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Bilbao ofrece 257 actividades de ocio dirigidas a niños por Navidad

Talleres en Euskal Museoa, el programa ‘Ingéniatelas’ en Bilborock, pista de hielo en La Casilla... La concejala Oihane Agirregoitia realiza una visita a algunas de las 257 actividades infantiles que ofrece el Ayuntamiento de Bilbao en Navidad

Bilbao ofrece 257 actividades de ocio dirigidas a niños por NavidadBorja Guerrero

CUANDO el fervor por los regalos materiales se apaga, poco después de la tan esperada llegada de Olentzero, las vacaciones navideñas de los más pequeños transcurren echando de menos el contacto con las personas de su estatura. Ningún obsequio palpable es capaz de sustituir la huella que deja en ellos la diversión del trato con sus semejantes, porque la infancia tiene sus propias maneras de pensar y sentir. La posibilidad de que continúen relacionándose entre sí, al mismo tiempo que se libera a los padres por unas horas, la ofrece el Ayuntamiento de Bilbao con las más de 257 actividades de ocio que ha programado para esta época festiva. Acompañamos a Oihane Agirregotia, concejala de Juventud y Deporte del Consistorio de la villa, por algunas de las alternativas lúdicas y deportivas que se desarrollan en la capital vizcaina para el público infantil.

La visita comienza en el Centro Municipal de Castaños, donde tienen lugar algunas de las actividades de Gabongune, para niños de entre 5 y 8 años con 240 plazas, y Gabonkide, para niños de entre 9 y 11 años con 105 plazas. “El objetivo de este año es que aprendan a través de la música, se tratan de actividades de ocio con un barniz educativo. El concierto de Año Nuevo de Viena, el Teatro de la Ópera de París... servirán para que los niños entren en contacto con la música”, expone Esther García, técnica de Infancia del Área de Juventud, mientras una veintena de niños realiza un juego de presentación durante el primer día del programa. La actividad, que se ofrece en ocho distritos de la ciudad, cuenta con una alta participación. En concreto, en Castaños ha habido “una demanda de un 150% respecto a las plazas”.

Según Oihane Agirregoitia, quien interactúa con los pequeños durante la visita -“Gauza asko ekarri dizkizue Olentzerok? Badakizue denon artean banatu behar direla opariak, ezta?”-, el objetivo de las actividades infantiles programadas en Navidad es múltiple. Por una parte, “se trata de ofrecer un soporte a la conciliación familiar”, ya que mientras los niños están de vacaciones muchos padres trabajan. Por otro lado, “se proponen espacios de ocio dedicados al disfrute”, pero siempre de una “manera educativa y comentando los hábitos saludables” al tiempo que los niños “socializan entre ellos y desarrollan sus habilidades”.

Las competencias tecnológicas son las que se perfeccionan en Bilborock, siguiente parada de la ruta, donde los chavales disfrutan de cuatro espacios consagrados a las últimas tecnologías. “Desde nociones básicas de programación con efectos de luz realizados con tiras de LED hasta la comprensión de los volúmenes para imprimir en 3D. Aprenden diferentes cosas”, explica José Ángel Bravo, responsable del espacio, mientras a su alrededor los niños se divierten jugando al fútbol con robots, manipulando humanoides o con videojuegos de realidad virtual. “Se trata de despertar el interés por la tecnología”, especifica Bravo, quien concreta que durante tres días 240 niños participan en estas actividades entre las que solo un 13% de los inscritos son niñas. “Hay que conseguir que los padres apunten también a las niñas”, indica el responsable mientras se escucha como un niño pregunta: “Eta bateria bukatzen bada, zer egin behar dugu?”.

En el siguiente alto en el camino, en Euskal Museoa, queda constancia de cómo en la era tecnológica los talleres más tradicionales tampoco han perdido su vigencia. La exposición Kolore-lilurak contextualiza el taller Bazen behin mundo koloretsu bat. En relación a la exhibición, donde se presenta una variada y atractiva muestra de producciones editoriales destinadas a la diversión y recreo de menores que vieron la luz en los tres primeros cuartos del siglo XX, 25 niños realizan varias manualidades. “Después de visitar la muestra, realizamos un taller. Hoy nos toca hacer un belén con recortables, el próximo día jugaremos con animales que se podrán doblar y en la última jornada se dedicarán a figuras articulables”, explica Itsaso Madariaga, monitora de la iniciativa en la que incluso participa algún niño llegado de Navarra o de Polonia, mientras sus padres se encuentran de turismo por la ciudad.

Actividades deportivas El idioma vehicular de la mayoría de las actividades ofertadas es el euskera, pese a que también hay presencia del castellano y, cada vez más para según qué actividades, del inglés. En cuanto al coste de las actividades, que principalmente se concentran del 21 de diciembre al 3 de enero tanto por la mañana como por la tarde, es variable, aunque casi la mitad de las actividades son gratuitas o tienen un coste inferior a cinco euros.

Ligeramente superior es el precio de las actividades de la iniciativa Navidad deportiva, Navidad divertida, que oscila entre 10 y 12 euros por día para los participantes. Las instalaciones de Bilbao Kirolak en San Inazio sirven como ejemplo de la actividad que también se lleva a cabo en Deusto y Txurdinaga. De las plazas ofertadas para esta Navidad hay 453 inscritos. “Los niños llegan a las 9 de la mañana y las actividades que se realizan soy muy variadas, algunas incluso en la piscina. En fechas navideñas el objetivo es la práctica del deporte y la socialización entre los niños”, indica Jon Larrea, uno de los monitores. A su lado, Silvia Zobaran, instructora de deporte adaptado, explica las características que se emplean para las personas con discapacidad: “Se realizan los mismos juegos pero los adaptamos a sus capacidades. Lo que se busca es la integración y la aceptación del resto de los niños suele ser buena”.

Muy alta también es la participación de la pista de hielo de La Casilla, donde cada día pasan entre 700 y 800 personas, la mayoría niños. “Hay una cultura de patinaje y una gran afición desde hace años. Incluso hay gente que viene con sus patines”, explica Jon Aristi, uno de los monitores que se dedica a ayudar a aquellos no tan diestros en el arte de mantenerse en equilibrio sobre los patines para superficies con hielo.