La gabarra atraca en el Museo Marítimo
La Autoridad Portuaria dona la emblemática embarcación, que podrá ser visitada en el dique seco El museo, que adaptará el espacio durante el verano, espera culminar el traslado en septiembre
Bilbao. Han tardado más de un año en fructificar las conversaciones, pero finalmente la Autoridad Portuaria ha decidido donar la emblemática gabarra Athletic al Museo Marítimo. La embarcación, símbolo de los éxitos rojiblancos, se colocará en el dique seco del museo después del verano, formando parte así del grupo de barcos expuestos en el exterior del edificio y que pueden ser visitados -la entrada al museo incluye el acceso al dique-. Con esta donación, la gabarra se queda por fin en un lugar visible y permanente para que aficionados, y no aficionados, al Athletic puedan emular a los jugadores rojiblancos que en los primeros años de la década de los ochenta surcaron la ría ante un millón de personas en la celebración de los triunfos en Liga y Copa.
Fue, precisamente, hace un año, coincidiendo con las dos finales que jugaba el equipo rojiblanco, cuando la figura de la gabarra recobró protagonismo entre la afición. Propiedad de la Autoridad Portuaria, la embarcación pasó los últimos 25 años realizando trabajos de remolque y traslado de cargas. Su aspecto, castigado por el paso del tiempo, precisó de una puesta a punto que fue seguida con gran expectación por la sociedad vizcaina ante la previsión de que el Athletic pudiera ganar alguna de sus dos finales y los jugadores volvieran a navegar por la ría. No fue así.
No hubo victorias ni paseos triunfales, pero para entonces la vieja gabarra se había hecho ya fuerte, dejando de ser un recuerdo sentimental y convirtiéndose de nuevo, dos décadas después, en un barco real. Y así se iniciaron las conversaciones para trasladarla al Museo Marítimo; un acuerdo que se cerró definitivamente hace dos semanas en la última junta del Patronato. En este encuentro, la Autoridad Portuaria, que ya ha adquirido una nueva embarcación, aprobó donar la gabarra al museo y asumir el mantenimiento anual de la misma. Por su parte, el Museo Marítimo se encargará de adaptar el dique seco durante este verano para colocar el barco junto a otro histórico del espacio. El Portu, primer barco construido en los astilleros para los Altos Hornos, será su vecino de parcela. La previsión es que la gabarra sea trasladada en septiembre, de forma que ya pueda incluirse en la oferta del museo.
El Museo Marítimo se abrió hace diez años en el mismo terreno donde antaño se alojaban los astilleros Euskalduna. En esta década -el 20 de noviembre será su aniversario-, el espacio ha pasado por grandes altibajos, costándole encontrar su hueco en la amplia oferta museística y cultural de Bilbao. Sin embargo, poco a poco, está consiguiendo superar los obstáculos e incrementar año tras año el número de visitantes. Los números así lo demuestran.
Más visitantes
El pasado 15 de junio, Bilbao celebró la Noche Blanca y el Museo Marítimo recibió la visita de alrededor de 2.000 personas, casi medio millar más que la pasada edición. A ello contribuyó el espectáculo musical organizado por la Fundación Bilbao 700, una obra sobre Peter Pan con un centenar de niños pertenecientes a Bergarako Musika Eskola.
La tendencia al alza del número de visitantes también se refleja en sus números globales. Así, durante los primeros seis meses de 2013, el museo ha recibido la visita de 22.000 personas, 2.600 más que en el mismo periodo del pasado ejercicio. Mientras que el balance de 2012 recoge que 51.416 personas accedieron a las instalaciones dirigidas desde hace tres años por Jon Ruigómez.
Los esfuerzos de los responsables del museo por potenciar la personalidad de este espacio cultural, y a la vez llegar más a la ciudadanía, se traducen en la programación de diferentes iniciativas que puedan ser atractivas y servir de reclamo al público. Así, hace apenas quince días, se presentaron en sociedad las tres obras escultóricas que durante el próximo año -aunque podría prolongarse la exposición- estarán colocadas en el exterior del museo. Se trata de dos obras de Jesús Lizaso (Tuercebarras y Remeros) y una tercera de Pedro Chillida (Ulises). Las esculturas, de grandes dimensiones, pretenden rememorar los orígenes del lugar, trasladando la mente a los astilleros que allí se asentaban. Además, a mediados de este mes, en la misma explanada se instalarán varios contenedores portuarios decorados por alumnos de Bellas Artes de la UPV/EHU. Ambas exposiciones acompañarán a Karola, la grúa que ha quedado como homenaje al pasado, y al dique seco, en el que se alojan embarcaciones con historia. Junto a la ya citada Portu, que será la vecina más cercana de la gabarra Athletic, también se encuentra otro barco emblemático en la historia vizcaina: el Euskadi Europa 93-BBK, con el que el marinero José Luis Ugarte compitió en la Vendée Globe, vuelta al mundo en solitario, de 1992-93. Junto a esta zona exterior, el museo, que dispone de 27.000 m2 expositivos, también tiene un atractivo interior dividido en tres áreas, en las que se homenajea a la ría, al comercio de Bilbao y a la construcción naval.