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Zabalburu, de la élite al pueblo llano

Esta zona de Bilbao ha sufrido varios cambios en el último siglo pasando de ser una zona selecta a un barrio más cercano a los bilbainos de a pie

Zabalburu, de la élite al pueblo llanoFoto: O. martínez

Bilbao

Z ABALBURU es noticia en los últimos tiempos por la inseguridad que sienten sus vecinos al salir por la zona. Los habitantes de este enclave de la villa que el pasado jueves se manifestaron en busca de soluciones a un problema que creen que, cada vez, "es de mayor gravedad". En las retinas de muchos de ellos aún perdura el Zabalburu lustroso, de enjundia, zona de referencia en Bilbao. Y es que este siempre ha sido un lugar con caché y eso se denota desde el pronunciamiento de su nombre, ya que la nomenclatura de esta zona recuerda al linaje de los Zabalburu, uno de los más poderosos de la villa y del Estado desde su nacimiento. Allí se asentó durante siglos esta familia en el palacio Villa Mena. Este enclave, situado a caballo entre Abando y Autonomía, siempre ha sido uno de los ejes en los que se vertebra la villa y esta circunstancia ha sido determinante en la suma de cambios que ha sufrido este punto con el paso de los años. Los vecinos viven esa transformación con nostalgia de tiempos pasados y también con la esperanza de que este lugar solvente sus problemas de seguridad y se reubique entre las zonas más nobles de Bilbao.

Los inicios de este enclave de la villa estuvieron marcados por el palacio que el linaje de los Zabalburu tenía justo donde hoy se alzan las torres. Villa Mena, como así se conocía a esta gran instalación, era el centro neurálgico de esta zona de Bilbao. Fue esta mansión con grandes jardines la que dio el toque más ilustre y exclusivo a este lugar. Todo esto estaba apoyado porque esta zona de Bilbao se encontraba muy bien comunicada con Abando, el Casco Viejo y San Francisco, los principales centros de actividad del Bilbao de finales del siglo XIX. Fue en 1890 cuando Abando se unió a Bilbao y el escenario en el que se hizo oficial esa anexión fue esta plaza. Lo cierto es que los Zabalburu además de ser un linaje pudiente, eran muy conocidos tanto en Bizkaia como en el resto del Estado. Eso hizo que en Villa Mena se celebrasen fiestas de la aristocracia y que en sus estancias en la capital vizcaina, allí se hospedase el rey Alfonso XIII. Así lo recogen las crónicas de la prensa en los años 20. Pero la vida de este barrio no solo se reducía a la más alta alcurnia. Alrededor de Villa Mena se empezaba a crear un ambiente de barriada muy interesante. Así lo recuerda Joaquín García, cuya familia lleva desde 1931 regentando la marisquería Rimbombín. "El farmacéutico nos hacía pelotas y jugábamos al fútbol en plena calle. Una de las porterías era la puerta de Vulcanizados Luis", recuerda. Y es que, en su opinión, "se podía vivir muy bien sin salir del barrio. Teníamos de todo y, además, un espíritu de barrio genial". En esta zona, además, crecía un mito:. León Salvador. "Era el mejor vendedor de Bilbao. Su funeral fue el más concurrido de todos los que se han celebrado en la Quinta Parroquia", recuerda José Ángel Díez, presidente de la Asociación de Vecinos de Zabalburu. Años más tarde, en mitad de todo ese movimiento de construcción de identidad como barrio, el Ayuntamiento de Bilbao reconoció la labor de los Zabalburu en el desarrollo de la villa -donaron terrenos para que la creación del Ensanche bilbaino- y, en 1954, pusieron su nombre a la plaza en la que, por aquel entonces, Villa Mena era el elemento integrador. Allí, se levantó el colegio Hijas de Jesús durante varios años hasta que el palacio dejó paso al nuevo Zabalburu.

