Síguenos en redes sociales:

“El conflicto de los ‘after’ tiene difícil solución porque no hay un único culpable”

Unos defienden su derecho al descanso; otros, alargar la noche hasta que salga el sol y algunos, sacar rendimiento a sus locales poniendo copas después de que amanezca

“El conflicto de los ‘after’ tiene difícil solución porque no hay un único culpable”

Bilbao- Los enfrentamientos entre vecinos y propietarios de algunos locales denominados afterhours -acogen a clientes a partir de las seis de la mañana- en Barrenkale y Barrenkale Barrena han ensuciado la imagen de esta zona del Casco Viejo. Las quejas vecinales - por peleas y ruido - han llegado hasta el Ayuntamiento, quien, tras realizar un seguimiento, ha ordenado el cierre cautelar de cinco locales. Los hosteleros sostienen que son víctimas de una caza de brujas. DEIA ha querido dar voz a cada una de las partes, recoger la opinión de los diferentes agentes implicados para intentar hallar las razones que han llevado a esta situación. Para ello ha invitado al concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Bilbao, Eduardo Maiz; al presidente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia, Ángel Gago, y, al empresario y propietario del Livingstone -cerrado hace dos semanas-, Iván Maguregui, a que compartan mesa. Los vecinos de la plataforma After Kanpora también estaban invitados, pero rehusaron participar al considerar que el procedimiento está “encaminado” y “no es el momento”.

Por centrar el tema, ¿cuál es la visión que tiene cada uno de ustedes sobre el conflicto de los ‘after’ en el Casco Viejo?

-IVÁN MAGUREGUI: Hay determinado locales que acuciados por la crisis realizan una actividad en la que acogen a personas que salen de las discotecas. La licencia que tienen les permite abrir a las seis de la mañana, la diferencia es que esas personas no van a tomar un café, sino que piden copas.

Son bares. Hasta las nueve no se puede poner música. ¿Correcto?

-I. M.: Correcto.

¿Y se hace? ¿Se pone música?

-I. M.: Cuando yo lo he hecho, lo he pagado. Me han pedido que adapte el equipo y que lo ponga dentro de una caja de madera con llave, y lo he hecho. La música de mi local no se escucha fuera. El Ayuntamiento ha decretado cierre cautelar sobre cinco locales, uno de ellos el Livingstone que regento, y ha sido injusto. Me han cerrado por tener apariencia de discoteca.

¿Cierres injustificados? Ángel Gago, ¿cuál es su opinión?

-ÁNGEL GAGO: Voy a empezar tomando como referencia lo que ha dicho Iván. Su reflexión desde mi punto de vista no vale. Utiliza la palabra acuciado. Yo puedo estar acuciado por mil necesidades, pero tengo un marco legal que debo respetar. Nosotros cambiamos la normativa y lo hicimos peleando.

Está molesto.

-A. G.: Es que nosotros, como asociación, si no existiera este tipo de locales nos ahorraríamos muchos problemas. Pero creemos y defendemos que debe haber todo tipo de locales para diferentes públicos. Eso sí, hay quien se salta las normas y eso no lo vamos a defender nunca.

Firmes.

-A. G.: Así es. Peleamos por un cambio de normativa, para que con la crisis los empresarios de la noche pudiesen tener más margen de horarios. Resulta que ahora son ellos los que muchas veces no cumplen, quienes dicen que no les estamos representando. Eso me enfada, me indigna. Pero en todo esto no solo hay hosteleros que incumplen las normas, están los vecinos intransigentes y aquellos que montan el jaleo en la calle y salen impugnes. Cada uno de los temas da para dos periódicos.

Y ante esta situación, ¿qué papel le toca al Ayuntamiento?

-EDUARDO MAIZ: Al Ayuntamiento le toca hacer cumplir la normativa y el decreto del Gobierno vasco referente a los establecimientos hosteleros. Y también está el papel de atender las quejas de los vecinos. Cuando se producen incidentes nos toca, con las herramientas legales, resolver el problema que se genera, en esta caso, en la zona de Barrenkale y Barrenkale Barrena. Ángel lo comentaba, las peleas y el ruido es lo que generan las molestias vecinales.

