Bilbao

TODAVíA no ha salido al mercado inmobiliario, pero lo hará en breve. La sociedad propietaria del inmueble quiere alquilarlo. Aún no ha decidido cómo será el anuncio por palabras, pero bien podría ser: "Se alquila piso en el centro de Bilbao con un olivo de diez metros de altura y más de cien variedades de plantas en la terraza". Seguro que no pasaría desapercibido para cualquiera que se asome a una guía o portal inmobiliario. Desde hace años tampoco pasa desapercibido para los vecinos de Abando y para los curiosos que pasean por la capital vizcaina levantando la cabeza de vez en cuando para fijarse en los edificios que conforman sus calles. Desde Jardines de Albia se puede observar, y llama la atención, la terraza del último piso del número 9 de la calle Alameda Mazarredo por su espectacular flora. Destaca por encima de todo un árbol de gran altura que hace pensar cómo y dónde incrusta sus raíces. Además del árbol, resaltan desde la calle las macetas perimetrales de la terraza, donde conviven más de cien variedades de plantas y flores. Quien se decida a alquilar la casa, por unos 3.000 euros al mes, tendrá que comprometerse a mantener el vergel que un antiguo propietario decidió convertir la anodina azotea. Visto de cerca se puede decir que son los otros jardines de Albia.

La propiedad no tuvo inconveniente en mostrar a DEIA el inmueble. "Esta casa es única en Bilbao, no hay otra igual", dice Pedro, nombre ficticio del responsable de la sociedad propietaria. "Esto es como un chalé de la Galea en el centro de Bilbao". Así lo define. Y puede tener razón. El piso tiene todos los pluses necesarios para adquirir la categoría de chalé. A saber: más de 200 metros cuadrados de superficie construida, una terraza con jardín, cenador y piscina, y dos solariums, que en total suman más de 400 metros cuadrados. A ello hay que añadir la flora, que esta lluviosa primavera está impidiendo que florezca en todo su esplendor.

Edificio La vivienda también tiene su pequeña historia. Aunque Pedro desconoce los detalles, cuenta que el edificio, actualmente protegido desde el punto de vista cultural y artístico, en un principio sólo tuvo cuatro o cinco alturas. "Yo creo que en los años sesenta se hizo un levante de varias alturas más", señala. En un primer momento, parte de este añadido del edificio constituyó una sola vivienda, compuesta de dos pisos unidos por una escalera interior. Pero posteriormente se fue segregando. La séptima planta actualmente está dividida en dos viviendas, y la octava corresponde a lo que Pedro denomina el "chalé de la Galea".

La conversión de la azotea en un jardín botánico es también obra del primer propietario. El olivo es la joya de la corona. "Tendrá más de diez metros", dice Pedro, "pero lo curioso es que la raíces, al no poder crecer hacia abajo, porque sólo hay unos 50 centímetros de tierra hasta el encofrado, deben estar extendiéndose en horizontal, por el subsuelo de una parte del jardín". Junto al olivo hay un limonero, cuyos frutos han servido de acompañamiento de más de un gintonic. También hay perales, manzanos, y un melocotonero. Todos plenos de vida y actividad, ahora que están en flor. Los actuales propietarios han seguido cultivando con mimo estas plantas y flores. "No sé las variedades que puede haber, pero seguro que hay más de cien", dice Pedro. Un sinfín de plantas y flores que se mantienen gracias al riego automático y a los cuidados de un jardinero. El inquilino que acceda a la vivienda deberá comprometerse a mantener el jardín en el mismo estado que lo encuentre. "Nosotros le ofreceremos la posibilidad de que nuestro jardinero siga cuidándolo", señala el representante de la propiedad, "y si dice que no, que está en su derecho, no pasa nada, pero deberá mantenerlo por su cuenta y riesgo".

Pedro cree que no va a tener problemas para alquilarlo a través de la inmobiliaria Fermín López Consultores Inmobiliarios, a pesar de pedir una renta de 3.000 euros al mes. "Esta vivienda está pensada para un ejecutivo de una empresa que ha sido destinado a Bilbao temporalmente", dice. "En un primer momento", prosigue Pedro, "suelen vivir en hoteles, pero cuando se cansan y es momento de trasladarse con la familia, buscan pisos buenos, y como este no hay ninguno en Bilbao". En cuanto a la renta, "si se divide el precio mensual sale por 100 al día, bastante más barato que una suite de un hotel", señala. La vivienda está dividida en dos partes. En la principal hay dos habitaciones, un baño, una cocina y salón grande y soleado, y en la otra, que es la antigua casa del portero, está separada y se accede a ella por el jardín, tiene tres dormitorios y un baño. Todo un chalé en Albia y con espectaculares vistas a Bilbao.