CUANDO el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, presentó a Calixto Bieito como nuevo director del Teatro Arriaga dijo, refiriéndose al edificio, que “estamos ante la joya de la corona”. Ayer volvió a utilizar esa misma frase con motivo de la puesta en marcha de un programa de visitas guiadas al teatro bilbaino, uno de los de mayor solera de todo el Estado. “Es magnífico, extraordinario”, proclamó el alcalde, “no solo por la actividad internacional que desarrolla sino por su fisonomía interna”. Por eso, el máximo representante de la capital vizcaina quiere que todo el mundo conozca las entrañas de este emblemático edificio, declarado monumento histórico . “Animo a los vecinos y vecinas de Bilbao a que vengan, que se acerquen a que toquen el Arriaga”, señaló el alcalde, “porque a medida que lo conozcan lo van a querer más”. Y como al alcalde le gusta predicar con el ejemplo, él fue el primero en inaugurar estas visitas guiadas que comenzarán para el público el próximo 4 de marzo. Antes de iniciar el paseo guiado por Izaskun Ardanaz y José Manuel Sánchez, el gerente del Teatro Arriaga, Ignacio Malaina, aclaró que “esta nueva actividad tiene otra finalidad: mostrar el teatro por lo que es, explicar su historia, enseñar sus instalaciones, su arquitectura y decoración”. Y resaltó que las visitas guiadas no solo van dirigidas a todos los bilbainos. “Queremos ir más allá”, dijo Malaina, “que sea punto de encuentro para los visitantes de la villa, para el turismo”.

En los momentos previos a pisar la alfombra imperial que cubre las escaleras que dan acceso a la primera planta del teatro, el alcalde se hizo la foto de familia con las personas que tuvieron el honor de acompañarle en la primera visita guiada. Con él estuvieron las concejalas Marta Ajuria, Nekane Alonso, Carmen Carrón, así como el director saliente del Palacio Euskalduna, Jon Ortuzar, junto al entrante, Andoni Aldekoa; el director, también saliente, del museo Bellas Artes, Javier Viar; la directora de Bilbao 700, Josune Ariztondo, miembros de La Coral de Bilbao, y el bailarín Igor Yebra, entre otros.

Todos ellos escucharon con atención las primeras pinceladas históricas que dieron los guías. Por ejemplo, que el teatro fue inaugurado el año 1890 pero no con el nombre actual sino como El teatro de la villa. También recordaron que en 1914 sufrió un incendio que lo destruyó prácticamente, y que cinco años después, en 1919, fue reinaugurado. Las inundaciones de 1983 volvieron a ensañarse con este impresionante edificio de estilo neobarroco. Y para que nunca se olvide aquella catástrofe, la base del espejo del hall recuerda hasta dónde llegó el agua aquel fatídico día de agosto.

Escenario Los más antiguos recordarán que en la planta baja del Teatro Arriaga había una cafetería y comercios, algo inédito en los teatros que se construían en la época. Y se hizo por una razón puramente mercantilista, según explicó el guía. El teatro fue promovido por un grupo de empresarios cuyo objetivo, además de dotar a Bilbao de un gran coliseo artístico, fue rentabilizar la inversión, con lo cual alquilaron diferentes instalaciones del edificio. Esa distribución del espacio interior, unida a la peligrosidad que suponía construir junto a la ría, obligó a instalar el escenario en la segunda planta, algo que también le hizo único en Europa al Teatro Arriaga. Estas y otras muchas anécdotas podrán conocer quienes se apunten a las visitas guiadas, que tendrán una duración aproximada de cincuenta minutos. A lo largo de ese tiempo podrán ver salas, como la Oriente Express o la Isabelina, que normalmente no son accesibles al público. No faltará el acceso a la sala principal y a su hermoso patio de butacas, así como al palco de honor.

El gerente del teatro destacó que se ha habilitado una sala para exponer trajes y vestuario utilizados en diferentes representaciones tanto de ópera como de teatro. A partir del primer fin de semana de marzo, la “joya de la corona” no tendrá ya secretos.