Amanece bajo techo un mundo nuevo
Un sol radiante, proyectado sobre una pantalla reflectante, anunciaba el solsticio de primavera que trae consigo un mundo nuevo para Bilbao. Tras ocho años de brumas y tinieblas, de pequeñas catástrofes -¿se acuerdan de aquel leve incendio que tanto alarmó...?- y grandes alegrías, la vieja Alhóndiga se puso ayer en pie, desperezándose como si fuese un gigante que hubiese dormido durante décadas. Ya se conocían, por imágenes y de visitas ligeras, los secretos de las 43 columnas que recuerdan los diversos tránsitos de la Humanidad (son páginas de la Historia de rico mármol y humilde madera, de terracota, o de ladrillo...) y los edificios acristalados, la todopoderosa luz que se filtra en el gran atrio y el anuncio de que habrá cines, piscinas y una mediateca. Se sabía, incluso, que Ricardo Pérez, junto con Borja Etxebarria y Sarai Rueda, serán los encargados de la hostelería de este hermosa caja de música del ocio. Pero cuando su creador, Philippe Stark, apareció vestido de negro, como un moderno sacerdote del diseño, y susurró en francés aquello de "la vie est ici" ("la vida está aquí", en román paladino...) todo nació de nuevo. El sol artificial, omnipresente en la tarde, le alumbraba, como si fuese su elegido.
Antes de los discursos, el alcalde Iñaki Azkuna desarboló el protocolo, invitando a Toni Pasarela e Igone León a que fuesen ellas, vecinas de la zona, quienes cortasen la cinta, a la altura de la desembocadura de la hermosa plaza Arriquibar, de aire parisién, en el mar de sorpresas que alberga el edificio de Ricardo Bastida. La calle agradeció el gesto, también saludado con alborozo por el propio Philippe, el diputado general, José Luis Bilbao, Marian Egaña, hada madrina de este cuento, Jasmine Stark, José Luis Sabas y Asier Abaunza, la cabecera de una comitiva de invitados que se quedó boquiabierta ante el cambio experimentado por el legendario almacén de vinos de Bilbao, digno del gran transformista argentino Ángel Pavlovsky. Poco después Azkuna pediría, a voz de micrófono, que se abriesen las puertas al pueblo. No había seguridad suficiente para darle cuerpo a ese deseo.
Para cumplir los sueños hay que estar bien despierto y Bilbao lo ha estado. Ayer demostró su capacidad para darle rienda suelta a la imaginación y volver a crear un edificio singular, como el museo bañado en titanio o el palacio de congresos hecho un dédalo de laberintos. Hoy, cuando los grandes centros de recreo y ocio languidecen en una estructura funcional, se saca de la manga el mundo de Alicia... ¡Sorprendente!
Fueron testigos de todo ello el pianista Joaquín Achúcarro, bilbaino universal, y Enma Jiménez, ambos aún con capacidad de asombro; el presidente del Athletic, Fernando García Macua, y el del Club Cocherito, Lepoldo Sánchez Gil; el de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, Juan Goiria y el de Euskaltzaindia, Andrés Urrutia, sin olvidar a gente de la banca como Vicente Mestre, Juan Mari Sáenz de Buruaga, Jon Mancisidor, Gorka Martínez, Isidro Elezgarai, Juan José Muguruza o Ana Guzmán, entre otros, Gaspar Martínez, el arquitecto Iñaki Aurrekoetxea, hoteleros como Miguel Atutxa, Julio Campuzano, Xabier Olalde o Puri Yarnoz entre otros, Xabier de Irala, Isidoro Beltrán y Javier Agirregabiria, en nombre del IMQ; el director de DEIA, Iñigo Camino, el director gerente de la Cámara de Comercio de Bilbao, Mikel Arieta-Araunabeña, el rector de la basílica de Begoña, Jesús Garitaonandia, Ángel Gago, el presidente de Bilbao Dendak, Javi López y de Bilbao Centro, Sergio Etxebarria, Jorge Aio, el director gerente del Palacio Euskalduna, Jon Ortuzar y el director del Museo de Bellas Artes, Javier Viar. Todos ellos quedaron prendados...
Ninguna maravilla dura más de tres días, dicen los escépticos. Se equivocan; vaya si se equivocan. De ello dan fe Teresa Bastida, Pablo Ezquerra Bastida, Eloisa Larrea Bastida y Fede Larrea Bastida, descendientes del hombre que levantó la Alhóndiga de la nada. Ellos y testigos del prodigio de ayer, amenizado por la música de Gari y del grupo Zuco 103; espectadores como José Ibarrola, Jon Darpón, el presidente de la ABAO, Juan Carlos Matellanes, Octavio Pantaleón, Amagoya Loroño, Santiago Díaz Ponzoa, rey del Perro Chico, Elena Puccini, Juan Manuel Delgado, José Antonio Zarate, Xabier Jon Davalillo, Eva Maguregi, Ángela Sanz, Ángel Gaminde, Gotzon de Lasa, José Ángel Corres, Olatz Candina, Montse Pardo, gerente de Relaciones Internacionales de Microsoft; Itziar Gómez del Rey, Begoña Ibargüen y políticos de toda condición, desde Ibone Begoetxea a Isabel Sánchez Robles, pasando por Nekane Alonso, Ricardo Barkala, Iosu Bergara, Txema Oleaga, Julia Madrazo, Beatriz Marcos, Juan Mari Aburto, Gabino Martínez de Arenaza y cientos más.
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