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“No me lo creo; si me entra el calentón y no tengo, no lo hago”

Los jóvenes consideran que el porcentaje “es demasiado alto para hoy en día”

“No me lo creo; si me entra el calentón y no tengo, no lo hago”P. Viñas

Bilbao - “No entiendo cómo todavía puede haber jóvenes de tan poca edad que no se protejan a la hora de mantener relaciones sexuales”. Estas son las declaraciones de Mikel Irueta, un estudiante de 18 años, que explica los datos de la encuesta en que “seguramente lo único que les puede preocupar a los jóvenes es no quedarse embarazados; únicamente será eso y no tendrán en cuenta todas las otras consecuencias que conlleva no usar protección”.

El mismo no se siente identificado con ese 14%, pero al mismo tiempo cree que no es problema de falta de información por las campañas. “Sobre el tema de la sexualidad y de la importancia de usar protección se debería hablar muchísimo más en los colegios”, comenta. Recuerda que cuando era pequeño “apenas nos dieron información”. Algo que, en su opinión, debería cambiar. “La educación es la clave de todo”, dice tajante. Por eso cree que si “todo el mundo estuviese realmente concienciado sobre todo lo que puede pasar” usarían protección “sin dudarlo”. El siempre ha mantenido relaciones sexuales con protección pero “puede que todavía haya jóvenes que no lo usen para sentirse más hombres”. Aun así, cree que el “porcentaje puede que sea tan alto” porque es posible que esos jóvenes estén manteniendo relaciones sexuales con una persona con la que llevan “bastante tiempo”. “Es verdad que cuando llevas tiempo con la misma persona puedes optar por mantener relaciones sin protección”, dice intentando buscar una razón al resultado.

Por su parte, Ana Beladi, un joven de 16 años, cree que cada uno debe ser consecuente con lo que hace. “Cada uno hace lo que tiene en la mente y si no usan protección será porque no quieren o porque están de fiesta y en ese momento no son conscientes de las cosas que pueden pasar”, dice. Cree que todas las campañas que se realizan obtienen su impacto en la sociedad, por eso se sorprende ante el porcentaje “tan alto” de jóvenes que no usan protección. Se ríe cuando admite que “siempre” que mantiene relaciones lo hace de forma segura, pero cree que “todo el mundo no sabe que haciendo cualquier cosa se pueden transmitir enfermedades por mucho que conozcas muy bien a la persona con la que te acuestas”. Por eso, achaca el resultado “a las fiestas o el alcohol”.

Julen, otro joven bilbaino de 16 años, a pesar de que también admite que “siempre” utiliza protección, se sorprende “mucho” al saber que ha habido una disminución a la hora de usar protección en las relaciones sexuales entre los jóvenes. “Yo la verdad es que no me siento identificado con ese resultado. Soy de los que piensa que si me entra el calentón y no tengo a mano un condón, yo no hago nada”, dice. Bien es cierto que, a pesar de que le sorprenda el resultado, conoce a “algún que otro” de su círculo de amistades que presume de no utilizar protección. “Creo que eso no te hace mejor persona, ni mucho menos. Ellos puede que en un futuro tengan problemas de salud, algo que yo, por hacerlo seguro, tengo menos posibilidades de padecer”. Aun así, “puedo llegar a entender que los menores no utilicen protección porque puede que les dé vergüenza preguntar dudas”

“No lo entiendo” Héctor Moreta, de 19 años, pone cara de asombro al conocer los resultados del estudio realizado por T4. “¿Solo en Bilbao?”, pregunta. Se sorprende porque asegura que a día de hoy hay “muchísima más información” respecto a hace años atrás. “Quienes no usan protección será porque no quieren. Si son lo suficientemente mayores para hacerlo sin, supongo que también lo serán cuando les pase algo por hacerlo así”, comenta. Aun así, cree que no está de más que se hagan campañas de concienciación para informar a los más jóvenes.

Así también opina Nerea Jimeno, de 20 años, quien asegura que ella no está dentro de ese porcentaje. “No me veo para nada reflejada en el resultado que ha dado el estudio”. Aunque viendo los resultados, cree que “todavía hay mucho por trabajar” por parte de las instituciones y, a pesar de que cree que ya se trabaja en las campañas de concienciación “no estaría de más seguir haciéndolas”. Duda de si el problema es de los propios jóvenes al no ser “realmente consientes” de lo que les puede acarrear hacerlo sin protección. “Sigo asombrada con el resultado y no sabría decir dónde está el fallo”, comenta. Una realidad con la que los jóvenes bilbainos se sorprenden.