Bilbao - Si la suma de todas las conversaciones que se mantienen en un idioma se midiesen por los decibelios acumulados, el euskera habría logrado ayer la intensidad de una bomba atómica que podría haberse escuchado desde el más lejano de los astros solo con las miles de charlas hiladas en Azkuna Zentroa. Es ahí, en el corazón de Bilbao, donde ayer se celebró la cuarta edición de Berbagunea, con la participación de 1.600 euskaldunes que mostraron el pálpito de un idioma que año tras año va ganando hablantes en la capital vizcaina. La atípica estampa, que por ello no careció de espontaneidad, reveló una vez más que la clave de la pervivencia del idioma reside en su uso cotidiano.
Distribuidos en decenas de mesas de seis personas, el desafío consistió en hablar sobre temas establecidos por la organización con diferentes grupos que eran rotatorios cada 20 minutos. Guiados por la voz del popular presentador Oihan Vega, no faltó la guasa durante la cita en la que también se puso altavoz a datos preocupantes, como aquel que indica que a pesar de que entre los niños y jóvenes menores de 18 años un 93% conoce el euskera, sólo un 10% lo utiliza de forma habitual. Cuatro fueron las tandas, tres por la mañana y una por la tarde, en las que se organizaron los grupos de diferentes edades -que dieron cuenta de las diferentes realidades del idioma- para que todos los participantes de esta iniciativa del Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación de Foral de Bizkaia, en colaboración con la red de euskaltegis, tuvieran ocasión de poner en práctica su destreza en euskera.
Euskaldunberris y euskadulzaharras de toda índole acudieron a la gran llamada de una iniciativa que, en grupos más reducidos constituidos según sus afinidades, se celebra periódicamente en muchos puntos de la geografía vasca. Ejemplo de esa constancia es uno de los grupos de berbalagun de Santutxu, compuesto por casi una decena de jubilados que ayer se plantó en el centro cultural para reproducir esa misma experiencia que viven cada semana desde un punto de vista macro. Pilare Baraizarra, una meñakarra afincada en Bilbao de 72 años -“gutxi gorabehera”, puntualizó con coquetería- fue una de las voces cantantes de la mesa de santutxuarras que participó en la iniciativa en el turno de 12.30 a las 14.00 horas.
“Etxean lan egiteak indibudualismoa dakarrela uste dut”, opinaba Pilare a sus contertulios al hilo del primer tema: Lanpostua etxean ala lanean? Como buenas euskaldunzaharras, Pilare y Lore, una de sus compañeras de berbalagun, demostraron que la filosofía del dakienak ez dakienari es el mejor estímulo para transmitir un idioma. Sus compañeras de mesa, Josune, Bego y Aran-tza, euskaldunberris que han aprendido el euskera después de escolarizar a sus hijos en el modelo D, escuchaban con atención y participaban. “Oreka pertsonala”, “onurak fisikoa” o “garraioan aurreztea”, fueron algunos de los argumentos que esgrimieron para concluir que todas estaban de acuerdo en que preferían trabajar fuera de casa. La conclusión de Igone, la única tertuliana procedente del euskaltegi de Galdakao en dicha mesa, sin embargo, fue por otros derroteros: “Zenbat ikasiko nuke zuekin!”
Pasado el tiempo límite para desarrollar la conversación, después de que Oihan Vega diese por concluida la charla y como si un gong imaginario sonase, los participantes se levantaron de sus mesas y comenzó el baile de sillas para todos excepto para los moderadores de cada grupo. “Gero arte, politok!”, se despidió Pilare antes de poner rumbo a una mesa en las que se encontró con euskaldunes de diverso perfil. Eder, Nerea, Edurne, Isabel y Jon fueron los compañeros con los que debatió sobre los pros y los contras de la medicina naturista. Una vez más, Pilare tomó la delantera: “Nik uste dut biak direla beharrezkoak; medikuntza naturalean sinestu dezakezu, baita ebakuntza bat egiterako orduan ospitalera joatea erabaki”. A través de su experiencia personal, todos los participantes opinaron sobre la conveniencia de los remedios alternativos en una charla distendida. “Behin omeopatara joan nintzen eta izan zen... ¡mano de santo!”, declaró uno de ellos antes de que Oihan Vega cogiese el micrófono para dar cuenta de que Koikili Lertxundi estaba camuflado entre las mesas en una jornada en la que también pusieron su granito de arena Mikel Martinez, Patxo Telleria, Miren Agur Meabe, Juanra Madariaga, Maite Iturbe, Tor Magoa, Mikel Olazabal, Ana Urrutia o Zigor Iturrieta.
El desafío Tras haber dedicado su vida profesional a la enseñanza en diferentes centros educativos antes de jubilarse en el Berritzegunea de Barakaldo como técnica de euskera, Pilare Baraiazarra lleva tomando el pulso a la salud del idioma toda su vida. Su bagaje le aporta la clarividencia suficiente para mostrarse “triste” por el uso del euskera entre los jóvenes, que si bien conocen el idioma de sobra, no lo utilizan fuera de las aulas. “Hemen bertan ere ikusi dugu. Aurreko txandan institutuko ikasleak egon dira eta Berbagunean euskaraz hitz egin duten arren, hemendik irten direnean gaztelerara jo dute. Errieta egin diegu batzuei”, aseguró como ejemplo de una realidad atestiguada también por el presentador de la iniciativa.
Según la organización de Berbagunea, en los últimos años Bilbao ha visto incrementado en un 10% el número de vascoparlantes. El último estudio realizado por Eustat para analizar la realidad sociolingüística de Euskal Herria certifica que un 52% de los ciudadanos son euskaldunes o casi euskaldunes. Del estudio se desprende que el apego al euskera ha aumentado considerablemente entre los niños y los jóvenes a través de los modelos lingüísticos actuales. Sin embargo, el uso habitual del idioma se reduce sustancialmente en disonancia a esos datos tan favorables. Por ello, desde la organización de Berbagunea tienen claro que el reto consiste en impulsar la utilización del idioma. Un desafío por el que ayer remaron en la misma dirección cientos de bilbainos hasta llegar al tercer tema de conversación.
Ya en la última de las mesas, Pilare explicó a sus nuevos compañeros que estaba acompañada por una periodista. “Egunkarian agertuko gara ala? Izen faltsuak emango ditugu orduan”, bromeó Paco, el moderador de la mesa en la que también participaban Miren, Jorge y Begoña. En esta ocasión, el tema a debatir, la conveniencia de comprar por Internet o presencialmente en los puntos de venta, suscitó más controversia. “Adinaren arabera izango da... Ziur zuek interneten erosten duzuela!”, dedujo el moderador con sorna dirigiéndose a las mayores de la mesa. A pesar de ello fueron numerosos los momentos en los que la conversación tomó otros derroteros. “Ezagutzen gara ezta?”, preguntó Pilare a Begoña antes de constatar que se conocían de algún curso para el profesorado en el que coincidieron en el pasado. “Baina hori ez da gaia”, dijeron en varias ocasiones para tratar de reconducir el tema de discusión. En esa ocasión, la verborrea coloquial de un idioma que toma vida propia con la máxima naturalidad venció al listado de preguntas que los participantes debían responder.