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Bilbao controlará sus laderas para evitar deslizamientos de tierras por las lluvias

El Ayuntamiento instalará sensores que permitan predecir la inestabilidad en zonas como Olabeaga o El Peñascal

Bilbao controlará sus laderas para evitar deslizamientos de tierras por las lluvias

Bilbao - El Ayuntamiento de Bilbao pondrá en marcha a partir de noviembre un sistema para predecir y prevenir los deslizamientos que se puedan generar en las laderas de los montes de la villa en épocas de lluvias intensas y su influencia en el cauce de la ría.

El dispositivo, incluido dentro del contrato de mantenimiento de la red de alcantarillado de la capital vizcaina, es una iniciativa inédita que se desarrollará durante los próximos cuatro años. El conjunto de todo el contrato costará un máximo de 3,9 millones cada ejercicio, un millón más que el actual coste del trabajo en el subsuelo de Bilbao.

El concejal de Urbanismo, Obras y Servicios del Ayuntamiento de Bilbao, Ricardo Barkala, y su director de área, Fran Víñez, presentaron ayer el concurso en una iniciativa que quería poner en valor el nuevo servicio que incluirá el control y seguimiento de la estabilidad de los taludes y terraplenes de las laderas, además de las escorrentías situadas en el subsuelo de Bilbao.

El cambio en el clima de la capital en lo referente a las lluvias es la causa última de este nuevo trabajo que será encomendado a la empresa que gane el concurso. Barkala dijo sin ambages que “la climatología ha cambiado en los últimos seis años (periodo del contrato en vigor) y nos tenemos que adaptar a las lluvias intensas”. Con ello se refería a cómo el tradicional sirimiri bilbaino, esa lluvia fina y prolongada, ha sido sustituida por periodos de lluvia más cortos en el tiempo pero más intensos y cuantiosos en el agua que precipita. “Estas nuevas lluvias están suponiendo que las laderas se humedezcan, patinen por el agua y se corran riesgos”, aseguró el concejal jeltzale.

Los barrios altos que ocupan las laderas más inclinadas y son más sensibles están en el punto de mira. Monte Caramelo, Betolaza, El Peñascal... son algunos de ellos. Pero también se tendrán en cuenta zonas de la ciudad más cercanas a la ría y que por tener terrenos inestables por la humedad acumulada pueden presentar también movimientos soterrados que deterioren las galerías que conforman alcantarillas y depósitos. La futura isla de Zorrotzaurre, la ribera de Elorrieta situada en frente y el barrio de Olabeaga se suman a ese listado de áreas de riesgo que se completan con otras laderas y suelos también poco fiables.

El Ayuntamiento quiere minimizar esos riesgos y paliar sus consecuencias en caso de que no se puedan evitar. Para ello utilizará procesos preventivos para reducir en lo posible los deslizamientos, también se dispondrá de tecnología capaz de predecir corrimientos en función de ciertas condiciones de tierra y humedad, y, finalmente, habrá sistemas correctivos en caso de que las dos tareas previas se vean superadas por las circunstancias.

Predicción, prevención, corrección Este modelo predictivo, preventivo y correctivo se desarrollará con una serie de indicadores e instrumentos de parámetros que den la alarma sobre pronósticos y comportamientos de la red de saneamiento, de la propia ría, así como de las laderas y el subsuelo por el que se desarrolla la red de alcantarillado.

Fran Víñez indicó que no se ha puesto trabas a las empresas que acudan al concurso para que oferten diferentes dispositivos y metodologías para llevar a cabo los tres procesos referidos. “No sabemos cuántos sensores se instalarán, ni de qué tipo”, concretó Víñez. Eso sí, se propiciará y valorará los sistemas tecnológicos más innovadores para obtener los resultados requeridos.

Así, se pretende potenciar la modernización del servicio utilizando aplicaciones del GIS (sistema de información geográfica) y modelos matemáticos adecuados. “El objetivo de todo ello es poder simular y prever diferentes comportamientos de la red ante episodios de lluvia determinados o niveles muy altos de la ría”. Otros requerimientos en el contrato aprobado por la junta de gobierno municipal de la pasada semana es determinar cómo se comporta el subsuelo ante corrientes erráticas que pudieran crearse por lluvias torrenciales.

El plan es ponerse en el escenario más negro. Para el Ayuntamiento es indispensable establecer la relación entre precipitaciones de lluvia continuadas durante varios días acompañadas de pleamares en jornadas de mareas vivas. La razón es que el modelo que se va a desarrollar con el nuevo contrato se efectuará por encima de la altura que tomen esas mareas en días tan críticos, para tener así un margen de seguridad adecuada.

Y todo ello “con un servicio orientado hacia el ciudadano”, consideró Barkala. Aclaró que van a hacer “especial hincapié en la accesibilidad, seguridad, resolución inmediata y efectiva de avisos a los vecinos sobre el estado de elementos como las rejillas, sumideros o tapas de alcantarilla”.

Estos nuevos sistemas predictivos y de seguimiento serán un apoyo más concreto y efectivo a las alertas que ya envía el departamento de Seguridad del Gobierno vasco cada vez que hay grandes tormentas y borrascas, las cuales son la referencia en la que se basa el Ayuntamiento para emitir los tradicionales avisos, por ejemplo, de que se retiren los vehículos de las calles ribereñas de la villa.

El teniente de alcalde también aclaró que el Ayuntamiento trabaja desde hace años para evitar problemas con las aguas torrenciales que van a parar al Nervión. Como ejemplo puso el depósito de El Peñascal, que acumula el exceso del agua de lluvia que se genera con fuertes tormentas y evita que el agua que recorre las galerías subterráneas se saturen y salga a la superficie antes de llegar a la ría.

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