Bilbao. "Va a ser una época dura, durísima". El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, no quiere echar mano de paños húmedos y adelantó ayer que el próximo año el presupuesto municipal sufrirá un ajuste "serio" debido a la actual situación económica, con reducciones en todas las partidas para evitar tener que recurrir al endeudamiento. "Va a bajar la inversión, va a bajar la subvención... Va a bajar todo, porque no hay", advirtió.

Azkuna realizó estas declaraciones durante su participación en el homenaje a las personas mayores celebrado ayer en el Palacio Euskalduna, que supuso su primera aparición pública desde que inició un nuevo tratamiento contra el cáncer.

El alcalde recordó que, tras hacerse públicas las previsiones de recaudación de las tres diputaciones, "nos vamos a tener que amarrar todos muy bien" y ajustar el presupuesto del próximo año a los ingresos actuales. "No estamos pensando en pirueta ni en cosas raras. Tendremos que someternos a lo que hay, no a lo que queremos que haya", admitió.

La intención del Ayuntamiento es no contraer nueva deuda -tras haber liquidado todo el endeudamiento municipal este año- ya que "la deuda es pan para hoy y hambre para mañana". En este sentido, abogó por recurrir a la deuda "solo para inversiones estratégicas", sin que ese momento haya llegado todavía en Bilbao. "Todavía estamos en fase de proyectos, no en ejecución. Tenemos todavía obra pública para hacer", subrayó.

Tras recordar que "con estos mimbres tenemos que hacer estas cestas", Azkuna avanzó que, en la elaboración de los presupuestos de 2012 en la que ya están inmersos, habrá que hacer un esfuerzo "importante", con ajustes "seguramente" en todas las partidas municipales. "Ya no sabemos de dónde adelgazar, pero no vamos a tener otro remedio que hacerlo, porque si el comercio, la industria o los hoteles no tiran para adelante, la administración pública tampoco tiene ingresos", señaló. En este sentido, afirmó que operaciones como la compra del edificio de la BBK en la plaza Circular, además de una oportunidad de futuro para la próxima llegada del TAV a Bilbao, supone también una economía de escala para reducir gastos. "No cuesta lo mismo mantener cinco sedes que una", destacó.

En opinión de Azkuna, todos los ciudadanos "tienen que darse cuenta" de la difícil situación económica actual, "en la que mantener y resistir es vencer". En este sentido, apostó por "encarar" el futuro "con valentía, echándole moral y haciendo un esfuerzo colectivo, que significa esfuerzo y sacrificio". También apeló al resto de partidos políticos en el Consistorio. "Vamos a salir si estamos más o menos unidos", afirmó.

Azkuna subrayó que el Ayuntamiento está "en una condiciones decentes", y se preguntó "cómo estarán los demás".