Bilbao. El rascacielos de cristal ya está inaugurado oficialmente. Tras casi medio año de actividad en el edificio de oficinas, la multinacional eléctrica bilbaina descubrió ayer la placa que conmemora el estreno de la Torre Iberdrola, el hito arquitectónico que marca el techo de Bilbao y Euskadi.
Las cortinillas fueron retiradas por el presidente de la compañía, Ignacio Galán, y el rey Juan Carlos al que acompañó su esposa Sofía. Un acto social al que fueron invitadas unas 400 personas de los ámbitos político, social y cultural de Euskadi además del Gobierno vasco en pleno, presidido por Patxi López; el equipo de la Diputación Foral de Bizkaia, con José Luis Bilbao a la cabeza, y los concejales bilbainos, incluido el máximo edil, Iñaki Azkuna. Entre los representantes políticos también estuvieron presentes el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria y la presidenta del Parlamento Vasco, Arantza Quiroga, y el diputado general de Araba, Javier de Andrés.
Los reyes llegaron tarde sobre el horario previsto, casi un cuarto de hora, antes de acceder al edificio por la puerta central y saludar a algunas decenas de personas que esperaban su llegada. Una vez dentro, un aurresku de honor recibió a la comitiva de autoridades, tras lo cual los representantes políticos y los miembros del consejo de administración de Iberdrola, todos con corbata del color verde corporativo, saludaron uno por uno a los reyes.
César Pelli, de cicerone Con posterioridad, César Pelli, el prestigioso arquitecto argentino autor del diseño del obelisco de vidrio, desveló las principales características del edificio a Galán y sus invitados. Lo hizo sobre una maqueta del rascacielos ubicada en uno de los laterales del lobby, lugar en el que se desarrolló el acto inaugural en su integridad. El alcalde Azkuna no perdió baza a la hora también de explicar alguno de los detalles de la torre y su ubicación en la zona de Abandoibarra, cuyo centro ocupa el monolito transparente
Después la comitiva subió a una pequeña plataforma donde tomó la palabra el presidente de la eléctrica. Fue el único discurso que hubo. Al parecer, los responsables de protocolo habían indicado que Juan Carlos I no podía aguantar mucho tiempo de pie, por lo que se acortaron lo más posible las intervenciones.
En su alocución, Galán hizo guiños al origen vasco de la eléctrica y su proyección española e internacional. Señaló que "la familia real ha acompañado permanentemente" a la empresa vasca "y ha sido testigo directo" de su "crecimiento e internacionalización", hasta convertirse en "la quinta empresa de electricidad del mundo", lograr ser "líder mundial en energía eólica y la primera compañía energética española". Galán recordó que "Iberdrola nació ahora hace 111 años en Bilbao, de mano de valientes empresarios vascos que impulsaron un proyecto industrial sin precedentes que ha tenido y tiene un papel protagonista en la historia industrial española". La respuesta a esos fundadores y al accionariado de la compañía "es el compromiso de Iberdrola con la tierra que le vio nacer" que, además, "se renueva día a día creando riqueza y bienestar en Euskadi", a través de inversiones en la comunidad autónoma, destacó.
Sin euskera Iberdrola se ha comprometido "a seguir siendo una empresa independiente, global, española y con sede social en Bilbao, tal y como fue concebida por sus fundadores", concluyó su presidente. El eskerrik asko final de Galán fueron las únicas palabras en euskera que se escucharon en la inauguración de ayer.
El acto se cerró con el descubrimiento de la placa que recordará el día de la inauguración y la intervención de la Coral de Bilbao desde la gran escalinata volada que une el hall con el restaurante de la entreplanta. Las voces del conjunto interpretaron la Oda a la Energía, una pieza musical creada ex profeso para la ocasión. El anterior director de la Coral de Bilbao, Joan Cabero, se encargó de poner música a un poema que el chileno Pablo Neruda escribió con el mismo título y que ahora ha servido para loar la construcción de la nueva sede corporativa de la eléctrica.
Tras la interpretación musical, los responsables de seguridad obligaron a la prensa a salir del edificio para dejar a los invitados y anfitriones que disfrutaran del amaiketako a base de canapés preparados por cinco estrellas Michelin de Bizkaia. En concreto, el ágape fue elaborado por los cocineros Dani García, del Zortziko; Josean Arija, del restaurante Nerua, y Fernando Canales, del Etxanobe, todos ellos ubicados en Bilbao y con una estrella Michelin cada uno, además de por Eneko Atxa, chef del Azurmendi, en Larrabetzu, y con dos estrellas en su currículum.
80% de ocupación para 2013 Unos invitados que no pudieron subir a las plantas superiores a contemplar las vistas de la ciudad desde este monolito de cristal, algo que fue causa de diversos comentarios.
Los vips que sí pudieron tomar algunos de los ascensores hiperrápidos pudieron comprobar que algunas de las plantas están vacías. Fuentes de la compañía eléctrica confirmaron ayer que la mitad de las pisos están ocupados y que se trabaja con ahínco para que cuando comience el próximo año se haya ocupado el 80% del espacio de oficinas. De hecho están abiertas las negociaciones con diferentes clientes después de que ya se hayan instalado firmas como las consultoras Ernst & Young, PricewaterhouseCoopers o Aenor; las sociedades del grupo BBK, Norbolsa y Biharko, como miembros de un tercio de la sociedad que ha construido el rascacielos, y la propia Iberdrola que desarrolla su actividad en las ocho plantas más altas. Con estas expectativas, los responsables del rascacielos pretendan que convierta "en el centro de negocios por excelencia de toda Euskadi".
La Torre Iberdrola es una realidad tras más de cuatro años de construcción, una puesta la primera piedra en marzo de 2007. En la obra se han utilizado 8.500 toneladas de acero y 60.000 de hormigón, dispone de una superficie total de 50.000 metros cuadrados y alcanza los 165 metros de altura, gracias a sus 41 plantas sobre rasante. Cuenta con 485 plazas de aparcamiento y es capaz de albergar a alrededor de 3.500 trabajadores.