El mercado de bicicletas de segunda mano que se celebró ayer domingo por primera vez en Bilbao dentro de la Semana de la Movilidad fue un acierto a juzgar por la acogida que tuvo entre la ciudadanía. Se llegaron a vender 40 bicis en una hora cumpliendo así uno de los objetivos asumidos por el concejal de Movilidad y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Bilbao, Alfonso Gil. "Hemos traído un mercado de segunda mano con la intención de que los ciudadanos no tengan una bicicleta metida en el trastero. Que la saquen y que la usen y sino que se la pasen a otra persona que la pueda usar". El préstamo de bicicletas tiene ya alrededor de 4 millones de usuarios, una cifra que "convierte a este vehículo en estrella de la movilidad", dijo.
El mercado resultó interesante para las personas que querían comprar y, curioso para el resto de la ciudadanía por la exposición de modelos, algunos incluso exóticos, que se mostraron en El Arenal bilbaino.
Entre ellos, los vehículos que trajo Michel Santamaría desde la población burgalesa de Villadiego. Modelos que construye el mismo en los que invierte mimo y horas. Hasta 40 horas para conseguir resultados exclusivos. Sillones de terciopelo morado o rosa, antiguas motoretas customizados, chasis simulando a los de las motos Harley... Michel trabaja en un taller de bicis y allí le llega el material para poder apañar los nuevos modelos.
Ayer domingo en el Casco Viejo hubo hasta 200 vehículos, además de las de Michel también las que llevó la ciudadanía para su venta.
Fundación Euskadi y Caja Laboral organizaron tres actividades distintas dirigidas a toda la familia, entre las que se encontraba el Mercadillo de Segunda Mano de Bicicletas.
"El objetivo es apoyar la economía circular en el entorno local y apostar por alternativas sostenibles a la movilidad de cada día", explicó Andoni Madariaga, responsable institucional de Fundación Euskadi.
Pedro Vallejo responsable del proyecto Bizieskola, que trabaja en la promoción del uso responsable de la bicicleta, explicó el sencillo mecanismo del mercadillo. Las bicicletas a la venta se debían dar de alta previamente, mediante el envío de un correo electrónico a la dirección arrigobizieskola@gmail.com, con un máximo de 2 bicicletas por persona y un tope máximo de 500 euros por bicicleta.
Ayer debían llevarlas al Arenal en el horario comprendido entre las 10:00 y 12:00 horas según se hubiera asignado en el momento de realizar la inscripción. La organización las clasificaba y ordenaba dentro del recinto, y entre las 11.00 y las 14.00 se encargaba de la venta in situAl finalizar se abonaba al antiguo propietario lo estipulado por su bicicleta y los técnicos de Decathlon se encargaban de ajustarlas a la medida del nuevo usuario o usuaria.
Para las personas que no lograron vender su bicicleta, Vallejo explicó que podían donarlas al proyecto Bizieskola de integración socio-laboral de personas migrantes. En este proyecto se encuentra gente como Etien, de Camerún, que llegó hace tres años y 6 meses a Arrigorriaga y allí ha tenido la oportunidad de incorporarse a este proyecto donde está aprendiendo a arreglar estos vehículos. "Siempre me desplazo en bici. Ya lo hacía en Camerún pero también aquí. Me gusta mucho esta ocupación".
Entre las compradoras que ayer domingo consiguieron su bicicleta se encontraba Ana. "Mi idea era gastarme un máximo de 50 euros, pero me han recomendaban esta de 80 euros y la he comprado". Ana pasó muchos años en Alemania y andaba mucho en bici por eso echaba en falta iniciativas de estas características donde poder comprar una bicicleta a un buen precio. "Mi propuesta es que se debería celebrar este mercado cuatro veces al año".
La otra cara de la moneda era la de Ignacio y Rocío que se enteraron el viernes de que se iba a celebrar este mercado y llevaron una bicicleta para vender. Si nadie la quería pensaban donarla. "En cuanto la ha visto una familia ya no la ha soltado, se la ha comprado".
Hubo más actividades en esta semana de la movilidad como el circuito de educación vial organizado por la Fundación Mapfre y juegos previstos en el Arenal con el premio de una bicicleta cedida por Decathlon así como material de ciclismo. Una ginkana en bicicleta con la familia y amigos y otras actividades educativas. "Queremos transmitir a los más pequeños que el transporte urbano colectivo es una acto de responsabilidad y si vamos en transporte público hacemos crecer más nuestra ciudad", señaló Gil.
"Queremos sacar las bicis que no se usan de los trasteros para que otras personas las utilicen"
Concejal de Movilidad y Sostenibilidad
"Creo que este tipo de iniciativas se deberían celebrar al menos cuatro veces al año"
Vecina y compradora