Cambio a zona comercial Si por algo ha destacado este punto de la villa es por su facilidad para adaptarse a las nuevas necesidades de la capital vizcaina. De ese modo, a finales de los 60, este lugar dio un paso hacia ser una zona con mucha más vida comercial y residencial. El lugar que ocupaban Villa Mena y sus bellos jardines, dejó paso a las Torres Zabalburu, un complejo de edificios de 75 metros de altura que, además, tendría unas galerías comerciales. Asimismo, en esta reforma de la plaza Zabalburu se instaló en 1967 una fuente central que se convirtió en una de las principales señas de identidad de la zona. "Este fue el primer gran cambio que vivimos. Con todo esto ganamos en esplendor, pero lo perdimos muy rápido", reconoce Joaquín. Y es que aquellas galerías comerciales supusieron un boom comercial que se difuminó demasiado rápido. "La construcción de las torres le dio otro tipo de vida a esta zona. Por desgracia, el esplendor que tuvo duró muy poco. Fue un cambio muy ruidoso y muy ruinoso", asegura José Ángel, quien añade que "el concepto americano de galerías no triunfa en Bilbao por el toque inglés que tenemos". Pero como zona residencial, Zabalburu seguía ganando enteros. Paradas de taxi, autobús... El transporte tenía muy en cuenta a esta zona de la villa. "Estamos a cinco minutos del hospital, la Gran Vía, el Casco Viejo y encima tenemos muy buenas comunicaciones", señala Joaquín. Todo aquello sirvió de impulso a esta zona hasta que según el propietario de la marisquería Rimbombín "el corazón de Zabalburu se empezó a parar" en favor de otras zonas de Bilbao que fueron cobrando protagonismo. "La ciudad está muy viva y cambia su centro neurálgico dos o tres veces al siglo. Lo que ha pasado aquí es lógico y es cíclico. Dentro de un tiempo, Zabalburu volverá a ser lo que fue", explica Joaquín.

En 2004 comenzaron las obras que cambiarían notablemente el aspecto de la plaza inaugurada en 1967. Zabalburu debía volver a reinventarse para adaptarse a las necesidades de Bilbao. Durante casi tres años, este punto de la villa estuvo inmerso en unos trabajos que hicieron que esta glorieta perdiese uno de sus elementos más significativos; su fuente. Pero a cambio ganó 2.800 metros cuadrados para uso y disfrute de los ciudadanos. Los árboles volvían a tener su espacio en Zabalburu, como cuando los niños podían jugar al fútbol o a los iturris en plena plaza. Este enclave volvió a dar su protagonismo a la gente, al ciudadano que vive y hace Bilbao. "La transformación de la plaza la ha hecho única, es muy funcional", afirma Joaquín. Además, la nueva configuración de Zabalburu posibilitó la construcción de un parking subterráneo con 770 plazas.

La plaza se ha convertido en un lugar más habitable y eso tiene también sus contras. En los últimos años, los vecinos han detectado en la zona un aumento de la conflictividad. "Lo que antes era una bendición, ahora es una pesadilla", afirma el presidente de la Asociación de Vecinos de Zabalburu. Según los vecinos es "bastante frecuente ver a personas merodeando por la plaza a la espera de poder robar a alguien". A todo eso, se suman algunas reyertas que se producen en los exteriores de los locales de hostelería situados en las galerías. "Tenemos unas viviendas de calidad y modernas. De puertas para adentro vivimos muy bien, pero no podemos hacer vida de ocio en el barrio", se lamenta José Ángel Díez. Por ello, Díez pide que para que descienda la delincuencia "estén más vigilados esos locales que son conflictivos y quitar el parque para poner la plaza tal y como estaba antes".

Los problemas no impiden que Zabalburu mire al futuro. En este sentido, el porvenir de esta zona emblemática de la villa puede estar ligado al metro. Tras quedar fuera de las tres primeras fases del suburbano, Zabalburu ha entrado dentro de los planes de la futura línea 4 del metro que uniría Matiko y Rekalde. Según el primer estudio realizado por el Gobierno vasco, este tramo tendrá una parada en Zabalburu. Las primeras propuestas de trazado surgieron hace un lustro, pero no fue hasta enero de 2011 cuando se entregó el estudio informativo a Lakua. "Es una idea, de momento, lejana en el tiempo, pero el metro siempre da vida a una zona y le vendría bien a Zabalburu", asegura Joaquín. "Está claro que sería muy interesante que tuviésemos una parada de metro, pero eso no va a mejorar el barrio si no se soluciona el problema de la seguridad", reitera José Ángel. Los vagones del suburbano supondrían una oportunidad para que este barrio que, en apenas un siglo ha viajado de la élite al pueblo llano, se reimpulsase.