Bilbao - El listado de actuaciones presentado ayer por el Ayuntamiento de Bilbao con el fin de llevar la calma a Rodríguez Arias no ha convencido ni a los vecinos ni a la dirección del hotel Ilunion, que consideran un papel vacío los acuerdos presentados. Ambos afectados consideran que no se ha atajado el problema y que “solo ha servido para gastar más de 18.000 euros de dinero público” en referencia a la mediación acústica contratada por el Consistorio.

En esta línea, argumentan que el problema se solucionaría tomando las medidas de ruido del interior de la sala -desde el Ayuntamiento se afirma que este problema está solucionado y que ahora los decibelios cumplen la legalidad- y haciendo cumplir la normativa municipal “para regular comportamientos incívicos que, sorprendentemente, todavía ni se contemplan ni se piensan contemplar”. Álvaro Díaz-Munío, director del hotel Ilunion, por su parte, considera que “la mediación no ha servido para nada”. “Para mediar alguien tiene que ceder, y aquí nadie lo ha hecho”, explicaba ayer a DEIA. Y añadía: “Las propuestas que han presentado son de sentido común. Las podrían haber presentado el primer día y haberse ahorrado cinco meses”. Díaz-Munío asegura que nada va a cambiar. “Ha sido una manera de dilatar el proceso en vez de tomar las decisiones que hay que tomar”, y aludía a los “11 expedientes” que tiene abiertos la sala.

La otra cara de la moneda la representa Luis Ángel Rodríguez. El propietario de la discoteca Moma se mostraba ayer esperanzado. “Siempre hemos pensado que se iban a solucionar las cosas, porque, cuando uno hace todo lo que puede, está tranquilo”. Para Rodríguez, “hay que darle tiempo a la gente, pero nos han presionado tanto desde el primer día con denuncias, que ha sido una bola demasiado grande que no nos dejaba movernos”.

Finalmente, Inés Ibáñez de Maeztu, delegada bilbaina de Medio Ambiente, se mostraba ayer satisfecha con la culminación de un proceso como el de la mediación acústica nacido del compromiso adquirido en participación ciudadana. “Después del proceso de mediación, para nosotros es importante cómo el Ayuntamiento lleva una acción coordinada entre diferentes áreas para dar respuesta a una serie de compromisos que nos lleve a la mejora de la situación en ese entorno”. Ibáñez de Maeztu valoró, además, como “muy positivo” el hecho de que los responsables de la discoteca Moma hayan adquirido “una mayor corresponsabilidad en la situación externa y que es ajena a ellos”. La edil bilbaina, no obstante, también explicó que habrá que esperar un tiempo después de que el día 7 reabra la discoteca para saber si las medidas están teniendo el efecto deseado. Por último, Ibáñez de Maeztu cuestionó a los vecinos, quienes nunca creyeron en el proceso de mediación, hasta el punto en que lo abandonaron.