Y se armó el belén... solidario
w La residencia Kirikiño de Santutxu escenifica un singular belén viviente w El fin es recaudar comida para el Banco de Alimentos de Bizkaia
Bilbao
BELÉN en hebreo casa del pan y, en árabe, casa de la carne. No podía existir una representación más acertada para un fin solidario tan necesario. Porque donde los dirigentes políticos no llegan, ahí está la sociedad. Por eso ayer, la residencia Kirikiño, del barrio bilbaino de Santutxu, representó un belén viviente con el objetivo de recaudar comida para el Banco de Alimentos de Bizkaia. Los actores, personas mayores con edades comprendidas entre 85 y 95 años que, a pesar de sus afecciones físicas o cognitivas, aportaron todo su esfuerzo para los que más lo necesitan.
"Me he emocionado mucho y me ha gustado participar. Hay gente que necesita esta comida", explicó emocionada y con lágrimas en los ojos Trinidad, una mujer de 82 años, que no dudó en disfrazarse para representar junto a sus compañeros momentos históricos de la Biblia como el anuncio del ángel a la Virgen María, la llegada de los pastores a Belén, el nacimiento de Jesús y la Epifanía de los Reyes Magos.
Esta es la segunda edición de una representación que se está convirtiendo en una tradición de estas fechas. El año pasado recaudaron fondos para ayudar a Garikoitz, un niño de diez años de Urban Galindo que sufría secuelas por un infarto cerebral y necesitaba 50.000 euros para ser tratado en una clínica de Compostela. "En aquella ocasión nos sentimos muy identificados con Garikoitz porque en la residencia también hay personas con esos problemas", indicó Amaia Zabala, directora del centro, que en esta ocasión se mostró sensibilizada con la gran campaña realizada recientemente por el Banco de Alimentos de Bizkaia y por eso decidió colaborar con ellos. "Hemos pedido a los familiares que vengan a ver el teatro que traigan algo de comida para donar", apuntó Zabala.
La grata experiencia vivida el año anterior les llevó a repetir esta original iniciativa. "Les motivó mucho participar en un belén viviente y por eso decidimos repetirlo", señaló Zabala, que también recordó que durante el año este centro realiza diversas actividades sociales para el barrio y la sociedad en general. "Hacemos campañas para el descanso del cuidador, ningún anciano solo en Navidad, talleres informativos sobre planificación de los cuidados en casa o gimnasia abierta a las personas del barrio", expuso orgullosa Zabala.
Beneficios Manualidades, ensayos y disfraces. Los residentes han estado trabajando durante todo el mes para ultimar todos los detalles del belén y realizando coronas, atuendos de pajes y ángeles, así como los tradicionales camellos de Oriente. Lo han hecho con la máxima ilusión por participar en una iniciativa solidaria, pero además esta actividad les reporta múltiples beneficios para su propia salud, según apuntaron los responsables del centro. "Les viene bien para aspectos como la psicomotricidad, la sociabilidad y la atención", explicó Lorea Lopategui, terapeuta de la residencia y responsable de la iniciativa. "Es una buena forma de romper la rutina y que hagan algo diferente. Además, para que sea más ameno lo combinamos con ejercicios físicos y otro tipo de actividades", añadió.
Sin duda, uno de los momentos más emotivos de la representación llegó al finalizar la actuación. El reencuentro con familiares, sobre todo los más pequeños, sirvió para mostrar uno de los momentos más entrañables y típicos de estas fechas navideñas. "Les vienen a ver los nietos y los biznietos y se ponen muy contentos", señaló Zabala. Por último, los Reyes Magos, a lomos de sus peculiares camellos de dos ruedas, entregaron caramelos para agradecer a todos aquellos que acudieron a colaborar con los que no pueden llenar su mesa de alimentos en estas fechas en las que todo el mundo se reúne en torno a ella.