DÓNDE está el despacho del alcalde?". Esa es la pregunta que se hacía Rosa mientras echaba una mirada detectivesca por los pasillos de la primera planta del Ayuntamiento de Bilbao. Rosa tenía curiosidad por saber "cómo es la sala de máquinas" del primer edil de la capital vizcaina. Por eso se apuntó, entre otros motivos, a las visitas guiadas que Bilbao Turismo puso de nuevo en marcha ayer. Unas visitas que recorren el interior del edificio del Consistorio bilbaino y el Palacio Ibaigane, actual sede del Athletic. Rosa se quedó sin ver el despacho de Azkuna, porque no forma parte del recorrido guiado, pero no le importó. Acabó muy satisfecha de la visita tras ver con sus propios ojos el Salón Árabe y el Salón de Plenos. "Me ha parecido todo una maravilla, precioso", confesaba emocionada, "aunque un poco más pequeño de lo que parece por la televisión". Rosa salió tan contenta como el resto de las treinta personas que participaron en la primera visita de esta nueva etapa iniciada por el Ayuntamiento. Tanto que al final le aplaudieron a Izaskun, la guía, por la explicaciones que les había dado sobre la historia de ambos edificios.

La cita era a las once de la mañana en las escalinatas del Ayuntamiento. "Sois unos privilegiados porque vais a entrar por la puerta principal, algo que solo se abre en acontecimientos importantes", les comentó Izaskun antes de iniciar la visita. Y sin más preámbulos, les contó que el actual Ayuntamiento se inauguró el 17 de abril de 1892 sobre un solar que en su día albergó el convento de San Agustín, destruido durante la primera Guerra Carlista. Se trataba del tercer edificio que acogía las oficinas municipales desde que la Carta Puebla fundacional de la villa, en 1300, les otorgaba ese privilegio. El edificio anterior, ubicado junto al puente de San Antón, se les había quedado pequeño, ya que lo compartían con el Consulado de Bilbao. Así que el traslado se produjo con todo el boato de la época. Izaskun recordó que el día de la inauguración celebraron el último pleno en el edificio del Casco Viejo "y en procesión" llegaron hasta el flamante edificio diseñado por el arquitecto municipal, el malagueño Joaquín Rucoba. Antes de seguir los mismos pasos que recorrió aquella comitiva encabezada por el alcalde Gregorio de la Revilla, Izaskun propuso al grupo que se fijase en los detalles escultóricos del edificio. "Hay estatuas y bustos", dijo la guía, "de gente importante relacionada con la villa como don Diego López de Haro, el cardenal Gardoqui o el almirante Rekalde".

Ya en el interior del edificio, las caras de los visitantes comenzaron a dar muestras de admiración. "Esto es muy bonito", comentaba Txaro, una mujer que se había desplazado desde Barakaldo para conocer las bambalinas del Consistorio bilbaino. "Siempre había tenido curiosidad por saber cómo era el interior del edificio; así que, cuando me enteré que iba a haber visitas guiadas, me apunté la primera". "Le está gustando", le preguntamos mientras contemplaba el Salón Árabe. "Me ha encantado, ha merecido la pena venir", respondía. Y apuntillaba: "Ahora solo me falta conocer la Diputación, que también tengo ganas".

Salón Árabe Esther, una bilbaina de 80 años, que no los aparentaba, tampoco perdía detalle de las explicaciones de Izaskun, aunque las instalaciones del Ayuntamiento no eran algo nuevo para ella. "Ya lo conocía, pero he querido venir otra vez porque esto es una maravilla", señalaba emocionada. Así lo hacía porque la visita le recordaba mucho a su marido, fallecido hace ocho años. "Yo conocí el edificio gracias a mi marido", recordaba, "porque él trabajaba en La Misericordia y siempre decía que el interior del Ayuntamiento era una preciosidad. Así que la primera vez que entré y vi el Salón Árabe me salían las lágrimas". Ayer no le llegaron a brotar, pero por poco. Se llevó para casa como un tesoro el folleto que les entregaron durante la visita. "Se lo voy a mandar a mi hija, que vive en el extranjero", decía.

Ana, otra componente del grupo, también salía impresionada de la casa consistorial. "Me ha gustado todo. Ha sido una maravilla. No sabría decir qué es lo más bonito, no sé, igual el Salón Árabe, que es espectacular". El Salón de Plenos también fue objeto de admiración . "Es más pequeño de lo que yo creía", comentaba Juan, "pero es muy bonito; además impresiona un poco porque aquí se cuece la política municipal".

Palacio ibaigane Tras visitar las dependencias municipales, el grupo salió a la calle para encaminarse hacia el Palacio Ibaigane. Pero antes, una pequeña parada en el puente Zubi Zuri, obra del ínclito Santiago Calatrava. "No vamos a entrar en la polémica que todos ustedes conocen", señaló la guía, "pero este es un punto clave desde donde se puede observar la transformación de Bilbao: las torres Isozaki y el Guggenheim". Una vez en el exterior del Palacio de Ibaigane, los recuerdos le llegaron a la memoria a Fernando, que hizo la mili en Garellano, pero que "de vez en cuando tenía que hacer guardias aquí, en el Palacio, porque era la sede del Gobierno militar". En el interior de la actual sede del Athletic volvió a ver la capilla, "donde una vez escuché misa" y el órgano que mandó instalar Ramón de la Sota, propietario de la casa. Como era día de partido, los visitantes no pudieron ver el txoko, que está en el semisótano, pero quedaron encantados con contemplar el patio central y hacer volar la imaginación sobre cómo vivía una familia apoderada a principios del siglo XX.

Así terminaba la primera visita guiada de esta nueva época. A partir de ahora, todos los domingos, las puertas del Ayuntamiento y del Palacio de Ibaigane estarán abiertas. Solo hace falta hacerse con una entrada, que cuesta 3 euros, en la oficina de turismo en el teatro Arriaga.