¿Por música alta?

-E. M.: Porque la música se escucha fuera, con la puerta abierta. Este hecho se ha incrementado con el tema de la ley antitabaco.

-A. G.: Ahí, en ese ruido de la calle, hay que tener en cuenta los comportamientos incívicos, que en la mayoría de las veces los hosteleros nada tienen que ver.

-E. M.: Estoy de acuerdo con lo que dice Ángel. Tú estás lleno de alcohol o de droga y lo más normal es que la montes.

-I. M.: En mi local pongo a un vigilante de seguridad en la puerta, me cuido muy mucho para que la gente no salga con vasos de cristal. ¿Pero es mi responsabilidad si en el cantón, frente al Livingstone, alguien se pone a consumir drogas?

-E. M.: Un buen hostelero debe tener cuidado con lo que hacen sus clientes. Los cambios de normativa, los cierres de algunos locales grandes han llevado a que los clientes se trasladen a otras zonas y este tipo de personas buscan un tipo concreto de ambiente. Hay hosteleros que se aprovechan de eso y abren sus locales para ofrecer una actividad que no corresponde con su licencia; hay hosteleros que quieren sacar dinero rápido y no se dan cuenta de que al final terminan matando el local.

En Barrenkale ha habido locales de ambiente siempre, ¿qué ha cambiado?

E. M.: Problemas ha habido siempre, lo que sucede es que, por ejemplo, en la zona del Conjunto Vacío (junto a La Merced) había cierta tolerancia, sabíamos que no cumplían horarios, pero no hay viviendas. ¿Pero qué pasa cuando se molesta a la gente?

-A. G.: Siempre ha habido tolerancia institucional, pero los hosteleros que cogen la ley por el filo de la navaja tienen un problema, que se presenta cuando las cosas se tuercen. Podría remontarme a las épocas de José María Gorordo. La tolerancia ha existido, pero cuando los vecinos se quejan...

Hay que buscar el equilibrio entre quienes tienen derecho al descanso y quienes quieren tomarse la última copa.

-A. G.: Si nadie critica que la gente se tome la última copa, y las últimas... Lo que hay que erradicar son los comportamientos incívicos, que los hay y que son los generadores de la mayoría de las quejas. También hay hosteleros que incumplen, sí, a esos castigarlos.

-I. M.: Existe una dictadura vecinal. Los vecinos han presentado 1.200 firmas en el Ayuntamiento de Bilbao y han actuado cerrando locales.

-E. M.: Eso no es así, Iván. Los vecinos tienen su derecho a quejarse. Las cosas no son así de fáciles. El Ayuntamiento no se ha basado en las firmas para decretar los cierres. Los vecinos se quejan y el Ayuntamiento actúa con un procedimiento reglado. Todo se investiga. Y cuando se pone en marcha un proceso es porque hay razones para ello.

¿En Barrenkale y Barrenkale Barrena se ha hecho un seguimiento?

-E. M.: Por supuesto. En esas calles lo que ha derivado a esa situación es la utilización fraudulenta de una licencia de grupo 2 (bar) como si fueran discoteca, con música, DJ... Eso no se puede hacer y ellos los saben.

-I. M.: Claro que lo sabemos y cuando hay motivos entendemos que los vecinos se quejen, pero creo que el tema se ha ido de las manos. Los vecinos se han visto crecidos, pero aquí hay otras partes. No somos tan malos.

La presencia policial se ha incrementado en la zona. ¿No es suficiente?

-I. M.: Se ha incrementado con dos patrullas de continuo. Hacen su trabajo muy bien, tanto que Barrenkale y Barrenkale Barrena son las dos calles más seguras. No ha habido peleas desde hace meses.

¿Y entonces, de qué se quejan los vecinos?

-I. M.: Eso me pregunto yo. Y quisiera saber por qué me han cerrado, ¿por la gente que entra? ¿porque tengo apariencia de discoteca? Estoy harto de ver un vídeo de gente drogándose de las navidades de 2013. Yo también tengo fotos de la calle muerta un domingo a las diez de la mañana. En 23 años, jamás he visto esta zona del Casco Viejo tan mal.

