El refugio de Rekalde
QUIÉN iba a predecir quelo que empezó siendo unaayuda local se convertiríaen un referente estatal?Cuando a mediados de los añossetenta, un grupo de jóvenes revolucionariosdecidieron desafiar al contextohistórico que estaban viviendoy atajar el acuciante problema dealcoholismo en el bilbaino barrio deRekalde, no se imaginaron que terminaríanasesorando a mujeres dediferentes puntos de Euskadi y,mucho menos, siendo el embrión delos hoy incontables pisos de acogidapara mujeres maltratadas repartidospor toda la península. El próximoejercicio cumplirán 35 años de laborsocial.
Hay que remontarse a 1975, año enel que el doctor Javier Aizpiri estabainmerso enunacampañade luchacontra el alcoholismo. Por aquelentonces, la Asociación de Familiasde Rekalde ya contaba con un granpeso entre sus vecinos. Juntos apostaronpor la apertura de un centroasistencial en el que poner remedioa esta enfermedad. “Teníamos unsentido de revolución y creíamos quepodíamos hacer algo”, recuerda Aizpiri.
“Creía que, si el alcohol se habíagenerado en un medio social, habíaque luchar para cambiar el medio,no sólo al enfermo. Se debía conseguira través de la energía. Que elenfermo cambiase de hábitos y queutilizase suenergía para ayudar a losdemás y cambiar todo”, explica.Pero llevar a la práctica esta necesidadsocial no fue tarea fácil. Faltade recursos, oposición,momentohistóricocomplejo… Los tabernerosfueron los primeros en poner el gritoen el cielo. Y no hablamos de unoo dos bares ya que, como explicaBegoña Linaza, fundadora tambiénde esta iniciativa, los hostelerosteníanmucha presencia en el barrio.“Entonces había cuatro farmacias,dos librerías, una biblioteca y másde cien bares”. Y por si esto fuerapoca tentación, “vendían alcohol entodas partes, hasta en la panadería”.El doctor recuerda que lo primeroque hicieron “fue quitar los basurerosporque nos encontramos queRekalde estaba dejado de lamanodedios. Así que comenzamos una campañapara impulsar la limpieza y lepedimos al alcalde Castañares unlocal donde empezar a trabajar”.
Habilitado un pequeño local en lacalle CamiloVillabaso, el doctor Aizpiri,su mujer yBegoña Linaza, entreotros, se pusieron manos a la obra.Así nació en Rekalde el primer centroque trabajaba “lo que no entrabaen la red oficial de sanidad: alcoholismo,drogas y planificación familiar.Tuvo una acogida brutal. Fue unmecanismo de liberación en unmomento histórico muy complicado”,especifica. Entonces surgió lapregunta: ¿qué nombre poner alnuevo centro? “En la entrada deRekaldeberri había una fábrica demuebles y me fijé que ponía módulos.Y se me ocurrió: Módulo deAsistencia Psicosocial. Esto fue loque enganchó porque cabían todaslas alternativas de tratamiento”.El alcoholismo y su repercusiónen la familia fueron las principalespreocupaciones del módulo en suprimera etapa. “Los problemasfamiliares y económicos que provocabael alcohol eran terribles, ademásde los malos tratos. Habíamuchas palizas y no existía la legislaciónde ahora”. Cuando vieron lascondiciones de estas mujeres introdujeronla planificación familiar enel módulo.
Las mujeres encontraron en estecentro lo más parecido a un refugioy una oportunidad para salir del“círculo” al que estaban predestinadas.No solo les indicaban elcamino para salir de esta espiral demalos tratos y vejaciones en la quese veían inmersas, sino que intentabanque se valorasen descubriéndolessus cualidades personales.“Queríamos que se hicieran valer”,explica Linaza.
La mejor propaganda en aquelmomento era el boca a boca. Y fueefectiva. “Se conocían todas y cuandovenía una, al día siguiente veníantodas a la vez. Iban al mercado y secontaban entre ellas. Cuando pusimos en marcha la planificaciónfamiliar aquello cogió una velocidad…En un mes vino gente de todaEuskadi”, cuenta Aizpiri.Así surgió el primer piso de acogidade mujeres maltratadas. Las mismasmanos que, no sin dificultades,levantaron el módulo, aún teníanfuerza para construir un piso refugio.“Fue el primero enelEstado y seabrió en el centro de Bilbao. Acogimosamujeres y niñas maltratadas”,recuerda Linaza.Pero pronto se quedópequeño. “Así que tuvimos queabrir otro”.
Que del Módulo Psicosocial deRekalde derivó el primer piso deacogida para mujeres maltratadasquizá sea su secreto mejor guardado.Más difícil ha sido ocultar eléxito que aún hoy perdura.Aunquela asistencia que presta se ha adaptadoa los nuevos tiempos, sus puertasllevan casi 35 años abiertas atodas las mujeres del barrio.
Más en Bilbao
-
Aburto atribuye los detenidos tras el partido a hechos desligados del fútbol
-
Los bares de Bilbao hacen caja tras el paso de los aficionados del Manchester United: "Vendimos unos 180 litros de cerveza"
-
Fallece Pedro Prieto, un histórico de Aste Nagusia de Bilbao
-
La lotería deja casi medio millón de euros en Bilbao