BILBAO. La puesta en marcha de la estación provisional de Termibus a finales de febrero dejó entrever la necesidad de incorporar algunas mejoras que han ido llegando paulatinamente. La última de ellas ha sido la instalación de una pequeña cubierta que desde hoy protege a los usuarios en espera de las inclemencias del tiempo. Desde el Ayuntamiento de Bilbao aseguran que era “una demanda recurrente” de los viajeros que reclamaban complementar la cubierta que ya existía.

Este último techo se ubica en un punto estratégico, justo antes de la pasarela que lleva al punto de información, desde donde se ven dos hileras de dársenas y donde se ha detectado mayor necesidad. Asimismo, desde el Área de Obras, Servicios, Rehabilitación Urbana y Espacio Público informan que se ha señalizado el suelo con un corredor peatonal -realizado mediante dibujos amarillos- para intentar derivar a las personas hacia las zonas de espera como medida disuasoria.

Esta es la última medida implementada por el Consistorio después de que el concejal Ricardo Barkala asegurara que se reforzaría la seguridad en la estación durante los fines de semana para evitar al máximo posible los problemas de convivencia en la zona. En ese sentido, la presencia de la guardia urbana se combina con seguridad privada las 24 horas del día, tanto fuera como dentro de la zona de taquillas. Asimismo, se han instalado ocho cámaras de seguridad que están conectadas con la Policía Municipal.

Otra de las medidas para favorecer la seguridad en la zona, esta vez la que se refiere a los usuarios, ha sido trasladar el paso de cebra ubicado en Luis Briñas a Pérez Galdós, con el objetivo de que los transeúntes elijan esa opción como paso natural en su desplazamiento por la zona. Además, los agentes también tienen encomendado el control de los portales del edificio donde se ubican las oficinas de la estación, que han sido cerrados para evitar que la gente acceda al interior.

Atendiendo a las quejas vecinales, a su vez, desde el Consistorio afirman estar “trabajando de continuo para reducir al máximo el impacto acústico” en la zona. El objetivo es minimizar el ruido de las bocinas, pitos, gritos... “con especial atención entre las 22.00 y las 6.00 horas”, así como durante el fin de semana. En esa línea, se ha instalado un “camino de suelo acolchado para reducir el ruido de las maletas desde las dársenas a las taquillas”.

Otro de los puntos conflictivos era el de la salida de los garajes de las viviendas, donde se juntaban los coches con los camiones que salen de las obras de la futura torre, la propia entrada a la estación de Termibus. Para subsanar los problemas que se originaban en ese punto y agilizar la salida de los garajes, se han realizado “mejoras en el sistema de gestión de la entrada de autobuses a la estación” y, además, se ha “retranqueado el cerramiento de las obras de la cuarta torre”.

Durante una comparecencia reciente, el Ricardo Barkala dejó claro que a pesar de las mejoras “va a seguir habiendo molestias porque el espacio es mínimo y es difícil de gestionar”. Sin embargo, arguyó que la estación provisional, que será la terminal entrada y salida para muchos viajeros a la villa durante 18 meses, “es un mal necesario”.