Bilbao. Pocos conocen el nombre su nombre oficial, el que se impuso tras su construcción, el 31 de diciembre de 1849. Plaza de Fernando VII. Así es como se conocía a la popular y mítica Plaza Nueva de Bilbao, que comenzó su andadura llena de comercio, hostelería e, incluso, la sede de la Diputación vizcaina. Ahora, los tiempos han cambiado y a los niños correteando se han unido los turistas, que pasean por la plaza en busca de fotografías, buenos pintxos, moda autóctona y algún recuerdo. Y la Plaza Nueva se ha adaptado a ellos. En el último año, más de media docena de negocios han escogido sus arcos para abrir un nuevo negocio; una tiendas de libros descatalogados, un nuevo bar de pintxos, recuerdos de algo tan tradicional como el vaso de txikito y ropa made in Euskadi complementan a la perfección el carácter del cuadrado del Casco Viejo. La plaza Nueva vuelve a brilla más que nunca.
Está en su mejor momento. Siempre llena de gentío, barras repletas de pintxos y escaparates atractivos. "La Plaza Nueva es una de las zonas de ocio y tiempo libre más novedosa de Bilbao", sentencia Jon Aldeiturriaga, gerente de la asociación de Comerciantes y Hosteleros de la zona histórica. Se refiere Aldeiturriaga a la oferta que presenta bajo sus casi bicentenarios arcos que abarca desde la hostelería más chic hasta una tienda de ornamentos casi tan histórica como la misma plaza. "Este lugar posee un mix muy curioso y agradable mezclando lo clásico con lo que ahora es tendencia", cuenta.
Pero ha sido en los últimos años, y especialmente en el que acaba de terminar, cuando la plaza del Casco Viejo, que ha aún mantiene heridas de guerra de las inundaciones de 1983, ha vuelto a englobar un sector comercial que se adaptaba perfectamente a su día a día. "Los nuevos locales que se han abierto en este tiempo en la plaza están muy relacionados con la vida que tiene, son un complemento más", apunta el gerente de los comerciantes y hosteleros. Los propios locales lo demuestran con una simple recorrido por la plaza. Se venden donuts al más puro estilo americano, se fomentan las bebidas naturales a base de frutas, pintxos y copas se contemplan por cada esquina...
La vida de la Plaza Nueva podría resumirse en tres palabras: tradición, gastronomía y turismo -al menos un 85% de los turistas que viajan a Bilbao pisa la Plaza Nueva-. Y es precisamente en esas tres líneas en las que han apuntado los nuevos comerciantes del centro histórico bilbaino. En la tradición se han fijado los responsables de la tienda Txikiteando, que ensalza una de las figuras más emblemáticas y representativas de la villa, el txikitero. "Es un punto estratégico de cara a la venta de nuestros productos", cuenta el responsable de la empresa que recuperó el tradicional vaso de txikito "que ya se estaba perdiendo", apunta. Pero, además, el negocio cumple con otro de los rasgos de la Plaza Nueva, el turismo, ya que muchos visitantes "sobre todos los que vienen del Estado", se acercan hasta el local en busca de recuerdos o regalos originales. Así, sus productos han llegado hasta catalanes, gallegos, canarios, de ceuta... desde que abrieron a finales del pasado mes de octubre.
A la tradición también se ha sumado Ex Libris, una pequeña librería de textos ya descatalogados que abrió sus puertas hace poco más de un mes. Con ella, Izaskun Madariaga, que comenzó vendiendo a través de la web, se ha sumado a una de las actividades más tradicionales de la Plaza Nueva, el mercado de los domingos donde se venden e intercambian objetos de colección. "Yo también abro en domingo", cuenta Izaskun en plena polémica comercial al respecto de trabajar en festivos. "Es el mejor día en cuanto a ventas ya que quien acude a la plaza viene buscando productos como los míos", explica rodeada de libros, cartas antiguas, cromos y muñecas de colección.
Moda vasca "La Plaza Nueva es un lugar con encanto", apunta Yvonne López Población, que ha abierto hace seis meses la tienda de moda masculina Eleven, ya que es el local número once de la plaza nueva -eleven es once en inglés-. Fue ver el local y enamorarse. "Es un sitio estratégico, con mucho movimiento de gente", explica Yvonne, y no lo dejó escapar. La moda es una de los pilares principales de la Plaza Nueva, donde se exponen prendas de marca vasca como SkunkFunk o Loreak Mendian, muy demandadas también por los turistas.
Precisamente esta última, Loreak Mendian, abrió su primer local en la Plaza Nueva, en 1997, hace ya 14 años. "Ya por entonces esta era una zona comercial más de Bilbao", explica Eva Ramírez Amilibia, que lleva tras el mostrador desde entonces. "Está muy cerca de la calle correo, que siempre ha tenido muchísima gente, y además todos salían del parking que tengo justo enfrente así que pasaba mucha gente", recuerda. El parking ha cerrado y el flujo de personas ha hecho un hueco a los turistas. "Se ha notado mucho el paso de la plaza a centro turístico", asegura Eva.
Sin embargo, su pilar más antiguo es, ha sido y será, la gastronomía. Un nuevo local acaba de abrir al público, el bar Zezen Gorri, pero el cuadrado resguarda bajo sus arcos locales históricos como el Bar Bilbao, que celebró en 2011 su centenario, o el Víctor, que cumple 72. "Aquí hay muchos bares que le dan mil vueltas a los de Donostia con sus barras de pintxos", presume Aldeiturriaga. Y es que la hostelería de la Plaza Nueva también se ha adaptado a los nuevos tiempos dejando mayor espacio a la gastronomía en miniatura. Joserra Etxarri, responsable del café Bilbao, así lo reconoce: "El Guggenheim marcó un antes y un después". También Rebeca Saenz, responsable junto a sus hermanos del restaurante Victor. "Antes, lo que más se vendía era el pastel casero de arroz. Ahora, aunque se sigue haciendo, lo más demandado son los pintxos".
Antes de que un local se cierre en la Plaza Nueva, ya tiene pretendientes para ocuparlo de nuevo. Y es que en el examen más importante, el del público, la plaza saca matrícula. "Ha recuperado su esplendor pero aún vienen tiempos mejores", concluye Aldeiturriaga.