-A. G.: Tenemos aquí probablemente al mejor de los empresarios. Me gustaría ver sentado aquí a quien está incumpliendo horarios y vuelve a hacerlo. A ese me gustaría verlo aquí. La presencia policial no gusta a todo el mundo, hay vecinos y hosteleros que se quejan de ello... hay quien se queja por todo.

Está claro que hay vecinos más tolerantes y otros que lo son menos.

-E. M.: Los vecinos tienen derecho a quejarse si les molesta el ruido o si no se sienten seguros.

-A. G.: Sí, Eduardo, pero hay a quien le molesta todo, y eso también hay que tenerlo en cuenta. Ocurre en más de una ocasión que la policía acude para atender una denuncia y no encuentra nada. A ese vecino, si le cayese una multa la siguiente vez se lo pensaría más antes de coger el teléfono. Si le pillan al hostelero, le cae una multa, sí o sí. No es justo.

-E. M.: Sí, hay algún vecino que llama muchas veces; vamos, y no hay nada. Pero, al final, vas tantas veces que siempre terminas viendo algo que no es correcto.

-I. M.: En mi caso, no sé quiénes son los vecinos que se quejan de mi local.

¿Con sus vecinos se lleva bien?

-I. M.: No tengo ningún problema. Es más, para mí es muy importante llevarme bien con los vecinos. ¿Qué gano yo con tener problemas? El cierre supone que mucha gente se quede sin trabajo.

-A. G.: En este caso concreto hay un punto de injusticia porque los vecinos tienen primacía. Se pervierte el mensaje y parece que en Bilbao solo hay problemas con la hostelería, cuando no es así.

-E. M.: Los mayores incidentes se producen en las grandes ciudades. En puntos concretos donde se concentran ese tipo de locales. Problemas de estos hay en otras ciudades igual... Con más o menos intensidad, o tolerancia...

-I. M.: Lo que más me sorprende es que esta actividad no es nueva.

¿Han cambiado las costumbres?

-E. M.: Las costumbres sociales han cambiado.

-A. G.: Siempre ha habido locales que servían de empalme tras una larga noche de fiesta.

-E. M.: Sí, pero locales como La Tortilla, para desayunar. Los dos elementos que han trastornado esto son la ley antitabaco y el endurecimiento de las multas al volante. Esto es lo que produce la concentración de gente que espera al autobús.

¿Qué es lo que desatado la crispación en el Casco Viejo?

-A. G.: Demasiada presión mediática. Un tema técnico se ha convertido en un circo en los medios. Al final se aprovecha como arma política y se desvirtúa la razón del problema.

-I. M.: Totalmente de acuerdo. En el último pleno, la portavoz de un grupo político le dijo a usted, Eduardo, que si las firmas de 1.200 vecinos no valían y usted le respondió que le parecía deplorable utilizar ese argumento para hacer política. Es una vergüenza, todavía quedan meses para las elecciones...

-E. M.: Sí es cierto, en este caso se ha llevado a los medios y la presión mediática genera más crispación. Pero insisto, las normas están para cumplirlas y el Ayuntamiento debemos hacerlas cumplir, proteger a los vecinos y también atender la demanda de los hosteleros.

-A. G.: Lo que no puede ser es que la dictadura del bravo se imponga al humilde.

Iván, ha llegado a decir que esto es una caza de brujas. ¿Lo mantiene?

-I. M.: Por supuesto. Yo no sé el resto de los locales, pero en el mío se ha cerrado por tener apariencia de discoteca y acoger a gente del ambiente after.

¿Tiene alguna solución?

-A. G.: Es muy complicado, porque tampoco no hay un único culpable. Hay hosteleros que no cumplen, vecinos intolerantes y personajes incívicos. La solución pasa por la adecuación de normativas que al final son más restrictivas.

-I. M.: ¿Para los vecinos? La solución es cerrar todos los locales. Muerto el perro se acabó la rabia.

-E. M.: El Ayuntamiento va a ser firma en el cumplimiento de normas y evitar la molestias vecinales.