Bilbao - “Todo empezó en una comida cuando me dijeron unos amigos que seguro que ese mural era el más grande del mundo, el típico tópico”, asegura casi con rubor el artista Jorge López de Gereñu. Lo hacían en referencia a la pintura titulada Miradas sobre Bilbao/Bilborako begidarak, la cual se enseñorea desde hace casi diez años en el alto de Enekuri en la pared que sostiene la ampliación del vial que ejecutó la Diputación de Bizkaia en 2008.

Con el apoyo pleno del ente foral, el pintor especializado en intervenciones artísticas de gran tamaño ha enviado a la organización del libro Guinness de los récords toda la documentación que avala su estatus y destronar en este ranking a la obra que ahora lo ostenta. Se trata de una pieza ubicada en la ciudad mexicana de Mazatlán pintada por Ernesto Espiridón Ríos, la cual mide 1.678,43 metros cuadrados.

El mural bilbaino es más del doble de extenso. Son casi 3.596 metros cuadrados en una pieza de 502,5 metros de largo con una altura media de 7,15 metros donde se recogen los ojos de ocho rostros de bilbainos que miran al monte y a la ciudad. Todo ello con un fondo de ondas de tonos verdes y cremas que se integran a la perfección en la ladera. Una obra que usó materiales especiales para fachadas fabricados específicamente para este proyecto lo cual supone que, nueve años después, el mural siga intacto.

Aunque la idea primitiva de avalar la magnitud del mural surgió un año después de su conclusión, no ha sido hasta la pasada primavera cuando se reactivó la tramitación. “Durante estos años han surgido diferentes circunstancias, entre ellas el trabajo en los accesos viarios de San Mamés, que han ido demorando la petición”, indica este bilbaino de 53 años que confiesa que “tampoco soy yo mucho de estos récords”.

Sin embargo, el empuje de la Diputación como propietaria del vial donde se asienta, lo que significa para Bilbao como elemento de atracción turística y, sobre todo, el punto de innovación que ha supuesto este trabajo artístico, pusieron las bases para efectuar la solicitud al Guinness.

El artista explica que “tenemos que dar a conocer cómo es una obra especial y novedosa porque hasta entonces no se había hecho nada parecido en una obra pública y ha sido en Bilbao”. Fuentes forales refrendan esta tesis al indicar que “es un trabajo que se puede exportar a otras ciudades y que, además del componente turístico, es una prueba de que las instituciones se preocupan por la estética y el impacto medioambiental que pueden tener este tipo de grandes infraestructuras”.

La solicitud no ha sido sencilla. El departamento foral de Desarrollo Económico y Territorial ha suministrado la certificación de sus dimensiones tras la verificación topográfica realizadas hace unas semana y que Guinness exigía. También desde la sociedad pública Interbiak han certificado el emplazamiento, sus dimensiones y el estado actual del mural. Por su parte, el Ayuntamiento bilbaino ha colaborado aportando la documentación que avala su ubicación. Además, el autor ha presentado diverso material gráfico y videográfico de su obra.

La primera obra de su tipo

“Fue un trabajo muy especial”, recuerda el muralista debido a que “era el primero que diseñé de esas dimensiones y con el añadido de que lo pintamos a la vez que se construía la obra”. El artista alabó la que denominó “osadía” de la Diputación a la hora de plantear las obras de infraestruturas con una “consultoría artística o estética” capaz de eliminar el impacto visual que generan intervenciones de gran tamaño en la naturaleza “y encima en entornos muy urbanos”.

También puso de relieve como ese encargo foral implicó abrirle un mundo creativo desconocido y contactar con personas y empresas con las que sigue trabajando hoy en día en sus diseños gigantescos. “Evidentemente sería imposible pintar esta piezas yo solo, por eso trabajo con dos firmas de pintura con empleados muy finos y con la que es mi mano derecha y el que creo es mejor muralista de Europa, Iker Muro”.

Además del mural más grande del mundo en Enekuri, la capital vizcaina alberga otras tres piezas que superan la extensión del trabajo mexicano las cuales se ubican en los nuevos accesos viarios de San Mamés y también son obra del mismo artista.

El pintor explica como “son también más extensos y el superior, Arte es vida/Artea Bizitxa Etengabe, con casi 3.538 metros cuadrados fue concebido para que entablara un diálogo con la obra de Enekuri ubicada enfrente y separadas por la ría”. Así, Bilbao expone a diario, y sin cobrar un euro, los cuatro trabajos pictóricos más grandes del mundo diseñados por un solo artista a poco más de kilómetro y medio de distancia.

Los otros dos murales en los accesos de San Mamés se ubican por debajo del referido. El más cercano, se denomina A Love Supreme/Maitasun goiena, en honor al disco del mismo nombre del famoso saxofonista norteamericano John Coltrane, cuyos ojos recoge la obra mirando al mural superior de las sonrisas. Este mide poco más de 2.732 m2 .

El cuarto mural, el de menor tamaño con sus casi 1.769 m2 , se ubica en la carretera de Bilbao a Zorrotza y con el título Ama Lurra/Madre Tierra recoge los perfiles de otra artista, la cantante de soul también norteamericana Erykah Badu. Reconoce que “aunque pueda parecer noño, son tres piezas con las que quiero representar a la gente, el amor y la felicidad y que quedan para la ciudad”.

Explica que “estos tres murales forman parte de un todo porque si te fijas hay más murales de menores dimensiones y otros elementos con los que se consiguió alterar la estética general del resultado de la obra, una descomunal combinación de grandes infraestructuras y muy visible desde gran parte de Bilbao”.