Bilbao. El Euskalduna vuelve a navegar a toda vela.

Lo primero que he de decir es que el ejercicio de 2010 nos preocupaba, por la crisis, que es algo real y nosotros también la percibimos. Pero al final ha sido un año muy bueno por los siguientes puntos clave: primero, un nivel de ocupación del 94%; segundo, no necesitar subvención y conseguir un superávit sensiblemente superior al del año pasado; tercer objetivo clave, que el impacto económico, en un solo año, haya sido superior al coste del Palacio, y por último, ser líderes en el número de eventos en el ranking estatal de auditorios públicos.

Sin embargo, a pesar de que 2009 fue bastante peor que 2010, hubo más programación.

Cierto, pero los eventos eran distintos; en 2010 han sido más grandes. No es lo mismo un congreso de cuatro días que un simposio de una empresa de una sola jornada. Y muchas veces se da la paradoja de tener un año muy bueno para el Palacio, pero no ser el mejor en términos de impacto económico, porque la ciudad recoge mucho más los frutos de un año con congresos de varios días -hoteles, restaurantes...- que de uno con muchas reuniones pequeñas.

¿Esa bajada se ha notado también en la agenda cultural?

Sí, porque en más ocasiones se han utilizado las salas para conferencias en lugar de para conciertos u óperas. Por eso es importante mirar los datos de forma global y, en ese aspecto, tenemos mucha ilusión para con el año 2012.

¿Y a qué se debe?

Primero, porque es el año en que terminaremos la ampliación y porque, probablemente, será el mejor año de la historia del palacio en congresos.

¿Cuál es la mayor competencia del Euskalduna?

En grandes congresos no jugamos en la misma liga que Madrid y Barcelona, así que nuestros competidores serían Valencia, Sevilla, Coruña... Pero, hoy en día, hay cientos de ciudades con su palacio y son competencia a la hora de acoger congresos de 300 personas. Hay que tener en cuenta que el 85% de los que se celebran son de 500 asistentes o menos.

Y con tanta competencia, ¿qué es lo que más valora un congresista?

Según el Spain Convention Bureau, valoran que esté céntrico -para po-der ir andando, no quieren ni oír ha-blar de autobuses- y la gastronomía.

Así sí se puede competir con las grandes urbes.

Ahí se nos abre una vía de competencia que creíamos insuperable. Para un congreso de 500 personas, Bilbao es cien veces mejor que Madrid y Barcelona. Pero, segunda lectura: cualquiera puede competir con nosotros.

El palacio y su ciudad, siempre de la mano.

Sin duda. Al organizar un congreso, la gente piensa en el destino -Bilbao-, y nosotros contribuimos a que aquí esté el mejor palacio. Para que la gente diga: "En Bilbao, estupendamente, y el palacio, de maravilla".

Y, como Bilbao, el Euskalduna también evoluciona. Ahora toca ampliar.

Teníamos escasez de espacio expositivo y, según la dimensión, no podíamos albergar los banquetes de clausura o dos congresos sin que se interfiriesen. Ahora sí podremos.

Pero no solo de convenciones vive el Euskalduna. Nueve millones de euros gracias a la programación cultural no es pecata minuta.

Parece mentira. Las temporadas de ABAO, OSB y OSE son el esqueleto sustancial, pero también hay programas como los de Aste Nagusia y Navidad, que son tremendamente exitosos, porque viene un público no habitual. Y es que todos los vizcainos deben sentirse orgullosos del Euskalduna, porque es público, de todos.