Bilbao. ¿Han detectado muchos incumplimientos en la inspección? Algunos detalles; hemos tenido que retirar unos siete kilos de caracoles en dos puestos y algo de muérdago, ya que no se puede vender, pero realmente nada grave.
¿Cómo ha evolucionado el mercado en la última década?
Ha cambiado mucho, igual que las leyes que se han ido creando y a las que ha habido que adaptarse, por ejemplo, las normativas europeas.
Normas más restrictivas ¿no?
Sí, pero ha sido más difícil coordinar lo que es un mercado tradicional con el cumplimiento de la ley. Una cosa no exime a la otra. Puedes tener una cierta laxitud en algunos criterios, pero no en los principales.
Hace unos años, los productores no eran tan legales, digamos.
Al principio, el mercado sí estaba un poco más manga por hombro. De hecho, contábamos con más inspectores. Pero ahora está todo mucho más regularizado y la BBK informa a los productores de todo lo que tienen que hacer antes de venir.
La organización de la feria también ayuda a que su trabajo sea más llevadero y evite fricciones.
Sin duda, las exigencias que pone las tienen que cumplir los expositores porque, si existe un descontrol, saben que el próximo año es posible que no se les acepte.
Quítese el uniforme de inspectora y póngase el de consumidora. ¿Compra sin miedo?
Sí, sin ningún problema. La gran mayoría de los productores, igual que el resto de los comerciantes de Bilbao, son profesionales, tienen unos años de experiencia y saben con lo que están tratando y a que riesgo se están enfrentando.
¿Os temen los productores cuando ven que llegáis a primera hora con el bloc y el boli en ristre?
No hay temor si no hay causa. Digamos que nos respetan porque vamos a lo que vamos. ¿El temor? Nosotros intentamos hacer nuestro trabajo de una forma cercana, salvo cuando hay un riesgo claro. La medida que se toma está en función del problema y es mucho mejor educar que sancionar.
Y en el resto de los comercios de alimentación de Bilbao, ¿hay mucha pesadilla en la trastienda?
Depende mucho del día en que se hace la inspección. Si justo le ha venido el proveedor, pues tienen más lío; si es un día de mucha venta, como hoy, también. Pero siempre tiene que haber un orden básico y estar todo limpio.
¿Efectúan inspecciones regulares?
No. Son por sorpresa. La ley marca que hay que visitar los establecimientos cada cierto tiempo en función de un riesgo que ya hemos chequeado previamente. La suma de ciertos parámetros nos da la frecuencia de inspección, es el que llamamos histórico. Luego si hay una denuncia también actuamos.
¿Más sanción o más educación?
Más educación porque al que vemos con cosas menores se les da un plazo de dos semanas para que las solución. Luego se vuelve a comprobar que el problema está resuelto. Y más adelante se vuelve una tercera vez para certificar que se ha solucionado definitivamente.