BILBAO - Hace más de cuatro años que el ascensor de Begoña no ofrece servicio, lo que ha generado un gran malestar entre los vecinos de Begoña y de las calzadas de Mallona, problemas de seguridad y el progresivo deterioro de una infraestructura que es, según coinciden todos los grupos municipales, “algo más que un medio de transporte; es un icono de la ciudad”. El Ayuntamiento de Bilbao “no contempla ninguna alternativa, porque eso sería renunciar al ascensor y nosotros lo que queremos es que haya un acuerdo entre el Gobierno vasco y la concesionaria y se ponga en servicio”, confesó ayer el concejal de Movilidad, Alfonso Gil.

El concejal de Movilidad compareció ayer en comisión ante los grupos de la oposición para informar sobre la situación en la que se encuentra el ascensor tras la última sentencia del Tribunal Supremo el pasado mes de julio. Los jueces han dado la razón a la empresa y responsabilizan al Gobierno vasco de la situación en la que finalmente produjo el cierre del elevador. Así las cosas, ahora ambas partes deberán iniciar un proceso de negociaciones para determinar las compensaciones ante esta situación. Y, mientras tanto, el ascensor seguirá cerrado.

Gil afirmó ayer que “el Gobierno vasco tiene claro que tiene que rescatar esta infraestructura y el Ayuntamiento también”. Sin embargo, hasta que Lakua y la concesionaria no se pongan de acuerdo no se podrá intervenir, aclaró el concejal.

Más de cuatro años sin servicios La espera es otro de los temas que los concejales de la oposición reprocharon al responsable de Movilidad. El concejal del PP Óscar Fernández dijo que “a lo largo de estos cuatro años hemos sido pacientes, pero se ha dejado morir poco a poco este servicio”. Con estos antecedentes, pidió que “ahora que la sentencia del Tribunal es firme y deja las cosas claras, que no se dilaten los plazos y comiencen cuanto antes las negociaciones para resolver el aspecto económico”. En esta misma línea, el concejal de EH Bildu Bruno Zubizarreta recordó a Gil que “se ha comprometido públicamente a gestionar el ascensor y a fecha de hoy sigue sin estar operativo”.

El edil de Ganemos Samir Ladhou puso el acento en su intervención en las medidas de seguridad de la infraestructura. En este sentido, preguntó si se siguen haciendo las revisiones periódicamente después de los desprendimientos que alertaron del peligro de conservación de este ascensor.

Amaia del Arenal, concejala de Udalberri, mostró su preocupación porque finalmente ocurra con el ascensor de Begoña lo mismo que ha sucedido en Arangoiti. “Al final se ha buscado una alternativa con un elevador que solo llega hasta una altura del barrio”, lamentó.

Gil quiso disipar las dudas que genera este asunto en todos los concejales pero reconoció que “mientras no se inicien las negociaciones entre el Gobierno vasco y la concesionaria el Ayuntamiento no puede actuar”. No obstante, adelantó que los técnicos del Funicular “ya han realizado algunas visitas al ascensor y se han trasladado elementos de mejora porque queremos ofrecer un servicio, pero no el mismo sino mejor”.

Según el concejal de Movilidad, la directora de Transportes del Gobierno vasco, Janire Bijueska, espera reunirse en breve con la empresa “pero aún no ha contestado”. Según dijo Bijueska, «nuestra idea es sentarnos a negociar y llegar a un entendimiento a la mayor brevedad posible».

El propietario del elevador cesó el servicio en julio de 2014 debido a las pérdidas acumuladas, abandonando la concesión cuya finalización estaba prevista para 2045.

Las disputas con el Gobierno vasco llegaron hasta los tribunales. El pasado mes de julio, finalmente, los jueces dictaron sentencia a favor de la concesionaria por lo que ahora deberán retomar las negociaciones para determinar los términos económicos de este proceso. Después, se iniciarán los trámite para transferir la titularidad del elevador, que finalmente pasaría a ser de propiedad municipal.