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“La responsabilidad en incendios no es compartida, es de los vecinos”

El Ayuntamiento realiza inspecciones periódicas para supervisar el mantenimiento de las instalaciones

“La responsabilidad en incendios no es compartida, es de los vecinos”Foto: Borja Guerrero

Bilbao - El Ayuntamiento de Bilbao no deja nada al azar en la seguridad y protección de incendios de los edificios. Para ello, el Consistorio realiza inspecciones periódicas en todos los rascacielos de la ciudad para garantizar que todos ellos cumplen con las exigencias de normativa mínimas establecidas. No obstante, su deterioro o falta de mantenimiento no es una responsabilidad compartida, la preocupación tiene que ser de los vecinos. Así lo manifiestan Andoni Oleagordia, director de Seguridad, y Nacho Gil, subdirector del Cuerpo de Bomberos de Bilbao.

“Nosotros inspeccionamos que todo esté en regla pero, desde luego, la responsabilidad siempre es de ellos”, declara el director. “Si tienen dudas nos tienen que llamar y nosotros siempre les atenderemos”, aclara. De hecho, desde el área destacan que así como ya atendieron ayer a los vecinos de las torres de Garellano, también están a disposición de todos los ciudadanos que tengan dudas. “Lo que sí les pedimos es que revisen sus instalaciones; ahora son nuevas, que las mantengan”, pide Andoni Oleagordia.

Y es que los bomberos de Bilbao a veces se han encontrado con situaciones que podrían haber tenido un desenlace fatal. “En edificios de más de 24 metros de evacuación tenemos las llamadas columnas secas; sirven para meter agua por debajo y como tienen conexiones a las autobombas, el agua sube a cada planta. Sin embargo, a veces nos quitan los tapones y entonces de nada sirve tener la columna seca”. En esta misma línea, el director también destaca que es importante el uso de los extintores. En todas las escaleras de los rascacielos tiene que haber uno por cada planta y si los pasillos de la misma superara los 15 metros de longitud habría que instalar uno por cada 15 metros.

También es importante que sean los vecinos los que se encarguen de estos extintores y de su correcto mantenimiento para que, en caso de un incendio, los bomberos no se tengan que enfrentar a complicaciones añadidas a las propias labores de extinción.

De todo un poco La teoría puede resultar fácil, pero también ocurre que la práctica suele ser diferente. Por eso, Nacho Gil explica que en ocasiones, y por mucho que se saben ciertos aspectos de cómo actuar ante un incendio, la gente no actúa con seguridad: “Siempre recordamos que, por ejemplo, en caso de un incendio, se tienen que cerrar todas las puertas, para impedir o dificultar que el fuego pase de una habitación a otra. Sin embargo, todavía hay gente que no lo hace y nos deja todas las puertas abiertas, hasta la principal y eso provoca que el fuego salga fuera”. “Yo he visto cómo han salido hasta con la maleta de casa y eso que siempre insistimos: sal con lo justo, si están desnudo ponte una bata o coge un medicamento necesario pero deja lo demás porque el Ayuntamiento te lo facilitará... pero nada, cogen todo lo que pueden”, recuerda Oleagordia. Esto también puede deberse al propio nerviosismo: “Yo entiendo que nadie ha vivido en sus propias carnes un incendio y, al final, los nervios pueden bloquearnos, no estamos entrenados”, defiende el director. “Cada uno es un mundo y en un momento así se les pasa por la cabeza lo que se les pasa... quien haya vivido un incendio seguro que hoy saldría corriendo sin coger nada”, explica Oleagordia. - E. F. Domínguez