acabado deteriorándose año tras año. Deberían hacer algo", apunta José Luis Rodríguez, vecino del Casco Viejo. Él es uno de los muchos habitantes de esta zona histórica de la villa a los que les preocupa el cierre de los comercios. "Cuando en una calle hay muchos locales cerrados se crean espacios inseguros. A mí me encanta pasear por las Siete Calles y ver esa esquina bajo la catedral en ese estado me deprime", confiesa.

La última en cerrar la persiana de su local fue la responsable de una joyería. Con su jubilación se apagó el último atisbo del esplendor que en otra época habían tenido estos bajos comerciales, situados en la parte trasera del templo, en la calle Tendería. Han sido muy variados los establecimientos que durante años se han asomado en esa esquina de pequeños locales que con el paso del tiempo han ido deteriorándose.

En la última etapa los cinco locales comerciales estuvieron ocupados por un estanco, varias joyerías, una tienda de telas y una heladería. Convivían con otros negocios del entorno que, pese a la crisis económicas, han podido sobrevivir y a los que tampoco les beneficia el estado en el que se encuentran los bajos de la trasera de la catedral de Santiago. Los responsables de un estanco ubicado en las inmediaciones aseguran que ese proyecto dará mucha vida a ese rincón del Casco Viejo.

"Por aquí pasa mucha gente a diario, es un espacio muy especial, con mucho encanto y el estado en el que se encuentra no nos beneficia a nadie. No es un paso atractivo ni para los vecinos del Casco Viejo, ni tampoco para visitantes", apuntan. Por ese motivo, los comerciantes de alrededor confían en que más pronto que tarde pongan en marcha el proyecto que ya está en un cajón. "Lo que no sabemos es cuándo lo van a ejecutar. Ya llevan tiempo mirándolo, pero no termina de arrancar", explican los responsables del estanco ubicado en la calle Tendería.

Propiedad privada

Los cinco locales son de propiedad privada y en esta ocasión para intentar consensuar un proyecto común que beneficie a todas las partes, Surbisa ha hecho de intermediario. De esa manera, con el estudio diseñado por varios arquitectos se pretende recuperar este espacio, ubicado en una calle muy concurrida. Teniendo en cuenta que los locales conforman la base de la trasera de un edificio monumental, en estos se deberá respetar su estructura y se tendrá que conservar su forma actual. Para llevar a cabo esta labor en los últimos meses se han dejado ver por ese espacio varios arquitectos que han ido tomando nota para dar vida a estos locales comerciales. "No sabemos lo que tienen en mente, pero cuando preguntamos nos dijeron que el proyecto iba a quedar precioso", insisten los responsables del estanco de Tendería.

Mari Carmen González vive en la calle Askao y casi todos los días, camino del mercado de La Ribera donde realiza sus compras, pasa por detrás de la catedral de Santiago. En su tránsito por la calle Tendería, esta bilbaina ha sido testigo del deterioro en el que se ha sumergido día a día esta esquina que también vivió su época de esplendor. "Es un sitio muy coqueto, los locales no son muy grandes y todavía me acuerdo de cómo brillaban los pendientes y las sortijas que se exponían en los pequeños escaparates de las dos joyerías que hubo ahí", cuenta.

Tampoco olvida todos los helados que ha comprado a su nieta, Maialen, en la heladería que cerró hace más de un año y que ocupaba uno de los citados locales. "La echamos de menos. Nos venía de paso. Estaría bien que la volviesen a abrir, aunque los locales tienen que tirarlos, están muy deteriorados", describe Mari Carmen.

Una vez que se ponga en marcha la ejecución del proyecto de los bajos de la catedral de Santiago, paralelamente el Obispado -propietario del inmueble- llevará a cabo la restauración de la fachada trasera del templo.

En la riada del 83 el templo sufrió importantes daños cuando el agua anegó gran parte del Casco Viejo de Bilbao. Según fuentes del Obispado, en aquel momento no se pudieron llevar a cabo los arreglos y ahora, una vez que el Ayuntamiento ejecute el proyecto diseñado para los bajos comerciales de la catedral, tienen previsto someter a la fachada trasera a una limpieza.