La Navidad es una época especial, sobre todo para los niños. Los más pequeños de la casa, además de estar deseosos de la llegada de Olentzero y los Reyes Magos, disfrutan durante estos días de vacaciones. Espacio de ocio que choca con el trasiego laboral de los padres. Para que los niños aprovechen su tiempo de ocio y para que sus padres puedan llevar a cabo con normalidad su jornada laboral, el Área de Euskera, Juventud y Deporte del Ayuntamiento de Bilbao ha desarrollado Ingéniatelas, un programa que cumple su tercera edición y que, desde ayer y hasta el próximo jueves en Bilborock, aportará a niños de entre 8 y 12 años una forma diferente de invertir su tiempo libre.

"Son casi 700 niños y niñas que van a poder disfrutar estas navidades en los distintos programas que organiza el Ayuntamiento", apuntó el concejal de Cultura, Juventud y Deporte, Sabin Anuzita, quien no dudó en visitar y participar en este programa, que forma junto a las actividades Gabonkide y Gabongune la tripleta de ocio navideño del Consistorio. Estas dos últimas actividades se prolongarán hasta el próximo viernes y se desarrollarán en los centros de distrito de la villa.

Por su parte, en Ingéniatelas, que se celebra de 10.30 a 13.30 horas por la mañana y de 16.30 a 19.30 horas por la tarde, los más txikis pueden jugar a ser cirujanos con Robot Doctor. A través de un ordenador portátil, los niños dan indicaciones a un robot situado en un panel que simula el interior de un cuerpo humano.

"MIsiones difíciles" Venas y células entre las que los robots deben trabajar para salvar la vida del enfermo. Para ello, las pastillas deben ir alojadas en el lugar justo, las actuaciones del robot deben ser minuciosas y las órdenes de los pequeños claras y concretas. "En el ordenador tenemos un plano del cuerpo y tenemos que dar al robot las indicaciones e instrumentos que se necesitan", explican Pablo e Ibai, dos chavales de doce y once años, respectivamente. "Hay misiones difíciles, como la de anestesiar al paciente tirando a una diana", añaden.

Para conseguir hacer las misiones, hace falta saber manejar al robot, que es quien ejecuta los movimientos. En una de las mesas de juego, dos amigas de diez años, Marina y Maider, tratan de familiarizarse con el robot y la precisión de las órdenes. Hacen clic en el portátil que manda las órdenes al pequeño cirujano, y el robot camina sin tomar el rumbo que las niñas querían. Se descontrola y acaba chocando contra uno de los extremos de la mesa. "El juego es fácil cuando tienes el ordenador delante, si no es muy difícil porque hay veces que el robot se escapa", explican. Mientras trastean e intentan dar órdenes para completar las misiones , ya piensan en la otra parte de Ingéniatelas, el taller Cartoons, en el que los niños crean dibujos animados. "Después iremos allí a hacer dibujos", concluyen.

En plena creación de sus dibujos animados están Oihan González y Alex Martínez. Sus personajes se llaman Ainhoa e Iñaki y, en base a ellos, deben crear una historia. "Nos está encantando, a partir de ahora veremos los dibujos animados de una forma diferente", admiten. Ellos están dando forma a la historia, "es lo más duro, tener una idea y desarrollarla", señala Oihan.

Por su parte, Alicia y Mikel rematan su historia. Apenas tienen tiempo para acabarlo, pero están tranquilos. "Es más fácil de lo que creíamos", aseguran estos niños de 10 años.

Con esta actividad, Alicia y Mikel han sabido lo que supone realmente hacer una historia de animación. "Yo creía que hacer dibujos animados era poner un fondo y pasar imágenes muy rápido", confiesa la joven, mientras dan con calma y sosiego los últimos retoques a la parte guionizada de la historia y empiezan a lidiar con los movimientos de los personajes. Lo hacen con calma, su tranquilidad se debe a que se pueden bajar de Internet el programa con el que están haciendo su corto. "Nos lo bajaremos y acabaremos la historia tranquilamente en casa", zanjan con una gran sonrisa en su labios.