Bilbao. Resulta enriquecedor reunir a gente tan diferente como Fernando Villena, artista plástico; Joseba Lazkano, de la Escuela de Teatro; Gurutze Beitia, actriz; Juan Bas, escritor, columnista y director del Festival de Literatura de Humor La Risa, e Iñaki Munilla, percusionista de la Banda Municipal de Bilbao, bajo la batuta de la concejala de Cultura, Ibone Bengoetxea. Porque como decía un poeta extremeño, a esta gente del artisteo no le mueve una nómina ni le asusta la crisis. Les preocupa la cultura de su ciudad, cómo desarrollarla y mejorarla. En la charla cada uno expone su visión sobre las carencias y logros conseguidos en estos últimos años de expansión. Y, sobre la mesa, queda un deseo: establecer un circuito en Euskadi que rentabilice las producciones propias.

Gurutze Beitia: Se están haciendo muchas cosas desde el Ayuntamiento. Bilbao Eszena es un producto que ha ido creciendo y en un año se abrirá la Escuela de Artes Escénicas, que permitirá a los actores no tener que ir a Madrid o Barcelona para formarse.

Joseba Lazkano: En los últimos años se han creado en Bilbao muchas infraestructuras culturales como el teatro Campos, el Arriaga... Con la escuela se completará la formación y esperemos que se creen sinergias.

Juan Bas: Precisamente el hecho de que Bilbao ha aumentado las infraestructuras culturales fue lo que me animó a crear un festival de literatura de humor de talla internacional, que era algo que faltaba en Bilbao. Ha funcionado realmente bien. No solo por el apoyo institucional, sino por el apoyo excelente de la gente.

Ibone Bengoetxea: Al hilo de lo que se está diciendo, yo creo que la cultura la hacemos entre todos. Las instituciones tenemos ciertas responsabilidades de formación, información, de difusión... Pero yo creo que el sector privado también influye, y mucho. Necesitamos la ayuda de las personas que trabajan en la cultura menos vista. Personas aparentemente anónimas, aunque les conocemos, pero que hacen su aportación desde su perspectiva. Sin ellos, no sería posible.

J.B.: La aceptación es muy buena.

Fernando Villena: En el sector en el que trabajo yo, el arte plástico, infraestructuras como el Guggenheim están más cerradas que para vosotros. El Guggenheim organiza la Noche Blanca, un noche de música... pero el arte de aquí poco tiene que ver con el Guggenheim. Sí que está habiendo apoyo del Museo de Bellas Artes y, a un nivel más intermedio, en BilbaoArte. Eso sí me proporciona una infraestructura que yo no tengo en mi propio estudio. El año pasado, incluso, estuve en Noruega gracias a una beca de BilboArte.

J.L.: Es interesante que haya un intercambio porque se establecen conexiones y se crean alicientes.

Uno de los temas a debate es la difusión que tiene este mundo, bien desde las instituciones o desde las empresas privadas.

Iñaki Munilla: Bilbao Musika es un departamento que funciona muy bien. Hay programas a nivel de grabación, audición... y hemos pasado de tocar en El Arenal y en los toros a dar conciertos también en el Euskalduna. Yo llevo 21 años en la Banda Municipal y se ha producido un gran cambio. Se podría pedir más, desde luego, porque todavía la plantilla no está a nivel de objetivos, pero los últimos años han sido muy interesantes.

I.B.: Sí, quizás la música sea la formación más reglada en este mundo artístico.

F.V.: En BilboArte, por ejemplo, sí se hacen al año tres o cuatro cursos con artistas extranjeros y se hace una convocatoria extensiva. Hablamos de gente muy buena que no solo trae exposiciones sino también explica cómo proyectar tu futuro. Porque la facultad produce una cantidad increíble de futuros, o futuribles, artistas. Pero, en realidad, se puede considerar una suerte que tres o cuatro de cada promoción estén trabajando después de diez años.

J.B.: Yo creo que el camino es muy individual. En el mejor de los casos, consigues una agencia y publicar en una editorial. Yo no he tenido una ayuda para eso y tampoco me ha parecido una carencia.

