Bilbao - El logo moderno de la Diputación Foral, esa inconfundible hoja de roble roja, es la única nota de color que destaca en las nuevas fachadas del Frontón Bizkaia una vez que prácticamente han concluido los trabajos de restitución de la oscura piel del edificio deportivo.
El contundente bloque que se yergue en el barrio de Miribilla, y es visible desde cientos de metros a la redonda, ha culminado la mudanza de sus exteriores tras algo más de seis meses de trabajos.
El acabado se ha realizando con placas de hormigón polímero de ulma de color negro, a las que se ha aplicado un aislamiento especial, y se han aprovechado las obras para incluir algunas mejoras. La principal es la integración de un sistema de iluminación que realzará la imagen del edificio durante la noche. Se han instalado 875 metros lineales de luminarias de tipo led que se han integrado también entre las placas que apenas son visibles.
Como se recordará, en diciembre de 2015 el deterioro de la instalación original de las placas de pizarra que componían el exterior del edificio supuso que algunas piezas cayeran al suelo, con el riesgo que ello implicaba. Tras colocar una visera de protección, la Diputación, a través de Azpiegiturak, la sociedad foral responsable del edificio, efectuó dos análisis de las piezas y el sistema de agarre colocados en la construcción del edificio que determinaron la necesidad de sustituir toda la piel del bloque negro.
Se pudo comprobar entonces que la pizarra natural no fue la mejor elección para vestir el espacio pelotazale y que el anclaje diseñado no resistió las duras condiciones climáticas de la zona donde, al estar en un área abierta y alta, el viento y la lluvia azotan con ganas en invierno, mientras que en verano el calor que podía alcanzar la pizarra, cuando el sol da de pleno, también afectó a su estabilidad.
Tras retirar las 10.600 losetas de pizarra natural que ocupan los 6.800 metros cuadrados de superficie que conforman las cuatro fachadas del bloque se procedió a su sustitución por las placas artificiales y un nuevo sistema de anclaje más pensado.
El ente foral determinó iniciar las obras cuanto antes y actuar de oficio para evitar problemas y con la intención de instar a las empresas responsables de la construcción del Frontón Bizkaia a que se hicieran cargo del coste de la restitución de las fachadas. Desde Azpiegiturak entienden que el edificio está en garantía, ya que no han pasado los diez años desde la entrega del edificio -el frontón se inauguró en marzo de 2011- y al ser un defecto de obra, los responsables de la ejecución tienen que hacerse cargo de los deterioros, según especifica la ley.
Abono del coste de las obras Según han indicado fuentes forales, es ahora, una vez finalizados los trabajos, cuando se va a volver a reclamar a las empresas su abono. En concreto, se dirigirán tanto la dirección de obra, responsable de controlar el proceso de construcción del edificio, como a la unión temporal de empresas compuesta por Construcciones Adolfo Sobrino, Cycasa y Asaser, que ejecutaron los trabajos, para que cumplan sus responsabilidades. “En caso de que no se avengan acudiremos a los tribunales para exigirles el pago de las obras”, indicaron el viernes fuentes de la sociedad Azpiegiturak.
Se trata de un contrato, el que está a punto de finalizar, que ha supuesto un desembolso de cerca de dos millones de euros para las arcas forales. Cuando este periódico dio a conocer en octubre de 2016 el deterioro de la piel del edificio, Gorka Estévez, consejero delegado de la sociedad Azpiegiturak, ya indicó que se reservaban “las acciones oportunas para reclamar el coste económico de dichas actuaciones y de las demás que sea necesario efectuar para reparar los daños detectados”.
Es más, su pretensión también era “reclamar los daños y perjuicios que se deriven de los defectos y de su reparación”, aseguró el responsable de la entidad foral.
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