F.V.: Sí, pero si tienes un sitio como BilboArte, tienes un proyecto y ese espacio te permite desarrollarlo.

J.L.: En las artes escénicas ha habido mucho voluntarismo, ha habido escuelas privadas y con calidad de enseñanza, pero lo que tal vez falle es que no se ha generado lo que es la oferta cultural; falta un circuito. A veces, es un problema de idioma.

F.V.: Este aspecto sí es precario si nos comparamos con otras ciudades de Europa. En Noruega se dedica un tanto por ciento alto a arte y todos los impuestos que se generan a través de arte vuelven al arte a través de premios. En cuanto a que se genere un circuito cultural, yo tengo esperanzas de que la Alhóndiga sea el paso entre BilbaoArte y el museo de Bellas Artes. Estoy exponiendo fuera y considero que tengo mucha suerte, pero a uno le gusta exponer en casa.

G.B.: Para mí, poder ir a trabajar en tranvía es un lujo.

Este es sin duda uno de los aspectos que más valoran los artistas, porque en este tipo de profesiones, si ya es difícil vivir de ello, lo es aún más hacerlo en el País Vasco.

G.B.: Lo que ocurre es que en Madrid o Barcelona pueden estar hasta dos años con una misma obra en la ciudad. Aquí eso es más complicado. Sobrevivimos.

E.V.: También es cierto que hay menos clientela objetiva.

J.B.: Yo he sido durante muchos años guionista. Luego me pasé únicamente a los libros. Ahora ha bajado la venta de libros. Pero bueno, entre los libros, el festival, bolos diversos... llevo 24 años viviendo de todo esto. En el caso de ser escritor da igual la ciudad en la que vivas, importa las editoriales en las que publicas. Normalmente están en Barcelona o Madrid.

I.M.: A nivel musical, existe mayor oferta porque se crean plazas dentro de las escuelas y los conservatorios. Hay más oferta, y buena, que demanda, pero no ocurre como en las artes escénicas.

G.B.: No tenemos una titulación a pesar de llevar más de 30 años en ello. Dos actrices de renombre de la compañía Karraka están haciendo ahora el curso de acceso a la universidad para que cuando se abra la Escuela de Artes Escénicas se puedan apuntar como alumnas.

J.L.: Va a cubrir la posibilidad de una enseñanza reglada y eso seguro que genera actividad y cubrirá la necesidad de producciones. Hemos tenido una reunión para ver cómo cubrimos desde nuestras escuelas la nueva situación.

Este grupo de artistas, cada uno en su género, reconoce el apoyo institucional y opina que las grandes infraestructuras son compatibles con el apoyo a lo más local. Pero creen que debiera establecerse un circuito en el País Vasco para aprovechar más los recursos propios.

I.B.: En el último informe de la Fundación Contemporánea somos la tercera ciudad del Estado en innovación y en calidad cultural. Pero somos 350.000 habitantes y la capacidad de atracción que tenemos no es igual que Madrid y Barcelona. El mundo de la cultura, además, es muy de sensaciones.

J.B.: Yo estoy muy agradecido al Ayuntamiento porque habéis tenido amplitud de miras para apostar por un festival de humor. Creo que Bilbao no está mal en su grado de cultura. Es bastante culta. Todas las editoriales importantes hacen sus promociones en Bilbao.

G.B.: Aquí hemos sido punteros. Pero es que antes había once o doce teatros. Yo me considero una afortunada. Siempre digo que para ser actor es fundamental la capacidad de ahorro. Yo soy autónoma, pero no trabajo todos los meses. Aquí se han hecho producciones propias pero para vender fuera necesitas una cabeza de cartel.

I.B.: El Arriaga se esfuerza en producciones propias, pero es más costoso. Con la Zarzuela hemos firmado un convenio y quizás podríamos hacer lo mismo con otros teatros.

G.B.: No sé por qué una obra de aquí no se gira a través de las instituciones. Se hacen once funciones y ya está. Y lo mismo en el campo de las exposiciones, los conciertos... Ensayamos dos meses para once funciones

I.B.: A nosotros nos encantaría.